El acceso al empleo
Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), apuntó que lo más difícil para una sociedad es la movilidad laboral. “Todos queremos trabajar y ser útiles, dar lo mejor de nosotros mismos para ir construyendo una mejor familia, pero también una mejor comunidad y sociedad”, afirmó.
El representante del sector empresarial destacó la importancia de hacer el programa más inclusivo. En el país hay más de 24 millones de jóvenes de entre 18 y 29 años, de los que 5.8 millones no participan en procesos educativos o productivos.
En 2019, la tasa de desempleo juvenil en el mundo fue de 13.6%, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y alrededor de 267 millones de jóvenes no trabajan ni estudian, lo que supone uno de cada cinco. En México, los últimos datos de la OCDE, la tasa de desempleo juvenil en abril de este año fue de 11.6%, comparado con el 8.3% del mes anterior. La organización atribuye este crecimiento a que los trabajadores jóvenes tienen contratos menos estables y en los sectores más afectados por la crisis del COVID-19.
Aunque Jóvenes Costruyendo el Futuro se ocupa de la capacitación de los jóvenes en México, no todos tienen la oportunidad de incorporarse a las empresas, donde recibieron su formación anual, debido a la falta de puestos de trabajo disponibles.
Iván Sandoval, responsable del programa Jóvenes Construyendo el Futuro en Liverpool, comentó que de 1,200 becarios contrataron a 136 en sus unidades de negocio.
Dentro de su plan de capacitación, el retailer les da a los aprendices herramientas para que desarrollen su inteligencia emocional, un curso propedéutico de inglés y sesiones de desarrollo profesional donde les enseñan cómo armar un currículum, cómo presentarse en una entrevista y cómo usar las plataformas de búsqueda de empleo.
“Es un programa con buena intención, pero que no responde a la realidad de los jóvenes porque el problema de fondo es la falta de empleos formales y el desarrollo económico que permita crear nuevos puestos”, opina por su parte Tomás Rosales Mendieta, profesor titular de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM.
El programa ayuda parcialmente, agrega, pero no le resuelve a un joven su vida inicial laboral porque no hay forma de retenerlo en la empresa si no hay una economía que ayude al desarrollo del mercado nacional, apunta.
“Por el lado presupuestal, la iniciativa genera una gran carga financiera. Hemos visto que hay abusos en el manejo de las becas y además el uso electoral del programa desvirtúa su objetivo. Y desde el punto de vista de las empresas, considero que es una medida inadecuada porque necesitan talento preparado para los retos actuales, más que becarios que pueden tener intereses ajenos a los de la organización”, concluye.