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Carstens destraba la reforma fiscal

El secretario de Hacienda cuenta la forma en que negoció el proyecto económico de Felipe Calder da razones por las que las empresas deberían estar contentas y cómo crecerá México en el sexeni
lun 29 octubre 2007 06:00 AM
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Carstens dijo que es decisión de Banxico determinar cuál deb

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Agustín Carstens dejó en octubre de 2006 la subdirección del Fondo Monetario Internacional (FMI) para encabezar el proyecto económico del presidente electo Felipe Calderón. Un año después, tras una década de reformas fiscales frustradas, México cuenta con una que incrementa la recaudación como mínimo en dos puntos porcentuales del PIB.

Carstens explicó, en una entrevista celebrada en las oficinas de Nacional Financiera, el proceso de negociación y defiende el valor estructural de la reforma, que ha generado críticas empresariales por su carácter ‘recaudatorio’. Su pieza central es el Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU), un impuesto de control que convive con el Impuesto Sobre la Renta y que llegará a 17.5% sobre los ingresos en 2010, diseñado para reducir la elusión fiscal de empresas y profesionistas.

Economista por el ITAM y doctor en Economía por la Universidad de Chicago, Carstens, de 49 años, es un gran negociador. Paciente, habla con un tono de voz un tanto profesoral sin ápice de la arrogancia que se le atribuye a la generación formada en el Banco de México de los 80, a la que pertenece. Carstens afirma que la economía crecerá a un promedio de 4% anual en el sexenio.

¿Cómo se destrabó el proceso de negociación de la reforma fiscal con el Congreso y con el sector privado?

Una parte fundamental fue iniciar el proceso de dialogo muy temprano. Empezó con un diágnóstico de la situación fiscal en México, siguió con cuáles eran las posibles medidas, y se descartaron aquellas que por diferentes razones no podían ser aplicables; después, se fue conformando una versión de la reforma que atendiera los objetivos del gobierno, que no era nada más recaudar, sino reforzar las finanzas públicas desde un punto de vista estructural; y, bueno, obviamente se atendieron las principales observaciones del Legislativo.

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A nadie le gusta pagar impuestos y si uno toma todas las peticiones y sugerencias, puedes terminar con un conjunto vacío. Hubo un momento en el que se tuvo que decidir un camino, explicarlo, ser receptivo de los diferentes comentarios, y al final se logró el objetivo, que era que el Legislativo se sintiera a gusto votando una propuesta.

¿La tasa del Impuesto Empresarial de Tasa Única se decidió en consenso con el sector privado?

La negociación con el sector privado fue un proceso de interacción muy exitoso; es un error  juzgar ese éxito con base única y exclusivamente en la tasa. Al final del día, lo importante es cuál es la carga fiscal adicional de las empresas, en este caso por el IETU. La carga final depende tanto de la tasa como de la base, en la cual se hicieron modificaciones muy importantes. Se hizo el IETU neutral desde el punto de vista de la nómina y de las contribuciones del Seguro Social obligatorias, un tema reiterado por sindicatos, empresas y algunas cámaras industriales. Diría que se logró un balance apropiado entre incentivos a las empresas para que sigan invirtiendo y promocionen el empleo y que se recaude.

Ha habido una crítica contra la no deducibilidad de los intereses en el sentido de que encarezca el costo de crédito para empresas nuevas.

Yo creo que eso es falso. Antes el Impuesto al Activo es el que penalizaba directamente la inversión mientras que en este otro impuesto de control se deduce de inmediato, independientemente de su forma de financiamiento. Puede abrir el espacio para que haya más inversión en México, colocando acciones en el mercado.

La reforma elimina muchas posibilidades de creatividad fiscal en las empresas...

Si uno tiene en cuenta las cifras de la empresas disponibles, ya sea a través de cuentas nacionales o en una muestra más pequeña, como las que cotizan en Bolsa, y uno estima cuánto deberían contribuir y lo compara con lo que contribuyeron se ve que hay una brecha importante. Uno no puede decir que haya sido debido a alguna acción ilícita, pero sí se demuestra que la tasa efectiva sobre el ISR no es 28%, es mucho más baja.

Tenemos un ISR muy poroso, con muchas facetas que permiten a las empresas pagar menos de lo que uno esperaría. La gran contribución del IETU es lograr una base mucho más amplia y sólida con las menos excepciones posibles.

¿Cuándo se podrá evaluar si puede desaparecer el ISR y dejar el IETU como un flat tax?

Comparado con otros impuestos a tasa fija (en el mundo), en todo el proceso de negociación se hicieron unas concesiones que no se habían hecho en otros lados. Independientemente de eso, será indispensable evaluar el desempeño del impuesto y determinar cuándo y bajo qué circunstancias podríamos eliminar la red de protección que nos da el ISR.

Los empresarios han criticado mucho la reforma.

Es un error no mayoritario de los empresarios, en general hay una buena aceptación de todo el paquete, y el error es juzgar la reforma únicamente fijándose en el IETU.

Es un impuesto y bajo ese punto de vista, sí estarían mejor sin él, pero se recauda para algo. Ésta es la primera reforma fiscal que no se hace con el objeto de salir de una crisis o amortizar pasivos o rescatar el sistema bancario. Uno, hay gastos legítimos que incidirían sobre una mayor competitividad del país, y de ahí la promesa y compromiso del presidente Calderón de asignar una parte mayoritaria de los recursos de la reforma a infraestructura, y dos, hay un esfuerzo de mejorar la eficiencia en el gasto.

