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México ‘opaca’ a su talento sobredotado

Integrar a las personas con mayor coeficiente intelectual puede incrementar el ingreso per cápita de un país hasta 6%, según estudios publicados por la OCDE.
mié 30 agosto 2017 12:15 PM
Impulso
Impulso La detección a tiempo de este tipo de talento permite una mejor formación y evita la 'fuga de cerebros'. (Foto: Andrew Rich/Getty Images)

Los países con una política para identificar y desarrollar sobredotados tienen un impacto favorable en su desarrollo económico, por la contribución que estas personas hacen en áreas como ciencias y tecnología.

“Se habla que una economía con sobredotados el ingreso per cápita es 6% más alto. El coeficiente intelectual (IQ, en inglés, es decir las habilidades para obtener conocimientos, utilizarlos y resolver problemas) se relaciona con el crecimiento económico de un país”, señala Jonathan Wai, investigador en la Universidad de Duke, en el artículo ‘Why your nation’s IQ matters’ (Por qué el IQ de las naciones importa), publicado por la OCDE.

Wai describe que una de las maneras en las que impactan en la economía es que este tipo de personas son más propensas a ser pacientes y retrasan la gratificación por esperar recompensas. "Si se es paciente, una consecuencia es que ahorras más dinero y las naciones con altas tasas de ahorro tienden a tener más fondos disponibles para invertir”.

Un sobredotado, por ejemplo, suele cuadriplicar un ingreso determinando en un promedio 10 años. La razón es que su razonamiento se centra en el largo plazo, no en el corto”, ejemplifica Andrew Almazán Anaya, director del Centro de Atención al Talento (Cedat)

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Almazán menciona otras formas en que el sobredotado impacta a nivel económico. Una persona con sobrecapacidad (coeficiente intelectual superior a 130) tiene mayor rendimiento en áreas importantes para el desarrollo de un país como educación, innovación y destreza financiera.

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“Su relación con la economía hay que verlo como una cadena virtuosa, y esto es un ejemplo: un sobredotado estudia y aprende más rápido que el promedio con el entendido de crear algo nuevo. Esa creación se convierte en patente y esto, a su vez, impulsa el desarrollo”, explica.

En el estudio ‘The Effects of Intellectual Diagénesis on Social, Educational, Business and Finance Variables’, elaborado por el Cedat y la Universidad Anáhuac, se relacionó el coeficiente de inteligencia de 83 países, entre ellos México, con los índices de competividad establecidos por el Foro Económico Mundial, como innovación, libertad económica, corrupción y educación.

Entre los resultados encontrados, destaca que los países en los que se identificó y desarrolló una mayor proporción de niños y jóvenes sobredotados (IQ por arriba de 115), las disciplinas de STEM (siglas en inglés que se refieren a Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), también asociadas al desarrollo de una economía, son elegidas por 73% de los estudiantes, mientras en los países donde el promedio es de 85 (para México el IQ es 87, disminuyó 13 puntos desde 1910) sólo 12% opta por estas disciplinas.

Este tipo de resultados generará menos patentes, científicos y exportaciones de productos y servicios de alta tecnología, que es lo que al final detona -junto con otros elementos- crecimiento económico en un país, señala María Elena Labastida, catedrática de la Universidad Anáhuac.

Detectar talento

Las acciones del gobierno pueden modificar el IQ, pero para ello se requiere trabajar en varios desafíos, por ejemplo, contar con políticas mejor estructuradas respecto a diagnóstico de sobredotados, por un parte, y hacer a un lado “la pasividad educativa”, por otro.

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Almazán sostiene que, si un joven tiene problemas en aspectos verbales y matemáticos, la respuesta hoy es bajar la exigencia académica para evaluarlo, en lugar de hacer reajustes con acciones para potenciar la inteligencia.

Además del desafío educativo, otro freno para el desarrollo de sobredotados, que hoy suman medio millón en México, es no contar con programas que estimulen la sobrecapacidad intelectual. Esto ha llevado a que la ‘fuga de cerebros’ sea alta en el país.

México es la economía con mayor emigración calificada de América Latina. Se calcula que por cada talento sobresaliente que sale del país y no retorna se pierden 600,000 dólares al año, de acuerdo con estimaciones de Heinrich Rindermann, director de la Cátedra de Psicología Educacional y del Desarrollo de la Technische Universität Chemnitz, en Alemania.

“Cuando eres sobredotado, hay una presión importante por estar donde se encuentre educación de calidad. Estados Unidos, por ejemplo, es uno de los principales captadores de este talento, a través de sus Centros Nacionales de Investigación, que tienen campañas para ubicar y atraer a estas personas”, comenta Almazán.

Una vez que salen para continuar sus estudios, es difícil que regresen a México, ya que generalmente no encuentran en el país estímulos para potenciar sus conocimientos. Conacyt, a través de sus becas, obliga a retornar, pero muchas veces el estudiante prefiere pedir un préstamo a la escuela donde se preparó en el extranjero, para cubrir su deuda económica con México.

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