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¿Quién es el culpable de la crisis?

Las personas quieren una respuesta sencilla para esta interrogante; conoce los 4 candidatos que pueden asumir la culpa de los problemas económicos en Estados Unido
mar 09 diciembre 2008 06:00 AM
Sin Pie de Foto
Alan Greenspan se mostró renuente al señalar si las Bolsas d

¿Qué sucedió en el 2008? Seguramente no podrás responder con brevedad a esa compleja pregunta, pero los estadounidenses intentarán explicarse la crisis que vivieron este año a través de algunas frases pegajosas que se repiten de boca en boca.

Esta sabiduría popular ofrece cuatro posibles responsables del colapso económico, estos son los candidatos a cargar con la culpa:

1. El libre mercado enloqueció. La imperante tendencia de desregulación que ha marcado los últimos 30 años fue demasiado lejos.

Los expertos financieros idearon nuevas formas de comprar, distribuir, cortar, repartir, reconstituir y vender hipotecas como títulos que nadie entendía de verdad pero que los inversionistas estaban dispuestos a adquirir porque las agencias calificadoras (que a su vez no eran reguladas ni tenían idea de nada) decían que eran inversiones seguras.

Se suponía que lo que estabilizaba todo el sistema era un mercado multimillonario en ‘credit default swaps’ (productos derivados de crédito que cubren contra el riesgo de impago de una deuda), un mercado totalmente desregulado debido a la incapacidad del gobierno para vigilar el sector financiero.

Si esta versión es la que se impone, cabrá esperar una regulación más estricta de los mercados de riesgo y las instituciones financieras. Que a su vez disminuirá la innovación, la rentabilidad y el valor de los mercados del sector.

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2. La culpa es de Greenspan. A finales de la década de los 90’s, el entonces presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, sabía que los precios de las acciones eran absurdos, pero no pudo controlarlos, y al intentar rescatar la economía luego del colapso de los mercados entre los años 2000 y 2002 redujo las tasas de interés mucho y muy rápido. Como consecuencia, el crédito se abarató enormemente y todo mundo tenía acceso a él.

Greenspan incluso aseguró que el país no sufría una burbuja inmobiliaria, y tales afirmaciones envalentonaron a los desventurados compradores de casas a recorrer el negro camino de pagar y pedir y pagar y pedir más dinero.

Cuando un personaje tiene tanta influencia sobre el sistema financiero y luego mete la pata, el resultado es desastroso. Así que si esta explicación termina por convencer a los estadounidenses, el congreso y los medios de comunicación vigilarán más de cerca a la Fed.

3. Bill Clinton propagó la epidemia subprime. Para ganarse el favor de los votantes de bajos recursos, quienes constituyen una parte importante de las bases demócratas, el partido revisó a profundidad en 1995 la ley federal llamada Community Reinvestment Act (Ley de Reinversión en las Comunidades) y tomó otras medidas para obligar a los prestamistas a otorgar préstamos hipotecarios a deudores de alto riesgo.

¿Recuerdan las protestas contra esa práctica de negarse a conceder préstamos para la compra de vivienda en ciertos barrios? Bueno, pues el Congreso modificó esa práctica y ahora esos barrios son las zonas con mayor incidencia de embargos. Los bancos que se negaban a otorgar préstamos a esos deudores no eran malos, eran prudentes (hasta que Clinton y el Congreso decidieron que su prudencia era ilegal).

4. Los estadounidenses perdieron autodisciplina. Prestamistas, deudores e inversionistas, todo mundo olvidó que la vida financiera requiere mucho esfuerzo y está poblada de riesgos. Los emisores de préstamos hipotecarios tenían buenas razones para exigir a los prestatarios mucho papeleo y trámite, además de demandar un depósito del 20% del préstamo.

Todos esos controles desaparecieron entre el 2002 y el 2008, y millones de personas creímos que podíamos hacernos ricos de una forma rápida, fácil y sin riesgos.

Cuando una sociedad entera decide abandonar las virtudes básicas, es seguro que vendrán enormes problemas. Si muchos piensan que esta es la verdadera causa de sus pesares, las compañías financieras se fortalecerán mientras que los estadounidenses ahorrarán cada vez más. Economizar ya no será cosa de pobres, sino de todos.

¿Quién es, pues, el culpable? Es sencillo asumir que la respuesta es una combinación de estos y otros factores, pero no es suficiente. En el 2009 la opinión pública habrá elegido a un responsable y las complejas tribulaciones económicas se explicarán con una simple frase, pues así es como tendemos a reducir las situaciones.

Por mi parte, creo que todos los factores influyeron, pero puesto a elegir, diría que la respuesta 4 es la más acertada. Pero creo que la versión que predominará es la 1, todos terminarán culpando al libre mercado.

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