Publicidad
Publicidad

El recuerdo de dos jóvenes que le robaron la atención a un jonrón

En 1974, Hank Aaron rompió el récord de jonrones que tenía Babe Ruth, pero unos estudiantes de 17 años destacaron al irrumpir en el campo
mié 04 enero 2012 07:36 AM
Hank Aaron beisbol
Hank Aaron beisbol Hank Aaron beisbol

La noche del 8 de abril de 1974, el jardinero de los Bravos, Hank Aaron, conectó su jonrón 715, con el que rompió el récord que tenia el legendario Babe Ruth y en ese momento se convirtió en el líder de jonrones en el beisbol.

Ese día, otros dos hombres también entraron en la historia con él: Clifford Courtenay y Britt Gaston. Ambos eran estudiantes y tenían solo 17 años en ese momento. Saltaron de sus asientos hacia el campo y corrieron a la tercera base junto con Aaron . Las imágenes de ese partido los muestran recorriendo el campo con el beisbolista.

Clifford Courtenay ahora es el médico Courtenay. Tiene 55 años, es un optometrista en Valdosta, Georgia. Su vida no cambió mucho por ese jonrón de hace casi 38 años. En ese entonces, dice, él y Gaston no comprendían que el momento era más grande que el beisbol, Aaron era un Jugador Más Valioso, un All Star y jugador de los Bravos de largo tiempo, pero entró a las Grandes Ligas procedente de la American Negro League y todavía recibía amenazas de muerte de los aficionados que no querían ver a un hombre afroamericano romper el récord de Babe Ruth. En ese momento, muchos no estaban seguros de cómo interpretar las acciones en el campo de estos jóvenes blancos.

Los chicos que corrieron las bases a su lado eran "(jóvenes) tontos de 17 años", dice Courtenay.

Con el tiempo, Courtenay empezó a resentir esa fotografía que lo siguió a su escuela en Memphis, a Tucson y de regreso a Georgia. Los periodistas le llamaban a cualquier hora de la noche y le realizaban las mismas preguntas, una y otra vez.

"No lo sentía como si fuera una celebridad, sino que era como estar en una pecera y como estar en los reflectores", dice.

Publicidad

Cuando recibió la llamada de un periodista de CNN, había algo diferente. "Nunca veía la foto, pero ahora pienso en ella. Pienso en ella más de lo que solía hacerlo. Me molestaba porque, ¿qué tanto puedes decir al respecto? Pero creo que ahora tengo un punto débil con eso".

El punto débil para Courtenay apareció el año pasado, cuando la persona con la que recorrió el campo falleció, el 3 de septiembre.

Courtenay y Gaston permanecieron en contacto —se reunieron con Aaron en varias ocasiones para hablar con los periodistas y firmar pelotas de beisbol— pero llevaban vidas separadas. Eso cambió hace dos años cuando Gaston enfermó. Volvieron a entrar en contacto, dice, y hablaban regularmente sobre la vida y también acerca de la lucha de Gaston contra el cáncer.

"Verlo a él y a su deterioro fue algo triste y me hizo pensar, 'tuvimos ese momento público y siempre estará ahí'. Es difícil de expresar", dice Courtenay.

Lo que alguna vez fue molesto, ahora es un cariñoso recuerdo de un hombre con el que Courtenay no habría conectado de otra manera.

"Britt era una persona atrevida, carismática y brillante, quien era un poco imprudente y testarudo, pero era una de esas personas que, te gustara o no, no podía dejar de agradarte”, dice Courtenay. “Algunas personas simplemente cuentan con un magnetismo. Era ese tipo de persona”.

El año pasado, Courtenay y Gaston se reunieron con Aaron para firmar pelotas de beisbol para obras de caridad; los tres hombres firmaron pelotas de beisbol para que sirvieran como recuerdos para los demás.

Este año, como regalo, Courtenay quería darle a Gaston lo único que no tenía en su vida: Courtenay y Aaron firmaron una pelota de beisbol y se la dieron a Gaston.

No te pierdas de nada
Te enviamos un correo a la semana con el resumen de lo más importante.

¡Falta un paso! Ve a tu email y confirma tu suscripción (recuerda revisar también en spam)

Ha ocurrido un error, por favor inténtalo más tarde

Publicidad
Publicidad