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Max Eisenbud, el hombre detrás del éxito de Maria Sharapova

Max Eisenbud es la persona con quien habla hasta 75 veces al día y, en parte, el responsable por el ascenso de la rusa como una marca
jue 02 mayo 2013 06:11 PM
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Lo sobrepasa en estatura, pero no puede vivir sin él; tanto así que intercambian correos electrónicos hasta 75 veces al día.

Desde que se conocieron, hace 15 años, Maria Sharapova ha podido contar con un hombre que planeó su ascenso para convertirse en la atleta mejor pagada del mundo.

"Él sabe todo lo que pasa. Sabe dónde estaré mañana, sabe dónde estoy ahora", dijo Sharapova al programa Open Court de CNN.

"Él" es Max Eisenbud, quien conoció a la tenista rusa cuando ella tenía 12 años y trabajaba con el destacado entrenador Nick Bollettieri en Florida.

En ese entonces, por un sueldo bajo, Eisenbud era el enlace entre los padres de tenistas jóvenes y la academia de tenis que IMG compró a Bollettieri. Ahora es vicepresidente de esa agencia deportiva líder y ha ganado una fortuna no solo con Sharapova, sino también con la estrella del tenis más rentable de China, Li Na, la segunda deportista mujer con más ganancias según la lista de Forbes de 2012. 

"Como agente solo a veces tienes suerte, y yo solo soy un tipo realmente afortunado", dijo Eisenbud, de 41 años. 

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"¡Simplemente trato de no echarlo a perder!".

Todo un negociador

Su día de suerte fue el 3 de julio de 2004, cuando Sharapova, de 17 años, impresionó a Serena Williams (y al mundo del tenis) en la final de Wimbledon para ganar su primer título de grand slam.

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Con su aspecto de modelo y encanto joven, los patrocinadores se peleaban por obtener algo de acción. La revista Forbes reportó que la tenista ganó casi 28 millones de dólares en el año hasta junio de 2012; 22 millones de dólares fueron por patrocinios.

Puede que el dúo que forman la glamourosa Sharapova de 1.8 metros y Eisenbud, un hombre calvo y pequeño de Nueva Jersey, sea extraño, pero como socios de negocios tienen una sinergia perfecta.

"Simplemente hemos sido muy abiertos, honestos y reales, y él es alguien que te dice las cosas como son", dijo Sharapova, quien al igual que Eisenbud nació en abril; pero con 15 años de diferencia.

"Creo que es una de las cosas que más aprecio en las personas, y él lo ha desde el comienzo. Entendió la dinámica de ser atleta, de trabajar para mí", explicó. 

"Los agentes tienen trabajos mucho más importantes que lo de la vida diaria —reservar vuelos, ver tu agenda— por supuesto intenta ganar dinero y hacer grandes contratos, pero al final del día hace todo por mí", contó Sharapova.

"Tiene un calendario anticuado y ve cada fecha. Sabe mi horario, exactamente cuándo vuelo a tal torneo, cuándo regresaré, cuándo podemos ajustar algo". 

"Conoce mis horas de entrenamiento, así que hay cosas que priorizo sobre otras, y ciertamente hay algunas sesiones de fotografías creativas que me gustaría hacer y me dice: ‘no tenemos tiempo para eso’, así que no las hacemos, pero usualmente estamos de acuerdo en muchas cosas”, dijo la tenista.

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Mientras Sharapova está cómoda en la alfombra roja y en fiestas de celebridades, su agente es más feliz haciendo negocios.

"Constantemente ve su BlackBerry… si necesitas llamar su atención, probablemente debas enviarle un correo electrónico. Así es como veo nuestra relación", dijo.

"Es muy bueno en algunas cosas; en otras no tiene idea, como si vas a un evento y estás en la alfombra roja, no tiene idea de lo que pasa", explicó la atlta. "Dice 'hey' y habla con todas estas personas y tú dices, 'está bien, ¿a dónde voy? ¿voy a dar entrevistas? ¿poso para las fotografías? ¿qué pasa?'".

"Ese no es su fuerte. Su fuerte es hablar por teléfono, obtener contratos, programar todo. Todas esas decisiones de negocios, así que hay cosas para las que necesito traer a otras personas".

Superagente

Eisenbud ve su papel como un malabarista de compromisos.

"Creo que soy más un facilitador, un organizador. Sé cuándo debo llevarle las cosas porque está en medio de un torneo y cuándo necesita enfocarse más, para que no se distraiga del tenis", dice el agente de 41 años.

"Creo que esa es mi habilidad. Probablemente mandamos entre 30 y 75 correos electrónicos al día entre nosotros, así que a veces ni siquiera necesitamos hablar por teléfono. Solo expresa su visión e intento hacer lo mejor posible para seguir su visión".

