Una australiana comienza su intento de cruzar nadando de Cuba a Florida
Llena de una capa gruesa de protector solar, la nadadora australiana de resistencia Chloe McCardel saltó a las aguas de La Habana este miércoles en su apuesta por nadar el Estrecho de Florida.
Si tiene éxito, McCardel establecerá un récord mundial por el mayor recorrido nadando sin asistencia. Dijo que espera que su nado maratónico a través de aguas llenas de tiburones y medusas dure 60 horas.
“Creo que todo saldrá bien”, dijo McCardel de 28 años este miércoles, minutos antes de sumergirse a las aguas tranquilas de la capital cubana. “Sin embargo será difícil; no va a ser un recorrido fácil. Pero lo superaremos como equipo”.
El intento tuvo un financiamiento de aproximadamente 150,000 dólares, dijo antes McCardel. Dijo que espera recaudar dinero para la investigación de cáncer e intentar mejorar las relaciones Estados Unidos-Cuba.
Cada brazada que la nadadora australiana haga será monitoreada por compañeros de equipo en dos botes cercanos y por científicos en tres universidades en Estados Unidos.
Pero además de comidas líquidas entregadas en una botella cada media hora por un kayak que rema cerca de ella, McCardel dijo que no recibiría ayuda en el recorrido de larga distancia y no utilizaría ninguna ayuda como aletas o traje de neopreno.
En 1997, su compañera australiana Susie Maroney nadó el estrecho dentro de una jaula contra tiburones.
Desde entonces, se han hecho varios intentos de alto perfil para cruzar el Estrecho de Florida sin una jaula contra tiburones. Ninguno ha tenido éxito.
McCardel dijo que utilizaría un dispositivo de “escudo contra tiburones” que emite un pulso electromagnético para mantener alejados a los depredadores hambrientos.
Posiblemente también estará expuesta a las picaduras de medusas ya que no lleva un traje de cuerpo completo que ofrecería algo de protección.
Un traje así también le daría calor durante su recorrido maratónico. Pero McCardel, quien completó seis recorridos en solitario del Canal Inglés, dijo que no cree que la temperatura del agua será un factor importante.
“He sudado al nadar aquí”, dijo.
McCardel dijo que cree que su mayor ventaja será un equipo de científicos que han estudiado las lecciones de intentos fallidos previos y estará en contacto constante con las personas en los botes que la acompañan, que le ofrecerán actualizaciones del clima y de las corrientes.
“Podemos convertir una situación negativa en una positiva”, dijo Bob Olin, el capitán de botes de McCardel, quien participó en cuatro intentos previos de nadadores para cruzar el Estrecho de Florida. “No podemos permitirnos algo negativo; no podemos regresar”.
A pesar de la tecnología y las personas que la ayudan, McCardel al final estará sola con sus pensamientos en el agua mientras lucha hora tras hora alcanzar los Cayos de Florida en Estados Unidos.
“Si alguna vez me frustro, pensaré en algo positivo para ayudarme a seguir adelante”, dijo. “Visualizo la meta, que será cuando camine en la costa”.