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Amarillo a rojo … o cara o cruz

Ante contingencias como la epidemia de influenza A, es esencial una buena campaña de divulgación; la información de valor ayudará a la población a sobrellevar una etapa de alerta del tipo que sea.
jue 07 mayo 2009 06:00 AM
El GDF comenzó con la campaña de control sanitario en el Metro. (Foto: Notimex)
influenza-metro

La confianza en una campaña de divulgación la construyen la proactividad para capitalizar el diario actuar y enfocar "lo que mejor sabemos hacer", hacia información de valor que mejore la calidad de vida y el entorno.

Este capital informativo sobre la misión por sector, especializaciones varias y productos que atienden necesidades, es retomado -más no adulterado- por los profesionales en Relaciones Públicas, para convertirlo en materiales informativos susceptibles del interés mediático, del de socios de negocios, autoridades y sobre todo de la opinión pública, como dirían los estudiosos ortodoxos de la comunicación.

En este camino de doble vía, un gran caso hace una gran campaña y ésta es grande al evidenciar los grandes casos. Está implícito el compromiso de todos, por hacer lo mejor que "sabemos hacer" con un efecto natural al desarrollo social, invitándonos a cada uno de los actores: Cliente, Agencia, Grupos de Influencia, Autoridades y Medios de Comunicación -por excelencia-, a involucrarnos en proyectos que marcan el cambio de las historias, y abren oportunidades de interactuar de manera conjunta en asuntos coyunturales ejerciendo las mejores prácticas para cerrar con éxito nuevos ciclos.

Amarillo a rojo, cara o cruz

Bandera Verde, Amarilla, Roja; Categorías 1...2...3...4...; Grados de Intensidad; Fases 1...2...3... o Viceversa y Semáforos.

Todos estos términos en el ejercicio de informar con veracidad el impacto social que tiene una contingencia, los retomamos los relacionistas y los medios de comunicación, como una responsabilidad social para advertir, - basados en las recomendaciones de los expertos, nuestra fuente- sobre los peligros a los que se enfrentan los afectados y apoyarlos en prevenir o combatir estas amenazas con nuestra capacidad y especialización.

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Basada en mi experiencia personal y profesional, analizo y comparto esta analogía:

1. Desde pequeños se nos enseñó a observar antes de viajar a la playa y entrar al mar ¿de qué color es la bandera?: verde (sin peligro), amarilla (con precaución), roja (ni lo intentes, si lo haces es bajo tu propio riesgo).

2. Ante una contingencia climática de alto riesgo , los medios informativos alertan sobre fenómenos tropicales, tormentas y ciclones que pueden convertirse en huracanes moderados o intensos, fenómenos nombrados por el Comité Internacional de Huracanes de acuerdo a la temporada del año y en orden alfabético conforme se van presentando.

En México, el Servicio Meteorológico Nacional, es capaz de pronosticar el paso y la fuerza con que afectará un huracán evaluándolo en cinco categorías: desde la 1 que se refiere a un grado de riesgo bajo, (árboles caídos, inundaciones en carreteras y zonas costeras más bajas) hasta la categoría 5 o mayores a ésta (daños muy severos y extensos en ventanas y puertas, techos residencias y edificios).

3. Después de un sismo riesgoso, se nos informan los grados e intensidad de éste. ¿es verdad que se nos advierte?

De acuerdo al sitio en Internet del Servicio Sismológico Nacional , (bravo, por su nutrida y excelente información y por la gran facilidad para navegar en él), en México existen sismómetros en las estaciones sismológicas ubicadas en todo el territorio nacional.

"Para calcular de forma confiable la magnitud de un temblor es necesario que el registro sísmico del evento se encuentre completo, lo que normalmente toma varios minutos dependiendo del tamaño del temblor. Si un sismo es de magnitud considerable, el registro sísmico durará más tiempo que si el sismo es pequeño. Esta es la razón por la cual el cálculo de la magnitud precisa de un evento sísmico puede tardar algo de tiempo...".

"Sin embargo no son parámetros que puedan obtenerse de forma inmediata". Asumo que esto no se trata de una alerta, ni de un estatus, sino de un reporte sobre la repercusión que puede tener un evento remoto del que "se está calculando su magnitud". Acorde a los registros publicados en el sitio, durante la última década, el evento sísmico de mayor magnitud tuvo lugar en la Costa de Colima el 21 de enero de 2003 con una intensidad de 7.6 grados Richter .

