Americanistas dicen estar felices, pero no logran celebrar con su equipo
Los festejos de la afición del club América continuaron este lunes al sur de la Ciudad de México tras su dramático triunfo en la final del domingo ante Cruz Azul.
Algunos en vela después de haber estado toda la madrugada celebrando alrededor de la columna de la Independencia en el Paseo de la Reforma, se dieron cita temprano en las instalaciones del equipo azulcrema para tener un saludo, un autógrafo o una sonrisa de sus ídolos.
No era la gran horda que invadió la avenida principal de la capital mexicana, sino cerca de medio centenar de personas que aguardaban la llegada de los jugadores.
"Somos americanistas de corazón en las buenas y en las malas", dijo el aficionado de las Águilas, Ismael Ricardo, quien presumía su playera de las Águilas con la firma de Francisco Javier El Maza Rodríguez, uno de los pocos jugadores que se detuvo a saludar a sus seguidores.
Los coches que circulaban por la zona también se unían a la celebración tocando sus cláxones, aunque también había algunos que insultaban a los aficionados de uno de los equipos más odiados y queridos del futbol mexicano.
"Aquí tienes de dos opciones con el América, de quererlo o de odiarlo", dijo Ismael quien asegura que le va al equipo de Coapa "desde que tengo uso de razón".
Para este aficionado de 27 años que ya había visto campeón al América en tres ocasiones previas, siente que esta vez "se sufrió mucho pero igual se siente con mucha gloria", con una plantilla de jugadores, que a diferencia de los títulos de 2002 y 2005 no están "plagados de estrellas".
Cerca de la puerta del centro de entrenamiento americanista, Fernando Vicencio ya vende el póster del equipo campeón del torneo Clausura, así como fotos a 10 pesos para que la gente pueda pedir un autógrafo.
Este vendedor lleva su amor por los colores azulcremas hasta en el pecho, como diría la canción que interpretaba la leyenda del América, Carlos Reinoso. Su bicicleta la adorna con playeras autografiadas por el actual plantel, envueltas en plástico para que no se ensucien, así como fotografías con cada uno de los jugadores.
"Ayer yo pensé que estábamos en la lona, como estábamos cheleando (bebiendo cerveza), que me quedo dormido, cuando me fue a despertar mi hermana para decirme que estábamos en penales", contó Fernando Vicencio, quien agradece a Dios esa "alegría muy grande" al coincidir el campeonato con su cumpleaños y el de su hijo menor.
"Sufriendo gracias a Dios nos lo dieron (el título)", señaló el comerciante que lleva ocho años vendiendo afuera del nido, compartiendo sus fotos con todo el plantel.
Desde Costa Rica para ver al América
La pasión por la final americanista ante Cruz Azul atrajo incluso a seguidores de tierras lejanas, como una pareja originaria de Costa Rica que se dice fan de las Águilas desde 1976.
"Ni el agua ni nada nos quitó las ganas de estar ahí", dijo María de Jesús Pérez, hija de un mexicano y una costarricense y quien junto a su esposo aseguraron haber vivido una final "cardiaca".
"Nuestros amigos en Costa Rica por el Facebook ya tenían cantidades de comentarios que deberíamos aprender de ustedes (los americanistas) que en todo momento no cedieron, nunca perdieron la esperanza de empatar y ganar", comentó María y dijo que hace 37 años se enamoró del América durante un partido de las Águilas en su luna de miel.
También estaban a la espera de la llegada de los campeones del futbol mexicano, niños que por primera vez veían volar alto a su equipo, algo que había hecho por última vez hace ocho años.
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Acompañados de su padre, los niños Jonathan Jair y su hermano Sebastian Jair faltaron a la escuela solo para ver al cuadro azulcrema.
Jonathan esperaba ver al arquero Moisés Muñoz, el artífice del gol que obligó a definir el partido hasta los penales, para decirle "felicidades por ese tiro de Chuleta (Orozco), que a lo mejor no lo hubiera parado, pero gracias a Dios si lo paró con la pierna y que estupendo gol".
Conforme pasaba el tiempo, no había noticias de los jugadores que habían ido a romper la concentración tras coronarse campeones y algunos aficionados comenzaron a desesperar y decidieron retirarse.
Esta situación indignó a otros que hicieron un viaje de tres horas para estar cerca de sus futbolistas favoritos, como el caso de José Guadalupe que viajó desde Ecatepec, al norte de la Ciudad de México, con su esposa, sus dos hijos y un bebé y que al final no pudieron conseguir ni un saludo.
"No es justo que nos traten así, gracias a los aficionados es el club, no se vale", dijo con la voz entrecortada José Guadalupe después de que salieran los jugadores en sus automóviles sin detenerse a saludar a la afición.
"(Los jugadores) están en su derecho, ellos son los que cobran y nosotros somos los que siempre pagamos boletos, pagamos playeras, pagamos pasajes, comidas y todo y nos pagan así", añadió el aficionado azulcrema.
Sin embargo, el semblante le cambió cuando se le preguntó sobre el partido de este domingo, un momento que describe como "la adrenalina sube a lo que da y lo que más sientes es que de tu equipo vaya abajo y vuelva a nacer".