Argentina deja atrás etapa de Kirchner
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, perdió el control del Congreso en las elecciones de mitad de mandato celebradas el domingo, en las que quedó dilapidado parte del apoyo político que logró en la arrolladora votación que la llevó al poder en el 2007.
Los argentinos dieron la victoria a los candidatos opositores en los principales distritos del país, en unos comicios a los que el Gobierno atribuyó una vital importancia para revalidar su gestión.
Tal fue la importancia adjudicada a estas elecciones por el Gobierno que Néstor Kirchner, ex presidente y esposo de Fernández, participó como candidato a diputado en el mayor distrito del país, la provincia de Buenos Aires.
Pero una economía en desaceleración, una elevada inflación no reconocida oficialmente y el desgaste de seis años de gestión -incluyendo al mandato de Kirchner- pesaron más que las promesas de extender el fuerte crecimiento económico de Argentina entre el 2003 y el 2008.
En los comicios del domingo, el Gobierno habría perdido unos 18 diputados y unos 4 senadores, con lo que dejaría de contar con las mayorías requeridas en ambas cámaras para sesionar, según un avanzado escrutinio.
Hasta ahora, entre propios y aliados, el Gobierno contaba con los diputados y senadores necesarios para avanzar con sus proyectos de ley.
Pero el revés obligará a las autoridades a buscar nuevos mecanismos para conseguir los votos que precisa para impulsar sus proyectos de ley y evitar que la oposición alcance acuerdos para aprobar iniciativas en contra de la voluntad oficial.
Kirchner, tendiendo una mano hacia sus vencedores, llamó a "profundizar la gobernabilidad, a respetar la institucionalidad, a respetar la convivencia democrática".
"Ahora tendrán que demostrar todas aquellas fuerzas que dijeron que era importante que esté mucho más compartido el Congreso que tienen la madurez para garantizar la gobernabilidad", agregó tras admitir la derrota, en un inusual tono conciliador.
Pese a todo, el bloque oficialista continuaría como primera minoría en ambas cámaras.
"El Gobierno ha perdido el quórum tanto en Diputados como en Senadores de la Nación", dijo la líder del partido Acuerdo Cívico y Social y candidata a diputada por la ciudad de Buenos aires, Elisa Carrió.
Carrió pasará a liderar el mayor bloque de oposición en el Congreso, tras conformar una fuerza con presencia en todo el país, pese a que su partido concluyó tercero en la provincia de Buenos Aires, donde brilló el empresario Francisco De Narváez, de una rama disidente del peronismo gobernante.
El oficialismo recibió el mayor golpe político en la provincia de Buenos Aires, donde vive el 38% de la población y se renovaron 35 bancas de diputados.
El Gobierno concentró allí sus mayores esfuerzos de campaña, pero Kirchner acumulaba el 32.1% de los votos y concluyó segundo detrás de De Narváez, que obtenía poco más del 34%.
"La nueva mayoría (en el Congreso), por más que la representación formal se asuma el 10 de diciembre, está constituida por una distinta condición de dirigentes", dijo Francisco de Narváez.
Agregó que "nuestra vocación es que ya esa nueva mayoría se exprese en nuestras decisiones y vamos a evitar que en el Congreso se intenten sancionar leyes que irían claramente en contra de la vocación que ayer se manifestó".
En la elección del 2007, cuando Fernández resultó electa presidenta, había logrado el 45.9% de los votos en la provincia de Buenos Aires.
Las listas oficiales también perdieron, en algunos casos por abrumadoras diferencias, en los principales distritos del país, como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Santa Fe, Córdoba y Mendoza.
"Va a haber una necesidad por parte del oficialismo de hacer acuerdos parlamentarios que no se venía dando a gran escala", dijo Juan Germano, director de Isonomía Consultores.
