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Tengo 200,000 dólares en efectivo, ¿me conviene entrar al mercado accionario?

Pocos días después del Brexit, las acciones estadounidenses se desplomaron más de un 5% y muchos expertos predijeron que la cosa se pondría peor, pero no fue así...
jue 21 julio 2016 06:05 AM
Diversificar el riesgo
Diversificar el riesgo A veces resulta ser la mejor estrategia, dice especialista.

Desde hace varios años guardo 200,000 dólares en un fondo del mercado de dinero, en espera de "la gran corrección". Estoy ansioso por invertir ese dinero en una combinación de fondos índice de bajo costo mitad bonos y mitad acciones, pero como ya esperé tanto tiempo, imagino que tal vez debería aguardar un poco más con la esperanza de comprar cuando los precios de las acciones sean más bajos. ¿Debo esperar o invertir ahora?

Para responder a esa consulta, primero he de decir que es imposible saber de antemano cuándo es el mejor momento para invertir en acciones (o bonos, para el caso).

Hace poco tuvimos un ejemplo perfecto de esto. Pocos días después del Brexit, las acciones estadounidenses se desplomaron más de un 5% y muchos expertos predijeron que la cosa se pondría peor. ¿Y qué pasó? En el transcurso de tres semanas el índice Standard & Poor's 500 se recuperó y alcanzó un máximo histórico.

Lee: Cinco impactos de la salida de Gran Bretaña a tu bolsillo

No tengo ni idea si en los próximos meses o años este mercado alcista continuará escalando a nuevos máximos, o descenderá a uno bajista potencialmente devastador. Pero puedo decirte esto: siempre hay razón para preocuparse de que las acciones puedan estar al borde de un revés y por lo tanto es mejor evitarlas por ahora.

Para citar al icónico personaje Roseanne Roseannadanna de las primeras temporadas de Saturday Night Live, "Siempre pasa algo. Si no es una cosa, es otra". Si no es el Brexit, es el intento de golpe en Turquía, o un débil crecimiento en China, o una crisis económica en Grecia, o la rebaja de la calificación de la deuda del Tesoro, o bajas tasas de interés a nivel mundial...

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Es más, incluso si obtienes lo que deseas y los precios de las acciones caen precipitadamente, ¿cómo saber cuándo es el momento para entrar? Sabemos ahora con el beneficio de la retrospectiva que los precios de las acciones se hundieron más de 50% desde sus máximos de 2007 antes de la crisis financiera hasta los mínimos de 2009. Pero mientras ese descenso ocurría, los inversionistas no tenían idea de cuánto iban a caer los precios.

Así que alguien como tú que ha esperado una gran corrección podría haber imaginado que estaba bien volver al mercado después de que las acciones perdieran un 20, o 30 o 40%, sólo para ver que los precios todavía bajarían más.

O bien podrías haberte quedado al margen hasta principios de marzo de 2009, cuando los precios tocaron un mínimo, pero aun con tu dinero efectivo por temor a que se produjeran más pérdidas, y por lo tanto perdiéndote de las cosechas de la recuperación.

Con esto quiero decir que juegas a adivinar un juego que nunca se puede ganar, un juego que, en este caso al menos, ya te ha costado.

Durante los últimos tres años, refugiarte en un mercado de dinero acaso te produjo una rentabilidad anualizada de alrededor de 0.10%. Durante ese mismo período una mezcla 50-50 de acciones y bonos habría reportado un retorno anual de 7% aproximadamente.

Entonces, ¿qué recomiendo en tu caso y en el de otros inversionistas que desean participar en las ganancias a largo plazo del mercado, pero temen las pérdidas a corto plazo?

Dada la incertidumbre inherente en la inversión y el hecho de que no puedes anticiparte y ganarle al mercado, lo más prudente es cubrir tus apuestas invirtiendo en una mezcla diversificada de acciones y bonos que puedas mantener en mercados buenos y malos.

Lo ideal es que la mezcla proporcione el crecimiento a largo plazo que necesitas para alcanzar objetivos como una jubilación segura, pero también ofrezca suficiente protección de suerte que no te asustes y vendas por pánico cuando el mercado se descontrole.

Dices que planeas dividir tu ahorro en efectivo a partes iguales entre fondos índice de acciones y de bonos. Eso suena, en mi opinión, como un plan razonable.

Una vez que hayas decidido cómo quieres repartir tu dinero entre acciones y bonos, la pregunta es cómo pasar del efectivo a una cartera de activos. El consenso u opinión generalizada dice que debes promediar el costo en dólares o moverte desde el efectivo a las acciones y los bonos gradualmente en el transcurso de un año más o menos para protegerte contra la posibilidad de un declive bursátil en el corto plazo.

Este método puede ser psicológicamente atractivo y emocionalmente reconfortante, pero no tiene mucho sentido financieramente. Además, todo el punto de pasar por el proceso de distribuir tu dinero entre acciones y bonos es hacer frente a la incertidumbre del mercado.

Promediar el costo en dólares socava ese esfuerzo.

Mi sugerencia es que una vez que decidas la mezcla de acciones y bonos que te funcione, te pases inmediatamente a esa mezcla. Si la idea de pasar del dinero en efectivo a tu mezcla de una vez y de golpe te incomoda, puedes al menos hacerlo lo más rápido que puedas, por ejemplo, en el transcurso de dos o tres meses en lugar de tomar un año o más.

Pero lo que no te conviene es seguir jugando este juego de esperar-y-ver. Ya has tomado dos buenas decisiones: la decisión de repartir el dinero entre acciones y bonos e invertir tus ahorros en fondos índice de bajo costo. Ahora es el momento de tomar otra buena decisión y poner en práctica tu plan.

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