4. Al respecto de las amenazas cibernéticas, existen alertas cibernéticas de las que, por la experiencia de haber manejado las relaciones públicas y la Responsabilidad de Alertas Cibernéticas oportunas (ahora llamadas tempranas), afirmo que son muy efectivas cuando una nueva amenaza muestra su rápida propagación entre los usuarios de Internet.

Semejantes a las de huracán son regularmente emitidas por fabricantes especialistas en Seguridad en Internet, que conocen la operatividad de los sistemas cibernéticos, sus vulnerabilidades y el comportamiento de amenazas, que antes, conocíamos sólo como virus y troyanos que, pueden dañar, e inutilizar un equipo de cómputo, una red y toda información de los usuarios con conexión a Internet, afectando la integridad de sus equipos, y su integridad personal.

Las estrellas: los troyanos o gusanos, programas que se instalan en los sistemas sin dejar evidencia en los equipos, por su alto grado de propagación en red afectan la PRIVACIDAD, de la información de una empresa, un individuo o familias completas. Son armas reales que el crimen organizado y los autores de secuestros, robo de identidad, fraude financiero, entre otros, utilizan para cometer delitos infectando equipos no protegidos con soluciones de seguridad de información confiables.

Para mantener la línea de fuentes de acceso público reconocidas, existe en México UNAM-CERT (Equipo de Respuesta a Incidentes de Seguridad en Cómputo), localizado en el Departamento de Seguridad en Cómputo (DSC) de la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico (DGSCA), de la UNAM.

La Alerta de Amenazas Cibernéticas, cobra auge entre los sectores de comercio electrónico, banca en línea y todo tipo de transacciones financieras a quienes les ha ocupado tomar medidas preventivas. Desde el punto de vista mediático, los fabricantes de antivirus y firewalls, aportan su especialización en alertar al CERT y a la comunidad sobre la existencia de estas amenazas a través de los medios, aunque no se ha estandarizado, el ascenso y descenso del grado -o fase- de peligrosidad de una amenaza cibernética, cada fabricante en Estados Unidos, Corea y el mundo tiene sus propios parámetros para determinar el riesgo de una amenaza que va desde Fase 1, 2, 3, 4, o 5 y viceversa, un fabricante tiene como fase uno la más peligrosa y otros la tiene como fase 5.

Es impactante todo lo que se puede asociar con las amenazas cibernéticas: pederastia, pornografía infantil, secuestro, robo o suplantación de identidad, fraude a cuentahabientes y fraude a compradores en línea entre otros temas. Estas alertas son un estatus sobre el comportamiento y grado de propagación de amenazas a veces no identificadas en su totalidad, sin embargo, los expertos conocen la vulnerabilidad que permite identificarlas y prevenir o contrarrestar su efecto en los sistemas, lo que hace más efectivo divulgar el cómo cerrarle la puerta y/o limpiar sus rastros, antes de que realmente exista la vacuna.

Cabe destacar el grado de propagación del virus SQL.Slammer que afectó a servidores SQL de Microsoft y en 9 minutos se propagó, infectando los servidores en todo el mundo. Cualquier comparación con la contingencia sanitaria actual espero que sea mera coincidencia, ya que este es el primer virus informático del que se tiene documentada la pérdida de vidas humanas y que en proporción guardada, al igual que en la contingencia sanitaria vigente, "no existía precedente ni base de datos" como para contar con la vacuna o el proceso de limpieza por parte de los fabricantes de la industria de Seguridad en Línea. Su nivel de peligrosidad llegó a 4 según algunos líderes de opinión, mientras su grado de propagación es aún no medible, ¿es comparable esto a una pandemia?

Nuevas amenazas de seguridad son propagadas a través de Internet con una rapidez nunca antes vista, y muchos sistemas que fueron dañados por el SQ Slammer aún con las medidas de seguridad de sus tiempos, carecieron de eficacia, por lo que la prevención es la clave, si se conoce que existe esta amenaza, debemos cerrarle la puerta antes de que entre, bajar las actualizaciones de los sistemas que tenemos instalados, escanear o rastrear los daños con soluciones de seguridad y actualizar los parches de seguridad de Windows para proteger nuestra información.

