Real Madrid gana en casa y obliga al Bayern a meter dos goles en Alemania
El Real Madrid derrotó al vigente campeón de Europa, el Bayern de Múnich, en el primer capítulo de semifinales de Liga de Campeones, sobreviviendo al asedio alemán para tomar ventaja en un duelo con dos estilos dispares, que decantó un gol solitario de Karim Benzema.
Por cuarto año consecutivo, el Santiago Bernabéu se engalanaba para unas semifinales con sabor a clásico del futbol europeo. El Bayern de la excelencia, retocado con maestría por Pep Guardiola, era el examen más duro de la temporada para el Real Madrid de Carlo Ancelotti.
Tumbar al Barcelona en la Copa del Rey insufló el empujón moral que necesitaba un Real Madrid que no daba la talla en las grandes citas, salvo contadas ocasiones. Así apareció un equipo de rojo, que si hubiese cambiado sus colores por los azulgranas todos habrían creído ver al mejor Barcelona de la historia diseñado por Guardiola. Toque con paciencia hasta encontrar el camino del peligro, lección de presión alta y asfixiante, exhibición de un estilo para minimizar las cualidades del Real Madrid.
El Real Madrid fue empujado a golpes a su terreno. De nada sirvió el planteamiento inicial de Ancelotti. El mismo que la final de Copa del Rey, con Cristiano por Bale como segunda punta. Fiel a la historia del club, salió por el rival con sus armas. El 4-4-2 buscó anular espacios defensivos entre líneas pero los alemanes fueron los dueños del balón.
A un equipo ganador, Guardiola le ha sabido dar pausa. El 90% de la posesión era suya. El Real Madrid no veía la pelota. Presionado por tres rivales cada vez que uno de sus jugadores la tenía. Obligado a regalarla o dar un patadón a la nada. Xabi Alonso o Luka Modric debían aparecer para dar al botón de pausa y cambiar la dinámica. La afición veía la exhibición y lejos de silenciarse se dio cuenta del momento y empujó a su equipo.
Maniatado, el Real Madrid no tenía opción de jugar ni de adelantar su línea de presión. Vio como Robben chutaba y tapaba el disparo Ramos. Como un cabezazo de Schweinsteiger moría blando en manos de Iker o como Pepe salvó a su equipo lanzándose al césped a un remate de Kross tras una perfecta dejada de Mandzukic. No había noticias madridistas cuando de golpe, de forma inesperada, salió a relucir su pegada. La primera vez que llegó a tres cuartos del campo, el pase en profundidad de Cristiano al desmarque de Coentrao culminó con asistencia medida a Benzema que marcó a placer.
Recuperada su autoestima, el Real Madrid metió el susto en el cuerpo a su rival. Sus llegadas no tenían remates a puerta y cualquier despiste era castigado con una transición difícil de frenar. Así, tras un testarazo de Dante a Iker, llegó un error que rondará la cabeza de Cristiano toda la noche. Benzema fue el asistente en esta ocasión y como en la acción del gol, con todo a favor llegando en carrera, el portugués que regresaba tras su lesión muscular, disparó a las nubes.
Le faltó acierto para dar un golpe en la mesa al Real Madrid porque de nuevo al borde del descanso, un balón cayó a Di María en el segundo palo y escorado, fusiló arriba desviado.
Las cartas estaban sobre la mesa en el segundo acto y con el marcador a su favor y sin la sorpresa inicial, el Real Madrid sabía a qué jugar. Mantuvo su solidez defensiva y con más espacios para explotar su virtudes ofensivas buscó un triunfo mayor. Lo evitó Neuer, que sacó abajo un disparo cruzado de Cristiano nada más reanudarse el partido.
En defensa Carvajal se imponía a un desconocido Ribery y era la insistencia de Robben el principal argumento de peligro. Casillas sacó los puños a un centro peligroso y detuvo con facilidad un disparo del holandés. Guardiola no paraba de quejarse en su zona técnica. De cada pérdida de tiempo del rival, de cada error de sus jugadores.
Jugó mermado Cristiano y pese a ello dio todo en cada acción de ataque. A los 68 minutos su último acto antes de dejar su puesto a Bale, fue un disparo abajo con la zurda que de nuevo le sacó Neuer. Entraba el héroe de Copa y Pepe, el mejor defensa en el campo, no pudo más y dejó su sitio a Varane.
El último cuarto de hora de la primera batalla fue de empuje alemán hasta la extenuación. El Real Madrid puso un muro que no se rompió salvo por un grave error que pudo costar la eliminatoria. Tras un disparo de Müller buscando la escuadra que desvió Varane, llegó un exceso de confianza de Modric que pudo costar caro. Ramos arrasó con todo y el balón cayó al croata que regateó dentro de su área en vez de despejar. El balón perdido acabó en una ocasión de Götze que fusiló a Casillas y se encontró con la rápida reacción del capitán madridista.