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Hacen limpieza profunda en el DF

Universidades y centros recreativos hacen una limpia a fondo para reiniciar actividades; las autoridades permitieron que los restaurantes abran, pero limitando el número de comensales.
mar 05 mayo 2009 04:46 PM
Aproximadamente un millón 803,977 alumnos fueron afectados por la suspensión de clases, sólo en el DF. (Foto: Notimex)
influenza-escuelas

El aire olía el martes a cloro en la capital de México, donde los restaurantes y universidades desinfectaban sus instalaciones para reabrir tras una epidemia de influenza que paralizó la ciudad y castigó a la segunda economía de América Latina.

Cientos de empleados limpiaban pisos, pasamanos y bancos en el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un enorme complejo de edificios modernistas declarado patrimonio mundial de la humanidad.

Más de 90,000 estudiantes retomarán el jueves las clases en la UNAM, suspendidas hace casi dos semanas por temor al virus que causó la muerte de al menos 26 personas en México.

Su retorno es, para muchos, señal de que lo peor ya pasó.

"Estamos limpiando los salones de clase, bibliotecas, salas de cómputos. Todo. Además, estaremos distribuyendo un manual de operaciones para prevenir contagios", dijo el director de la Facultad de Economía, Roberto Escalante.

Cerca de allí, en la Facultad de Medicina, hasta los teclados de las computadoras habían sido desinfectados con una solución de etanol y cubiertos con una película de celofán.

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"Area desinfectada", decía una pegatina adherida en puertas de aulas y laboratorios cerrados desde que se declaró la epidemia del virus H1N1 que mató a por lo menos 26 personas.

A media máquina

También en la plaza del barrio colonial de Coyoacán donde vivió la pintora Frida Kalho, los empleados de los restaurantes se preparaban para reabrir el miércoles después de una semana. Ríos de agua y jabón corrían por el piso.

"Nuestra capacidad de facturación será de sólo el 50%. Pero mejor abrir a la mitad, que estar cerrados", dijo Marco Beltrán, gerente de un restaurante.

Las autoridades permitieron la reapertura de restaurantes, pero limitaron la cantidad de personas por metro cuadrado por temor a un rebrote de la influenza.

Pero la plaza de Coyoacán, que hace sólo unos días parecía un funeral, vibraba otra vez el martes. Los artesanos volvieron a montar sus puestos y la gente combatía el calor con helados.

La influenza hundió aún más una economía deprimida por la crisis financiera global y la violencia del narcotráfico que, según el Gobierno, podría contraerse hasta 4.0% este año.

"Las ventas bajaron mucho la semana pasada. Ahora parece que gente ya va teniendo más confianza", dijo Alejandra Barroso, detrás de un puesto que vendía anillos de plata.

Pocos llevaban ya las mascarillas quirúrgicas ubicuas hace sólo unos días en el período más violento de la emergencia.

El Gobierno dijo que el contagio de la influenza está retrocediendo y dio luz verde para retornar paulatinamente a la normalidad. Pero advirtió a los mexicanos que no bajaran la guardia por temor a un rebrote.

En los desiertos jardines del campus universitario ya nadie parecía temerle al virus.

"No tengo mucha inquietud. Dicen que si uno se cuida no hay problema", comentó Isaías Martínez, un estudiante de teatro de 21 años que ensayaba una obra con unos amigos en los jardines de la ciudad universitaria.

Por si acaso, la Facultad de Psicología habilitó una línea telefónica especial para atender a los alumnos "afectados emocionalmente por la epidemia" o que padezcan "una angustia fuera de control por la larga estancia en casa".

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