Tiger Woods deberá probar con actos, que ya no es un adicto al sexo

Cuando Jack Rogers (un paciente) oyó por primera vez las noticias acerca de las múltiples infidelidades de Tiger Woods, lo primero que hizo fue dedicar una oración a Woods y a su esposa. En segundo lugar, contó el número de mujeres que dicen haber tenido relaciones sexuales con el famoso golfista.

"Me dije a mi mismo: Dios mío, es un arsenal", recuerda Roger.

Jack Roger (no es su nombre real) sabe de arsenales porque él mismo tuvo uno: durante los primeros 20 años de su matrimonio, tuvo relaciones sexuales con unas cincuenta mujeres. Mientras que algunos ven a Woods simplemente como una sabandija infiel que buscaba pasársela bien, Rogers lo ve como un adicto al sexo. ¿Cuál es la diferencia? Rogers, que trabaja en la industria de tecnología punta en Washington y tiene dos hijos, explica que su vida giraba en torno a con quién tendría el siguiente orgasmo, del mismo modo que un adicto a las metanfetaminas piensa constantemente en cómo se volverá a drogar.

Entre mujeres y pornografía, "tenía tres, cuatro, cinco orgasmos al día", dice. "Acababa de tener uno y ya estaba pensando en cómo tendría el siguiente. El sexo controlaba mi vida, me sentía desgraciado".

La psicologa clínica, Paula Bloom, habló con CNN de lo difícil que es lograr una recuperación total de una adicción al sexo, como lo es para otras adicciones como de drogas, alcohol, entre otras.

Bloom considera que la disculpa pública de Tiger Woods sobre sus infidelidades no puede tomarse como un arrepentimiento definitivo ya que, a los adictos, hay que valorarles sus actos, no sus dichos.

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