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Bodas impulsan bienes raíces en China

El país asiático vive una era dorada en materia de bodas que impulsan el mercado inmobiliario; analistas estiman que las parejas podrían adquirir 16% de lo que se está construyendo actualmente.
lun 07 diciembre 2009 12:51 AM
Las bodas también ayudan para los negocios, desde estudios fotográficos a los mineros globales de platino. (Foto: Reuters)
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Meng Ni y Fan Zhiqing dijeron "acepto" el mismo mes que dieron el "sí" a su agente inmobiliario.

China está en medio de una era dorada en materia de bodas, una gran ayuda para los negocios, desde estudios fotográficos a los mineros globales de platino. Sin embargo, no hay sector de la economía donde el impacto sea tan importante como en el mercado inmobiliario.

Un aluvión de recién casados como Meng y Fan, quienes están comprando sus primeras casas, podría ayudar a las ventas de bienes raíces en China durante años, incluso aunque algunos inversores temen que los precios ya estén adquiriendo la peligrosa naturaleza de una burbuja.

"Mi esposo y yo preferimos tener nuestra propia casa en lugar de alquilar una como antes, porque el matrimonio significa un nuevo comienzo y nosotros estamos armando una familia ahora", dijo Meng, sentada en su ordenado y pequeño departamento.

Su historia podría parecer perfectamente normal, incluso universal, a primera vista. Lo que la hace más poderosa es que Meng y Fan son parte de un grupo demográfico personas entre 20 y 30 años en edad de contraer primeras nupcias hasta el 2015.

Cuando estos recién casados desembolsen para adquirir sus primeras casas, el mercado inmobiliario gozará una sólida demanda. Los analistas estiman que estas parejas podrían adquirir unos 450 millones de metros cuadrados de vivienda al año, cerca de un 16% de todo lo que se está construyendo actualmente.

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Hijos de baby boom

Mirando hacia el oeste desde la ventana de Meng y Fan, nuevos edificios de departamentos llenan el horizonte. Al este se encuentra un paisaje chato y gris de viviendas de un solo nivel que lentamente están siendo tragadas por rascacielos.

"Los departamentos aquí son bastante pequeños. Son perfectos para una pareja joven", dijo Meng, estimando que tres cuartos de sus vecinos tenían alrededor de 30 años.

Estos son los hijos del "baby boom" chino, un efecto dominó demográfico del aumento repentino de la población del país en las décadas de 1950 y 1960. Habrían sido más numerosos aún si Pekín no hubiese lanzado su política de un hijo único a fines de la década de 1970 para poner un tope al tamaño familiar.

Como se sabe, los polémicos controles poblacionales han determinado sus hábitos de consumo. Cubierta de atención y regalos toda su vida, esta generación de hijos únicos da rienda suelta a sus gastos, a diferencia de sus padres.

"Todos han crecido desde 1980, durante 30 años de rápido crecimiento, de modo que no sienten la misma necesidad de ahorros preventivos como sus padres", dijo Xing Ziqiang, un economista de China International Capital Corp.

Las nupcias son sin duda una vía preparada para gastar.

No sólo hay más gente que se casa, sino que muchas personas están realizando fiestas de casamiento, y muy extravagantes por lo demás. La industria nupcial mueve unos 400,000 millones de yuanes al año, una contribución de aproximadamente 2.5% al PIB, según cálculos oficiales.

Grandes socios

El Centro Comercial para Casamientos Xidan, en el corazón de Pekín, ofrece tres pisos de diseñadores de vestidos, vendedores de joyas y estudios de fotografía.

"Una novia usualmente compra dos atuendos: uno blanco al estilo occidental, usado para el desfile y los votos, y un vestido chino tradicional rojo para el banquete", dijo Ying Zi, una vendedora de Modern Bazaar, una tienda ropa en el centro comercial.

Hace unos años, las novias a menudo alquilaban sus vestidos. Ying afirma que casi todas sus clientas ahora están comprando los vestidos, que cuestan al menos 2,000 yuanes (293 dólares) cada uno.

Los diamantes también están muy en boga. La familia de Chen Yin comenzó a tallar anillos de diamantes en su casa para un mercado especializado hace una década. Ahora tienen un negocio, Bling Jewlery, el cual vende cientos de diamantes al mes.

"Hay algunas personas que originalmente compraban pequeños anillos de diamantes, pero ahora están considerando adquirir unos más grandes", indicó.

Las novias también han empezado a tomarle el gusto a las joyas en platino, porque el metal blanco encaja con sus vestidos.

Su lugar en las bodas chinas ayudó a duplicar la demanda internacional del platino este año, a pesar de la marcada caída en su uso por parte de la aquejada industria automotriz, según el refinador de metales preciosos Johnson Matthey.

La elección del blanco es, en sí misma, un indicio del cambio social que está extendiéndose por China, donde tono ha sido tradicionalmente relacionado con los funerales.

Luego están las fotos, tomadas contra fondos elaborados, aunque falsos: una pareja vestida con prendas de la década de los 20 sobre un boulevard francés o en atuendo de vaquero con un paisaje del Salvaje Oeste detrás de ellos.

El auge de las bodas escapa a la atención del Gobierno. La Asociación China de Trabajadores Sociales dirigida por el Estado creó en el 2003 el Comité de la Industria Nupcial, a fin de recoger datos y establecer estándares.

El número de casamientos, unos 10 millones en el 2008, está aumentando en 10% anual, mientras que el gasto está creciendo en un 20 por ciento, según Shi Kanning, jefe del comité.

 

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