Una reforma le 'abre las puertas' de Cuba a una figura del béisbol en EU
El campo de béisbol luce igual que cualquier otro al que acude la gente para jugar a la pelota durante los fines de semana en Cuba.
A unas calles del océano de cegador color turquesa, los jugadores se apresuran a cerrar las entradas entre tragos de cerveza Cristal.
Sin embargo, este juego era diferente de otros que se estaban jugando.
No fue solo que las leyendas de las ligas cubanas hubieran llegado durante la mañana para jugar en este polvoriento campo a las afueras de La Habana. Entre la pequeña multitud que se formó nadie los volteó a ver siquiera. Todas las miradas estaban en el jugador que no debería estar ahí: José Ariel Contreras.
Contreras, lanzador estrella en Cuba, formó parte del equipo que ganó el oro olímpico, fue nombrado atleta cubano del año en tres ocasiones y en 1999 lanzó ocho entradas sin permitir carrera con los Orioles de Baltimore.
Fidel Castro, quien alguna vez fue un pelotero ávido, lo llamó cariñosamente el Titán de Bronce.
En 2002, desertó mientras jugaba en México.
Después de varios años en los que apenas lograba ganar lo suficiente para vivir en Cuba, Contreras firmó un contrato de 32 millones de dólares con los Yankees de Nueva York.
El gobierno cubano consideraba traidores a las estrellas del deporte que habían abandonado Cuba por un enorme salario en el extranjero. Si abandonaban la isla seducidos por las ligas mayores, se les podía prohibir regresar a su tierra y nunca volverían a ver a sus amigos y familiares.
Eso fue hasta enero, cuando las autoridades implementaron reformas largamente esperadas y levantaron muchas de las restricciones que pesaban sobre los cubanos que querían viajar al extranjero y regresar a la isla.
Las estrellas del deporte y los funcionarios del gobierno todavía necesitan un permiso especial para partir. Sin embargo, por primera vez se permite que regresen los desertores de alto nivel, como Contreras.
Contreras es la primera estrella del deporte que pone a prueba la nueva ley.
“Ya iba llorando en el avión. Esperé esto por 10 años”, dijo Contreras a CNN mientras los aficionados cubanos se formaban para tomarle fotos con sus teléfonos.
“Fueron años de dolor que no pueden borrarse, pero mantuve la esperanza de que algún día (volvería)”, dijo.
Mientras que otras estrellas del deporte que dejaron Cuba dijeron que regresar los hacía sentir inquietos –temerosos de seguir vetados o de ser encarcelados—Contreras estaba ansioso. Su madre estaba internada en el hospital y él dijo que había extrañado su hogar todos los días que estuvo lejos.
Otros de los jugadores cubanos que desertaron, como Orlando El Duque Hernández, se quejó de que los cubanos que viven en el extranjero aún tienen que pedir al gobierno que les otorgue una visa para regresar.
Sin embargo, Contreras dijo que el que finalmente se haya abierto la puerta para que los desertores regresen era una señal importante.
“No deberían temer, (las estrellas del deporte que desertaron) seguirán regresando”, dijo. “Es el sueño de todos los que viven fuera de Cuba, poder regresar para estar con tu familia y los aficionados”.
A Contreras no le falta orgullo por su ciudad natal. Aunque el gobierno cubano repudie a las estrellas deportivas que parten para construir una carrera en Estados Unidos, muchos cubanos apoyan discretamente a sus paisanos que triunfan en el extranjero.
Durante el partido informal, los jugadores salieron del campo para abrazar a Contreras; algunos de ellos lloraban.
“Estoy verdaderamente feliz de que esté de vuelta, de vernos y de recordar las cosas que hicimos juntos”, dijo el pitcher cubano, Pedro Luis Lazo. “Gracias a Dios que ahora puede regresar cuando quiera. Ahora nos veremos con más frecuencia”.
Contreras dijo que se quedaría en Cuba por un tiempo más. La salud de su madre ha mejorado y ya salió del hospital.
También quería regresar al pequeño pueblo en el que creció, donde lo descubrió un cazatalentos mientras trabajaba en el campo. Luego, regresará a Estados Unidos para seguir entrenando con la esperanza de volver a jugar profesionalmente.
Luego de que jugara para los Yankees, los White Sox y los Phillies, Contreras quedó fuera a causa de las lesiones, pero dijo que estaba seguro de que aún podía jugar unas cuantas temporadas en las ligas mayores.
Dijo que llevaría consigo los olores, sonidos y recuerdos de Cuba.
“Cada vez que pueda estaré aquí”, dijo. “Este es mi país”.