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¿Debe EU preocuparse por la inflación?

Algunos inversionistas pronostican que los precios se dispararán tras las medidas de estímulo; los temores sobre la inflación son válidos, pero prematuros.
jue 28 mayo 2009 06:00 AM
El gobierno estadounidense debe actuar para descongelar los mercados de crédito. (Foto: Stock.xchng)
Monedas (Foto: Stock.xchng)

La nación tiene un problema de "flación", pero, ¿qué es, deflación o inflación? Tal vez es desinflación, o estanflación, o hiperinflación. Durante la larga recesión de un año y medio, la deflación ha sido la mayor preocupación.

Eso es lo que pasa cuando los precios están en un estado constante de declive, y el ejemplo más claro está en el mercado de las viviendas: los precios de las viviendas llevan un rato en caída libre; según un informe publicado el martes, los precios cayeron un 19% el primer trimestre, lo que representa un récord, y los precios de muchos otros activos, incluyendo las acciones y el mercado de materias primas han estado a la alza últimamente. La llamada inflación subyacente, que excluye a los precios volátiles de comida y a los costos de energía, ha tenido un alza lenta durante los últimos meses.  

Aún así, el nivel de inflación general sigue muy por debajo de los niveles comúnmente vistos en épocas económicas estables, por eso algunos expertos creen que lo que está pasando es una desinflación: una reducción del nivel de inflación.

La desinflación no es un problema tan grave como la deflación, pero sigue implicando que las compañías no tienen poder sobre sus precios, lo cual frecuentemente los lleva a un corte en la producción y al despido de empleados.

Del otro lado del espectro se encuentra un coro creciente de economistas que comienzan a temerle al indeseado regreso de la inflación o incluso hiperinflación: período en el que los precios suben tan rápido que el dinero, en esencia, no vale nada.

Esta condición afectó a Alemania durante los años de la república de Weimar, entre la primera y la segunda guerra mundial. La inflación fue tan problemática que se dice que había gente que llenaba carretillas con dinero para ir a comprar un pedazo de pan o leche. Ese nivel de inflación hoy parece improbable, pero las preocupaciones sobre la inflación son generalmente válidas.

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A varios expertos les preocupa que la gran cantidad de estímulos gubernamentales conlleve a la larga un alza en los precios porque la Reserva Federal sencillamente imprimirá más dinero para financiar varios programas y rescates, lo cual devaluaría al dólar.

"Probablemente veremos muy pronto algunos principios de inflación de vuelta en el sistema", dijo Michael Strauss, Economista en Jefe de Commonfund, una empresa de administración de dinero con base en Wilton, Connecticut. "Nos preocupa el tamaño de este déficit presupuestal".

Y aunque Strauss dijo que piensa que la inflación podría ser relativamente baja, le preocupa la posibilidad de una estanflación, donde la economía se ve dañada tanto por los precios a la alza como con el crecimiento lento de los próximos años.

Los inversionistas también comienzan a decir que la inflación podría ser una preocupación. El rendimiento del Departamento del Tesoro a diez años ha aumentado de 2.2% a 3.4% durante los últimos seis meses. El aumento de las tasas a largo plazo normalmente es un indicador de que los inversionistas de bonos están preocupados por la inflación.

Existen otros signos reveladores de que la inflación también comienza a mejorar: el dólar se ha debilitado las últimas semanas, los precios del petróleo han aumentado sustancialmente así como el precio de otras materias primas, principalmente el oro. Otras coberturas clásicas contra la inflación le han seguido.

Los miedos de una inflación son alimentados por las políticas de las tasas de interés del Sistema de Reservas Federal.

Esto ha mantenido a las tasas a corto plazo cerca de cero desde diciembre, y no quieren arriesgar esa recuperación con un alza pronta en las tasas. El vicepresidente del Sistema de Reservas Federal Donald Kohn dijo en su discurso el sábado pasado que "la economía comienza a mostrar signos de estabilización, y cuando comience la recuperación muy probablemente ésta será gradual", y añadió que "probablemente llevará un tiempo" antes de que el Sistema de Reservas Federal suba sus tasas otra vez.

Esto pudo haber asustado a quienes creen que la inflación es una consecuencia inevitable de mantener las tasas bajas por períodos largos. Pero, aunque el mercado de acciones ha sufrido desde marzo con la esperanza de que la peor parte de la recesión ya pasó, algunos economistas consideran prematuro hacer esta declaración.

¿Por qué la inflación podría ser buena?

Oscar González, economista en Servicios Financieros John Hancock en Boston, dijo que el gobierno debe tener como prioridad principal a la recuperación, incluso si la inflación es consecuencia de esto.

"La inflación es un temor, pero no es el temor inmediato de la mayoría de los consumidores. La gente le teme más a no tener trabajo", y agregó que "tenemos que estar más preocupados por apagar el incendio que por los daños que va a dejar el agua al apagarlo".

Junto con esto, hay que decir que el mercado laboral es increíblemente débil; las compañías han continuado con los despidos en lo que va del año, y como resultado, los sueldos por hora a penas han aumentado los últimos meses.

Es difícil tener una inflación sustancial cuando los salarios no aumentan dramáticamente desde que los costos laborales son los que han ocasionado el aumento en los precios.

Tomando esto en cuenta, existe más evidencia que sugiere que el miedo de una inflación inminente es anticipado. Craig Callahan, fundador y presidente de ICON Advisers, empresa de financiamiento mutuo basada en Greenwood Village, Colorado, señaló en un comunicado a sus clientes el martes pasado que la presión de la inflación ha disminuido tras las últimas recesiones.

De acuerdo con la investigación de Callahan, el porcentaje promedio de aumentos en los precios del consumidor de los últimos dos años hasta las últimas cuatro recesiones fue de 7.2% anual. Pero en los cuatro años que le siguieron a esa recesión, los precios al consumidor aumentaron sólo 3.9% anual.

Claro que no existe garantía de que este patrón se repita; esta recesión es sustancialmente diferente en su naturaleza, y más severa que las de las últimas décadas. Pero Callahan escribió que tiene sentido que los precios permanezcan en revisión tras una baja y pueden servir como consecuencia de algunas de las presiones inflacionarias del estímulo fiscal. 

"Quizá los trabajadores se vuelvan más dóciles en cuanto a sus demandas salariales. Quizá los negocios que están saliendo de la recesión tratarán de volver a ganar su participación de mercado en lugar de elevar los precios", dijo. "Sea cual sea la razón, creemos con base en recesiones pasadas que la inflación debe permanecer bajo control por algunos años".  

Con suerte, Callahan tiene razón y podrán guardar sus carretillas en el patio, donde deben estar.

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