El marco coyuntural de la última década incluye incidentes graves que aquejan a nuestro país, en los que podemos intervenir de una forma organizada y estructurada para prevenir y alertar sobre: Cambio Climático y Sismos (huracanes, tormentas tropicales, terremotos...), Amenazas Cibernéticas (virus informáticos, troyanos, tuplantación de identidad, phishing, hackeo, intrusión a la privacidad por Internet...) y ahora mismo, sobre el tema de Salud y Seguridad Pública (epidemias, enfermedades de transmisión humana como lo es el virus de influenza A).

¿Cómo alertar al público en tiempo y forma oportunos?

Cómo evangelizar, viralizar un mensaje social y llegar hasta el último rincón donde existan posibilidades de afectación es esencial para prevenir de incidentes fatales a las personas. Porque estamos hablando en todos los casos mencionados de personas, del riesgo a las vidas humanas.

Hace apenas poco más de una semana, el Gobierno federal confirmó la existencia de un virus nunca estudiado ni conocido. Oportunamente se convirtió en prioridad de salud pública y antes de alertar, se tomaron decisiones firmes para proteger nuestra salud, ante epidemias asociadas a virus nuevos y desconocidos. Al detectar que este virus era mortal, se actuó con rapidez y responsabilidad para evitar una tragedia mayor. Entonces, se designó e instruyó al "vocero oficial", el secretario de Salud. Ante sus declaraciones, respondimos como acostumbramos los mexicanos: en equipo y cooperando con lo necesario para frenar la propagación.

La alerta del gobierno tuvo gran aceptación, y lejos de causar un terrorismo mediático, autoridades y medios colaboraron en la estrategia liderada por el primer mandatario Felipe Calderón, para frenar el número de contagios y para bajar el índice de mortalidad, que hoy es una realidad al haber aplicado el tratamiento con oportunidad.

Como partícipe de brigadas, por llamarlas así, para alertar ante contingencias climáticas y amenazas cibernéticas, en mi especialización, me confieso recientemente confundida sobre el sentido de la palabra "alerta". ¿Qué queremos transmitir y qué interpretan nuestros públicos?

En un sentido estricto, la palabra alerta (Del it. all'erta), publicado en el diccionario de la Real Academia Española, significa: "situación de vigilancia o atención" lo que a mi parecer es muy distinto de un sistema oportuno de información o estatus, palabra cuyo significado tomado también, de la RAE, es "Situación relativa de algo dentro de un determinado marco de referencia" lo que me lleva a cuestionarme sobre el "semáforo de alerta sanitaria" instaurado por el Gobierno del Distrito Federal, cuyas características se detallan en su página de Internet -que en su diseño ostenta el logotipo: "Ciudad de México, Capital en movimiento", y ruego para que no se mueva tanto, ya que esta ciudad es por evidencia, altamente vulnerable a los sismos.

¿Se trata de una alerta local o de un estatus nacional? ¿Es un instrumento de prevención o de información? Porque yo entiendo que la alerta debería ser nacional y que el mundo está volteando hacia México completito. ¿Y si de amarillo se va a rojo?, ¿en dónde estará visible?, ¿Que debemos hacer o interpretar como ciudadanos? Tal vez queramos emigrar y nos regresen o discriminen injustamente, para que sea el gobierno federal quien realice las gestiones para mandar por nosotros. ¿Qué no somos un gran país?

Los objetivos de la alerta

Los objetivos de la investigación comunitaria, como lo comenta el secretario de Salud mexicano, son evitar la extensión del brote del contagio, ya que pueden esperarse con la reanudación de actividades ciertos brotes. Ya que acorde a su declaración, el virus no está controlado, aún deberán pasar 15 días sin que exista un caso nuevo e ir paulatinamente a la normalidad

El gobierno declaró que es en la Ciudad de México donde el 68% del total de infectados de todas las edades, tenía o tiene su residencia. Esto es preocupante si el semáforo sanitario cambia de naranja a rojo, cuando ya sabemos que el remedio existe antes de que exista la vacuna y de que si ésta la encuentran en Medio Oriente será el gobierno gederal quien solicite y reciba las muestras de protocolo para decidir su destino y seguimiento en Comité de Gobierno como lo hiciera en los Pinos con todos los gobernadores sin excepción.

Los citadinos viajamos por necesidad y por costumbre a todo el país, y necesitamos medidas y control sanitario que nos asegure no ser portadores de infección.

