Donald Trump amenaza con quitar su inversión al golf en Escocia

Cuando la primera piedra fue colocada en el campo de golf del millonario Donald Trump en Escocia en abril del año pasado, pocas personas hubieran pensado que en menos de un año el proyecto se vería amenazado.

El extravagante millonario estadounidense ha declarado públicamente su intención de construir “el campo de golf más grande del mundo” en un tramo de dunas en la costa de Aberdeenshire, cerca de Menie.

Después de 5 años de enfrentar las objeciones de activistas locales y grupos ambientalistas, Trump cortó el listón que marcaba el comienzo de los trabajos de construcción en junio del 2010 y ha progresado rápidamente.

El campo de 18 hoyos, diseñado por el arquitecto de golf, el doctor Martin Hawtree, abrirá sus instalaciones a mediados del 2012.

Pero el hotel y resort de descanso, junto con las 1,500 casas y un segundo campo que se tenían planeados han sido detenidos por los planes de la compañía de energía renovable, Vattenfall, de construir 11 turbinas gigantes de aire a 2 kilómetros del terreno de Trump.

El magnate reaccionó furiosamente amenazando con sabotear el proyecto. Según se informó, donó 15.9 millones de dólares a un grupo que está en contra de los parques eólicos llamado Communities against Turbines Scotland (Comunidades contra las Turbinas de Escocia).

Dilema político

En medio del asunto se encuentra el líder político de Escocia, Alex Salmond, quien anunció que el país generará toda su electricidad de energías renovables para el 2020.

No obstante, Salmond ha apoyado el proyecto de Trump porque traería una regeneración económica, además de aumentar el número de empleos.

Sin embargo, su opinión sobre la construcción de un parque eólico, que será supervisado por un organismo del gobierno llamado Marine Scotland, no ha sido revelada.

La oficina de Salmon dijo a CNN que no daría ningún comentario, pero entregó el siguiente comunicado.

“Una petición para el consentimiento del Centro Europeo de Desarrollo Eólico fue entregada a Marine Scotland el 2 de agosto del 2011 y se encuentra todavía bajo consideración. Tenemos como objetivo responder a las solicitudes en nueve veces a partir de su recepción y estamos considerando las opiniones de los consultados, las partes interesadas y el público”.

Pero Trump claramente cree que Salmond es amable en cuanto a las solicitudes y envió una carta el 9 de febrero de este año en la que señala que el subsidiar proyectos de parques eólicos “destruirá a Escocia y a su economía”.

“Pareces dispuesto a destruir la costa de Escocia y a Escocia misma”, se lee en la carta. “Con la instalación de estos monstruos, habrás hecho más daño a Escocia de lo que se ha hecho en toda su historia”.

¿Promesas no cumplidas?

George Sorial, el abogado de Trump, dijo a CNN que su jefe estaba enojado debido a que cree que las autoridades escocesas no han mantenido las promesas que hicieron en el 2006.

“Nos dijeron que no habría turbinas de viento en esta parte de la costa”, dijo.

El partido político de Salmond, el Scottish National Party, no tenía el poder en el 2006, pero Lewis MacDonald, miembro del entonces regente Labour Party, dijo que no creía que estas empresas fueran aprobadas por el Primer Ministro Jack McConnell.

MacDonald también es un miembro del Parlamento Escocés en la región de Aberdeenshire, y hasta hace poco era el ministro de energía.

Así como su adversario político, apoyaba el proyecto de Trump, pero cree que el magnate está equivocado al oponerse a la construcción de turbinas.

“Sería una pena si la construcción no siguiera”, dijo a CNN. “El hecho de que seas un partido que está interesado en una propuesta no te da el derecho a vetar otra”.

“El desarrollo de parques eólicos tienen un gran potencial económico para Escocia y ayudarán a  cambiar el énfasis de energías provenientes del gas y aceite a energías renovables en las generaciones futuras”.

Buscando un compromiso

David Rodger, vocero de Vattenfall, empresa a la que se le otorgaron 40 millones de euros (54 millones de dólares) de parte de la Unión Europea para financiar su proyecto, está usando al equipo de Trump para comprometerse.

“Nuestro punto de vista es que ambos proyectos convivan en armonía”, Rodger dijo a CNN. “Este proyecto ha sido desarrollado durante seis años. Pasará a la siguiente generación como un proyecto eólico de primer mundo”.

“Nos hemos involucrado en un diálogo con las partes interesadas y creemos que hemos encontrado el mejor lugar para la creación de nuestro proyecto”.

Nada de esto es parecido a lo que dice Sorial, quien está firme con que cualquiera que sea la decisión de Marine Scotland, el equipo de Trump seguirá luchando.

“Es una guerra desgastante y estamos en una posición superior”, dijo.

MacDonald dijo que existen pocas alternativas en el caso de que la petición de Vattenfall sea aceptada por Marine Scotland.

“Vattenfall ha hecho significativos movimientos para acomodar a otros usuarios y reducir la escala del parque eólico, no pueden ser criticados por no responder a las preocupaciones de los demás”, dijo.

Raíces escocesas

Pero Trump, que es uno de los hombres más poderosos del mundo, no está acostumbrado a perder una batalla y está apelando al líder político del país a usar su influencia.

“Por favor entiende, estoy haciendo esto para salvar a Escocia, y honrar a mi madre, Mary McLoed, quien como tu sabes nació y creció en Stornoway. ¡No creería lo que le estás haciendo a su querida Escocia!”, firma Trump en su carta a Salmond.

Para cuando Trump vaya al norte de Escocia en junio en la apertura de su campo de golf, el resultado de la petición de Vattenfall será revelado.

Lo que pasará aún no lo sabemos, pero por ahora la inversión de Trump de 1.2 mil millones de dólares ha dejado a Salmond, quien es conocido como “astuto”, con un dilema complicado.

Y en señal de que Trump pueda poner su atención en cualquier otro lugar, su organización anunció que comprará el famoso Hotel y Spa Doral en Florida, que se declaró en bancarrota, por 150 millones de dólares.

El hotel se encontraba en bancarrota desde principios del 2011 después de que el mercado inmobiliario sufriera pérdidas en los Estados Unidos.