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El freno de Carlos Slim

Un artículo de The New Yorker revivió críticas sobre que el monopolio del magnate frena la economía; pero el economista de la Universidad de Chicago, Pablo Peña, refuta la idea y la califica de mito.
vie 05 junio 2009 11:38 AM

Hace unos días la revista The New Yorker publicó un artículo sobre Carlos Slim que revivió la controversia sobre lo que este magnate representa para el país.

Sus críticos dicen que su monopolio en comunicaciones está frenando el crecimiento de la economía mexicana. Sin embargo, no he visto una teoría de cómo es que este freno ocurre. De hecho, usando conceptos económicos básicos uno llega a la conclusión de que el freno al crecimiento provocado por el monopolio de Slim más bien parece ser un mito. Y el problema de los mitos es que distraen la atención del público y los gobernantes, que deberían ocuparse de los verdaderos obstáculos para el crecimiento.

Con los cuatro puntos siguientes, no defiendo a las empresas de Slim ni a los monopolios en general. Los monopolios deben combatirse con medios legales (y si estos son insuficientes, las leyes deben ser modificadas) y no mediante juicios que parecen viscerales y que carecen de bases económicas. Los críticos que hablan del freno de Slim a la economía deben poner sus argumentos sobre la mesa. Sin saber cómo es que este freno ocurre y sin una idea de su magnitud es muy difícil tomar las críticas seriamente.

Primero, los monopolios-como todas las empresas-buscan mayores utilidades. Si fuera el caso -como algunos críticos señalan- que una mayor penetración de Internet de banda ancha pudiera incrementar substancialmente la productividad de empresas que aún no tienen acceso y de la economía en general, entonces el primer interesado en invertir en esta tecnología y popularizar su uso sería el monopolio de Slim. Una mayor productividad de los usuarios le permitiría cobrar precios altos por sus servicios y generar utilidades adicionales.

Cuando Telmex invirtió en líneas terrestres y la red de fibra óptica después de su privatización fue porque era rentable, a pesar de que los libros de texto dicen que los  monopolios restringen la cantidad para conseguir un precio más alto. Si Telmex no invierte en alguna nueva tecnología debe ser porque hoy el incremento en productividad no compensa el costo.

Segundo, el sector de telecomunicaciones presenta en todo el mundo un alto grado de discriminación en precios no sólo en México. "Discriminación en precios" se le llama a la existencia de múltiples planes para cobrar servicios idénticos dependiendo del nivel de consumo. Los proveedores de servicios usan discriminación en precios para generar mayores utilidades y las empresas de Slim no son la excepción. Típicamente las empresas en telefonía de larga distancia o celular cobran un precio muy alto por minuto pero sin tarifa fija a las personas que planean hablar poco por teléfono (por ejemplo las tarjetas prepagadas) y cobran un precio bajo por minuto pero con una tarifa fija a las personas que planean hablar mucho (por ejemplo los planes por dos años). Eso es discriminación en precios.

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La discriminación en precios hace que el monopolio se asemeje a una industria competitiva porque cuando puede discriminarse perfectamente, cada persona que valora el servicio en más de lo que cuesta acaba teniendo acceso a él-que es precisamente la situación ideal que ocurre en competencia perfecta. Entonces la discriminación en precios hace que el costo en eficiencia del monopolio sea menor que el descrito en los libros de texto, e incluso hace posible que sea muy cercano a cero.

Tercero, algunos críticos mencionan que es injusto que los altos precios pagados por los hogares mexicanos contribuyan a la extraordinaria rentabilidad de las empresas y la fortuna de Slim. No voy a juzgar esta transferencia de recursos en términos de justicia pero sí en términos de sus efectos económicos-que es a lo que la mayoría de los críticos alude con más frecuencia.

Por cada peso que va del bolsillo de una familia típica en México a las arcas de los accionistas de Telmex la economía genera un mayor ahorro. Este incremento en el ahorro se explica porque las personas ricas-entre ellas Slim y sus socios-ahorran una mayor fracción de su ingreso disponible.

Las economías de alcance y de escala en el sector financiero le permiten a Telmex y sus propietarios invertir en activos más rentables que los activos a los que tiene acceso la típica familia mexicana. Por ejemplo, las utilidades de Telmex pueden invertirse en la expansión de la cadena de tiendas y cafés Sanborns, generando más empleos. Por lo tanto, es muy probable que las transferencias de pobres a ricos implícitas en los precios monopólicos resulten en mayor empleo.

Cuarto, hasta donde sé no hay evidencia de que precios más bajos en telecomunicaciones se traduzcan en un "boom" económico. Si los críticos la tienen, que la hagan pública.

 * El autor es economista de la Universidad de Chicago, profesor de Economía y Negocios en Loyola University y especialista en casos de monopolio. 

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