Por primera vez se puede decir a los empresarios que obtendrán valor por su dinero, pues gran parte de los recursos se van a utilizar en actividades y proyectos que van a incidir en una mayor competitividad de la economía. El paquete en su conjunto es muy positivo para la actividad económica en México y de ahí que las calificadoras nos den ‘upgrades’.

¿Cómo evaluar el gasto si no se aprobaron los mecanismos de evaluación?

Lo que no se aprobó fue la creación o ampliación del Consejo Nacional de Evaluación (Coneval), que va a seguir concentrándose en temas de gasto social, pero se avanzó mucho en prever la existencia de presupuestos por objetivos donde habrá un proceso de definición y otro de evaluación de los objetivos. La SHCP tiene facultades de evaluación y las estaremos ejerciendo; y también los diputados tienen facultades para evaluar el gasto público a través del Instituto de Finanzas Públicas.

Se esperaba 3% del PIB en recaudación, pero va a ser de 2.1%... hay pendientes importantes, las pensiones del IMSS, que no decaiga la producción petrolera, ¿qué podemos esperar para enfrentar estos problemas?

Los problemas se dan en tiempos diferentes. Por otro lado, no es que el gobierno no esté actuando en reaccionar a los problemas de fondo y estructurales del país. Este año se hizo la reforma del ISSSTE que transforma el sistema de pensiones y redunda en la solvencia del Estado.

Una estimación de una recaudación de 2.15% del PIB hacia 2013 está sustentada en un supuesto conservador, con proyecciones de crecimiento promedio de 3.5% del PIB , pero nosotros pensamos que con las reformas hechas y las que pudieran venir el crecimiento del país sería mas alto, dándonos una mayor recaudación.

¿Se puede lograr más de 3.5% en el sexenio?

Con la reforma fiscal y la del sistema de pensiones, creo que México podría crecer cuando menos a  una tasa de 4%. Tasas adicionales que podrían estar cerca de 5%, como se habla en el Plan Nacional de Desarrollo, requerirían que se pudiera concretar otro tipo de reformas.

¿Cómo queda Pemex con estas reformas?

Si bien no estuvo planeado así originalmente, surgió una iniciativa de ley que cambia el régimen tributario a Pemex. Se le dan mayores recursos, lo que es importante debido a la vulnerabilidad de una producción menor de petróleo. El problema hasta ahorita no es que no haya los recursos en el subsuelo, sino que no tenemos la habilidad para extraerlo con la eficiencia esperada, por lo que una buena parte de los problemas es dedicarle más recursos a la inversión en desarrollo y tecnología.

Este cambio de régimen no se da en abstracto y se le exige a Pemex hacer programas claros de evaluación de su estructura de costos y eficiencia operativa y presentar al Congreso y el Ejecutivo planes de eficiencia, usando como referencia comparativos internacionales.

Por último, se hicieron unos cambios en el margen del régimen tributario para que pozos con recursos que ya no se extraen se vuelvan rentables con un tratamiento fiscal más benéfico. La flexibilidad permitirá mejorar la rentabilidad de los pozos maduros y eso debe abonar la producción. Hubo cambios importantes y sobre esto se va a construir.

¿Qué fue lo que marcó la diferencia en este proceso de negociación?

Es muy difícil apuntar exactamente qué hizo la diferencia, pero algo muy importante fue el liderazgo. El presidente Calderón conoce íntimamente el funcionamiento de los grupos parlamentarios de la Cámara, e hizo cosas que nunca se habían hecho. Uno de los primeros actos a finales de octubre de 2006, al cual acompañé al presidente electo, fue tener reuniones con las comisiones de Hacienda y de Presupuesto de la Cámara de Diputados. En otras administraciones, hasta donde yo sé, nunca se había dado este tipo de reuniones con un presidente electo. También el seguimiento que le dio el Presidente a todo el proceso fue muy útil.

Otra cosa que contribuyó mucho fue el no hacer la reforma unidimensional. Buscamos adelantarnos a las reacciones típicas de la gente cuando uno va con una reforma netamente recaudatoria. Lo que dice la gente es “si quieres que yo pague más impuestos, primero asegúrate que los que deberían de pagar lo hagan”, y por eso tenemos un pilar contra la evasión, la elusión y la informalidad. También se insiste mucho en: “Si quieres que yo pague más impuestos, asegúrame que los vas a usar bien y que yo voy a obtener valor por el dinero que pago”, en la mejora en la calidad del gasto.

¿Cuánto aguanta esta reforma?

Ataca los puntos estructurales de las finanzas públicas y estamos estableciendo cimientos sobre los cuales vamos a construir. De que en el futuro se van a necesitar hacer otras cosas, no hay duda, porque los recursos petroleros no son renovables. No me gustaría especular cuándo se va a necesitar tomar otro paso, pero el país tiene que estar consciente de que en los próximos 20-25 años se van a tener que hacer, no uno sino varios de estos ejercicios.

Si se cobran los impuestos que antes se eludían, ¿se abre la legitimidad para poner un impuesto al consumo?

Eso serán consideraciones de varios años (ríe).

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