¿Será que los ciudadanos necesitamos de semáforos cuando por mucho hemos probado como mexicanos, nuestra capacidad de sorprendernos, informarnos, cooperar y juntos alinearnos a una iniciativa de carácter federal sin detenernos a pensar que somos el foco rojo de la propagación mundial que ha repercutido en nombrar a este virus "influenza mexicana"? ¿Por qué no pelean entonces que la nombren la "influenza citadina"?

¿Qué pasará si la alerta cambia a rojo?

Recientemente comentaba sobre la responsabilidad social excelentemente cubierta por los gobiernos federal y capitalino en coordinación con los estatales y con la Organización Mundial de la Salud para afrontar una epidemia elevada a nivel 5 por la propia OMS.

Me atreví a enaltecer la oportuna coordinación y medidas preventivas con el coraje necesario para frenar cualquier oportunidad de propagación del virus. Sin dudar y reiterando ahora mismo, me felicité por contar con autoridades y medios de información responsables, cuya prioridad era y es, cubrir la contingencia y su seguimiento. Esto es un orgullo compartido. Yo no conozco aún a nadie que haya sufrido este mal dentro de mi círculo de relaciones y agradezco la solidaridad y conciencia que nos transmitieron las autoridades a través de campañas mediáticas con información veraz y en vivo.

Pero la duda persiste: ¿si el semáforo pasa a rojo?, ¿si los otros países no frenan el contagio y éste regresa versión "reloaded" como dicen ahora?

Mientras otros países nos cierran las fronteras y nos discriminan, debemos continuar actuando a la segura, la actitud ya se vio y de sobra, solo que no se ven clarificados los esfuerzos por consensuar con investigadores de la Academia de Ciencias, con la iniciativa privada transnacional, y por crear comités mundiales de ciencia e investigación dedicados a la búsqueda de esta vacuna, sino una campaña informativa y de estatus sumada a medidas locales de restricción de apertura de centros de entretenimiento y restaurantes en una de las ciudades más grandes del mundo y como lo ostentan, "en movimiento".

Sería ideal que en vez de regresar a la práctica de pulverizar los mensajes y sacar un semáforo sanitario para confirmar que el peligro existe y motivarnos a buscar en qué color estamos, invertir esa creatividad en hacer brigadas que motiven a la gente a reactivar la economía y a asistir a los cines y museos, para hacer ahí mismo, la prueba rápida a todo el que se pueda y deje, y si no erradicar el contagio de raíz, al menos controlar el contagio con estadísticas locales y no estatus de los avances, en lugar de repartir tapabocas como paliativo para reactivar actividades calificadas esenciales. Tal vez los centros de cultura y esparcimiento no tengan empleados que comen y compran nada para cubrir sus necesidades básicas.

Ahora estamos en condiciones de reiniciar de manera paulatina, cuidadosa y segura nuestras actividades. Ya hemos pasado la alerta máxima, existe la medicina y los expertos nacionales e internacionales coinciden en que si continuamos con las medidas preventivas podemos bajar el nivel de propagación y mortalidad.

Ahora, las acciones proactivas serían más que una alerta, serían la muestra de una Ciudad en Movimiento, donde las prácticas hacen al maestro, y el efecto no tiene que ser continuidad de una causa no resuelta, sino la búsqueda hasta el cansancio de la vacuna médica y mediática que nos permita salir con tranquilidad a la calle, cobijados por México y por nuestras acciones bajo el liderazgo personal del presidente, quien urge y con razón que cooperemos en enaltecer a México y buscar inversiones o al menos la visita de turistas para sanear los efectos de esta epidemia de influenza A.

Al calce, ¿qué hay de la alerta sísmica?, ¿dónde se escucha?, ¿en los edificios corporativos? ¿en los de gobierno?, ¿habrá uno en cada cuadra?, ¿en las escuelas?, ¿dónde y quienes verán el semáforo sanitario? Tal vez el noticiero matutino magistralmente conducido y con humor característico sustituya su diaria exhibición del Popocatépetl y se solidarice para mostrar de aquí a que encuentren la vacuna en el mundo, el semáforo sanitario en la Ciudad de México de amarillo a azul o de plano a cara o cruz.

* La autora es fundadora y directora general de la Agencia de Relaciones Públicas Zulema Jureidini ipunto, Comunicación y Relaciones Públicas, académica y conferencista sobre temas de Responsabilidad Social en el marco de las Relaciones Públicas en México. z.jureidini@ipuntorp.com.mx http://www.ipuntorp.com.mx/

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