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Chilenos votan, favorito es de derecha

Los chilenos votaban el domingo, el favorito es el derechista opositor Sebastián Piñera; el candidato oficial, Eduardo Frei, está como segunda intención de voto.
dom 13 diciembre 2009 01:01 PM

Los chilenos votaban el domingo en una elección presidencial en la que el multimillonario opositor de derecha Sebastián Piñera figura como favorito, tras casi dos décadas de Gobiernos de centro izquierda, aunque se anticipa una segunda vuelta en enero. El bloque Concertación ha gobernado Chile desde 1990, cuando terminó la dictadura de 17 años del general Augusto Pinochet, quien murió en el 2006. La derecha, que colaboró y gobernó con Pinochet, no gana una elección presidencial en Chile en medio siglo.

Las autoridades informaron que a las 9.45 hora local (1245 GMT) un 98,7 por ciento de las mesas estaban constituidas para los sufragios en los que también se renovará parcialmente el Congreso de senadores y diputados.

En la contienda figura como segundo en intención de voto el candidato oficialista y ex presidente Eduardo Frei, quien iría a un balotaje el 17 de enero, cuando la mayoría de los chilenos disfruta de sus vacaciones en el verano austral.

Lo siguen en la intención de voto el independiente Marco Enríquez-Ominami, hijo de un ex guerrillero asesinado durante la dictadura de Pinochet, y Jorge Arrate, un ex miembro de la coalición que gobierna el país y que ahora representa a la izquierda.

Las mesas deben funcionar por nueve horas y los primeros cómputos parciales se esperan hacia las 18.30 hora local (2130 GMT).

"Todos sabemos que va a haber una segunda vuelta así es que esta primera vuelta va a ser muy importante, pero sin duda tendremos una nueva jornada (...) donde finalmente se elija al presidente de la República", dijo la presidenta chilena, Michelle Bachelet, después de votar.

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Bachelet, quien entregará el poder el 11 de marzo del 2010, es la presidenta más popular en los Gobiernos de la Concertación -que dio prosperidad al país pero que se ha desgastado-, aunque su alta aprobación ciudadana no ha logrado ser traspasada a Frei.

Piñera votó la mañana del domingo en un céntrico colegio de Santiago luciendo una camisa celeste sin corbata y acompañado por su esposa en un bullado ingreso al centro electoral.

"Lo más importante, un mensaje de esperanza para todos los chilenos: vienen tiempos mejores y muy especialmente para tantos que yo he visto con mis propios ojos, los que más necesitan de un buen Gobierno", dijo después de votar.

Continuidad contra cambio

Se espera que unos 8.28 millones de votantes se pronuncien el domingo en 34,000 mesas de sufragio, en un país donde el voto es obligatorio para quienes están inscritos en los registros electorales. La temperatura en la capital, donde vota la mayoría de los chilenos, superaría los 30 grados centígrados.

"Necesitamos renovación. Por eso voto por Piñera. Creo que luego de 20 años, él lo puede hacer mucho mejor que la Concertación", dijo Silvia Estrada, una dueña de casa de 42 años que votaba en la acomodada comuna de Las Condes, en la capital.

Piñera, dueño de una fortuna de 1,000 millones de dólares según Forbes, propone más incentivos a los privados y pide una oportunidad para sacar el manejo del país de manos de la Concertación, un bloque que evidencia fracturas internas pese a la alta popularidad de la presidente Bachelet.

Frei, de 67 años y quien gobernó entre 1994 y el 2000, ha dicho que seguirá adelante con los planes de protección social que impulsó Bachelet para los chilenos de menores ingresos que buscan achicar una de las brechas más amplias entre ricos y pobres en América Latina, pese a la prosperidad del país.

"Hoy día definimos el futuro del país. Aquí lo que se define son dos maneras, dos visiones de Chile. Nosotros no queremos saltos al vacío, ni queremos volver al pasado. Queremos un Gobierno que se preocupe por la gente", dijo Frei a periodistas tras sufragar en la sureña ciudad de La Unión.

Para los chilenos, ya acostumbrados al balotaje, la segunda ronda parece ineludible y se anticipa como un enfrentamiento duro en que la Concertación deberá esforzarse por captar parte de los votos de Enríquez-Ominami, que al igual que el candidato Arrate, fue alguna vez miembro del pacto oficialista.

Aunque la izquierda no ha dado su apoyo en las elecciones previas abiertamente a la coalición, sí ha dejado a sus votantes en libertad de acción y el porcentaje de sufragios se ha traspasado casi matemáticamente en favor de la Concertación en la segunda vuelta.

La izquierda agrupada tras Arrate ha insistido en llegar a un pacto que frene las opciones de Piñera en segunda vuelta, mientras que Enríquez-Ominami insiste en que él es la mejor opción para enfrentar a la derecha en un balotaje.

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