En el 2011 Tiger Woods podría regresar como el número uno del mundo
Cuando alguien domina un deporte, la pregunta no es tanto si ganará torneos importantes, sino cuántos. En la última década, esa ha sido la duda en torno a Tiger Woods en todas las temporadas: ¿será una, dos, tres o las cuatro? Antes, el dinero inteligente estaba reservado para al menos dos de esos trofeos de golf que definían una carrera. En este punto, casi nadie más podía participar. Cómo han cambiado las cosas.
Jamás se habría pensado que una serie de juegos terminados entre los mejores 15 serían positivos para Woods, pero así fueron las profundidades a las que cayó el ex número uno del mundo en 2010 , donde una racha con estos resultados implicaba buenas noticias.
¿Y cómo no serlo? Despojado de su aura de inmortalidad por un humillante escándalo, Tiger tuvo que sufrir la indignación de no poder participar en un evento, un desempeño de 18 sobre par y empates en los lugares 46 y 78. No ganó nada en 2010 , ningún juego importante, ningún torneo, nada.
¿Logrará recuperar las habilidades que lo convirtieron en una leyenda del golf y una celebridad a nivel mundial? Tal vez, pero el panorama del golf ha cambiado de forma tan drástica que en los últimos 12 meses esa pregunta ya no puede plantearse de forma aislada.
La sola presencia de Tiger solía intimidar a sus oponentes. Se decía que con Woods en el campo, el resto le concedería un golpe en cada turno. Eran jugadores que se desmoronaban junto a él, jugadores que no pensaban que podrían vencerlo y no sabían cómo se sentía ganar trofeos importantes.
Pero ya no más.
Mientras que Woods perdía a su esposa , a sus patrocinadores, el hábito de ganar y los primeros lugares, sus rivales se acostumbraban a ganar, ganar, ganar.
Graeme McDowell y Martin Kaymer obtuvieron títulos en 2010. Justin Rose, Ian Poulter y Rory McIlroy ganaron el Tour de la PGA. Luke Donald tuvo una temporada brillante, Lee Westwood, con todo derecho, se convirtió en el mejor golfista del mundo.
Y todos ellos fueron europeos. En casa, Phil Mickelson y Jim Furyk aún conservan la chispa. Jeff Overton, Bubba Watson y Rickie Fowler se establecieron. Dustin Johnson pudo ganar fácilmente dos torneos en 2010.
Podría parecer que Tiger se estaba recuperando. Augusta fue la sede de su tan esperado regreso en abril, pero agosto marcó el cambio. Con un nuevo entrenador, Sean Foley, y con un doloroso divorcio atrás, logró concentrarse en el juego.
Con la competencia en su contra, creo que tendrá que ser mejor de lo que era antes para poder igualar el récord de 18 títulos que tiene Jack Nicklaus. A final de cuentas, se le juzgará comparándolo con Jack.
En cuanto a 2011, creo que veremos cómo los golfistas europeos dominan el rumbo, y esto lo hará desaparecer del escenario principal.
Solíamos preguntarnos cómo sería el golf sin Tiger Woods. Como a la nueva generación se le permitió brillar con su ausencia, el deporte se acaba de volver mucho más interesante.