gestión
Las reuniones laborales tienen mala reputación: son largas, suelen ser fastidiosas para los colaboradores y les impiden ser productivos
Pero son necesarias. Por lo que es importante concretar las cosas, poner objetivos claros y abordar verdaderos problemas del trabajo. Para lograrlo, es necesario hacer lo siguiente:
1
Exclusividad. Solamente invita a personas para quienes el tema de la reunión sea relevante. Limitar el número de asistentes mejora la conversación y reduce el tiempo para concretar ideas.
2
Adiós tecnología. Aunque las herramientas digitales facilitan la vida laboral, se convierten en un gran distractor. Lo mejor es concentrarse en la junta y olvidarse del celular.
3
Agenda clara. Antes de entrar a una reunión, los asistentes ya deben saber el objetivo y la duración. Esto ayuda a que la información fluya y no se estanque con suposiciones.
4
Llamado a la acción. Si al terminar la junta no hay compromisos claros, ni plazos específicos para cumplirlos, entonces no se logró nada. Se deben tomar decisiones, no solo decirlas.
5
Mejor de pie. Cuando la gente se siente cómoda, es más probable que se extienda al hablar. Las reuniones tienen que hacerse de pie, para que sea breve y fluida.