Desde la ropa y cosméticos hasta su más reciente incursión —una marca de dulces  autofinanciada— Sharapova tiene una estrategia de negocios fuerte.

"Si no quisiera jugar tenis de nuevo, tengo suficiente dinero para vivir el resto de mi vida, pero respeto el dinero que he ganado porque no crecí con mucho dinero", dijo Sharapova, cuyos padres huyeron de su nativa Bielorrusia después del accidente nuclear de Chernóbil en 1986, justo antes de que naciera.

Su padre la acompañó a Estados Unidos en 1994; aceptaba trabajos con bajos salarios antes de que ella ingresara a la academia IMG (que cuesta 35,000 dólares al año) con una beca a los nueve años de edad. 

"Mi familia nunca lo tuvo, así que siempre tengo respeto por cada dólar que gano hoy en día. Realmente vine de no tener nada", dijo Sharapova. "Vivía una vida diaria normal y promedio en Rusia y teníamos un sueño, tenía talento y nos mudamos a Estados Unidos", contó. 

"Por supuesto soy afortunada de tener y ganar mucho dinero, pero al final del día, lo ganamos con mis padres y su trabajo duro, sacrificios y horas en la cancha".

Eisenbud puede trabajar con otros jugadores (tiene un grupo de jóvenes, así como Li), pero dice que Sharapova siempre será su centro de atención.

Ha estado allí desde sus primeros éxitos y los más grandes de sus fracasos cuando parecía que una lesión en el hombro terminaría con su carrera en 2008.

"He estado con ella tanto tiempo, que no hay nada mejor que verla sonreír en la cancha", dijo Eisenbud. Sharapova ganó en marzo de este año el título Indian Wells y el pasado domingo derrotó a Li en la final de Stuttgart  para retener su título.

"Es bastante difícil para mí. Conozco mucha información que otros no conocen. Sé qué pasa, dónde estamos con cosas diferentes y qué significarían las victorias, así que me pongo un poco nervioso", señaló el agente.

Con Li, quien también gana grandes contratos, Eisenbud es similar a "superagentes" como Jorge Mendes, quien trabaja con Cristiano Ronaldo y José Mourinho.

"En lugar de competir entre sí, Sharapova y Na en realidad ofrecen al negocio de Eisenbud una mayor cobertura global", dijo a CNN el experto británico en negocios deportivos Simon Chadwick.

"Existe un grado de solapamiento en que ambas son estrellas mundiales de tenis, de las que está consciente el público. Esto plantea cuestiones de claridad, enfoque y orientación para Eisenbud", explicó.

"Sin embargo, como marcas, son propuestas significativamente diferentes, lo que significa que probablemente atraen a grupos diferentes de personas en diferentes países del mundo". 

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La vida después del tenis

Fue el éxito en el Abierto de Francia del año pasado lo que realmente coronó el regreso de Sharapova, pues había sido descartada después de una larga lucha para reconstruir su carrera tras una operación en sus hombros.

"Eso fue emotivo, definitivamente lloré mucho", recordó Eisenbud.

"Estaba con ella cuando fue operada en el hombro, estuve allí cuando despertó, vi sus primeras rehabilitaciones, vi todos los momentos difíciles, escuché a todos los periodistas que la descartaban, Pam Shiver dijo que nunca volvería a ganar un grand slam de nuevo, todas las personas decían 'nunca, nunca, nunca'", recordó. 

"Si yo lo veo estoy seguro de que ella lo está viendo, así que cuando pudo ganar eso (arrodillarse y ganar ese Abierto Francés) fue algo como un 'se los dije' y 'no me descarten'.

"Aquí está una gran campeona que tuvo todo el dinero del mundo, toda la gloria, todos los títulos, pero quería regresar y ganar, y eso dice mucho de ella".

Pero la lesión cambió los pensamientos de Sharapova sobre la vida después del tenis, y el lanzamiento resultante de sus dulces Sugarpova el año pasado fue su primer proyecto de negocios independiente .

"Hay mucha inactividad en el tour y lo aprovecha mucho", dijo Eisenbud. “Está involucrada en todo lo que hace, no es alguien que no toma las decisiones; dirige todo lo que hace y solo intento implementarlo mientras está en la cancha.

"Todo lo que hicimos durante el último par de años fue pensar sobre la vida después del tenis. No queríamos que su carrera terminara y de pronto comenzamos a pensar en eso.

"Creo que Sugarpova será un gran negocio para ella después del tenis. Se meterá en muchas cosas diferentes (cosméticos, fragancias, ropa), así que creo que es solo el comienzo para ella".

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