Velear en Saint-Tropez: un placer D’CEO
"Me falta una persona en la tripulación para la regata de mañana, ¿puedes acompañarnos?", escuché del otro lado del teléfono. Era un cliente a quien le había rentado el velero Elena para la semana de regatas de Saint-Tropez en la Costa Azul.
Acepté la invitación para observar en Les Voiles de Saint-Tropez cómo velean 150 barcos de principios del siglo XX, o construidos como si lo fueran. Supuse que sería una regata lenta, pues son barcos de 180 pies y unas 215 toneladas.
Nunca había estado tan equivocada. No imaginé que Elena pudiera navegar a 12 nudos, igual que un barco moderno de fibra de carbono. Es la misma acción, pero se necesita mucha más fuerza.
El velero se escora y estar a sotavento significa velear empapado y sujetarse con fuerza para no ser arrastrado por el agua que corre sobre la cubierta.
A las seis de la tarde empiezan las fiestas en cafés y restaurantes, que culminan en reuniones en los barcos, ahora en la calma del muelle.
Es bueno saber
Rentar una semana el velero Elena cuesta 80,000 euros.
Tiene capacidad para 10 pasajeros en cinco cabinas, además de la tripulación de hasta ocho personas.
Se puede dormir a bordo, pero la noche previa a la regata los dormitorios los ocupa la tripulación y los dueños van a l os hoteles de Saint-Tropez . De esa manera, la tripulación puede tener a punto la embarcación.
Elena es uno de los veleros al estilo de principios del siglo XX, ideal para participar en una regata en Saint-Tropez.
Botellas para disfrutar. Si cambia el viento e impide zarpar, en la espera puede degustar champaña y carnes frías.
Equipo náutico. No olvide el bloqueador para la regata, unos lentes de sol sport y un par de zapatos náuticos. Si quiere participar necesita guantes para velear.
El regreso del Panamá. El velero por fin da el pretexto para usar los muchos sombreros que han vuelto a las calles.