Alistan cumbre de encargados de finanzas
Dos años después de haber comenzado la peor crisis financiera global desde la Gran Depresión de los años 30, los encargados de decidir las políticas monetarias del mundo se reúnen esta semana para estudiar mecanismos que eviten que se repita una crisis similar.
La conferencia anual de la Reserva Federal de Kansas City en el retiro montañoso de Jackson Hole, en Wyoming, reunirá a presidentes de bancos centrales y reconocidos economistas, en momentos en que la crisis parece estar amainando, con la economía global mejorando.
El evento será una vitrina para que el presidente de la Fed, Ben Bernanke, presente las lecciones aprendidas y evalúe si las señales de recuperación son duraderas.
Bernanke, quien hablará el viernes, podría reforzar la visión de la Fed de que aunque la economía estadounidense está retomando su equilibrio tras el hundimiento más profundo desde los años treinta, cualquier repunte será lento y estará cargado de riesgos.
"El discurso de Bernanke es el gran tema", dijo John Silvia, economista jefe de Wells Fargo Securities en Charlotte, Carolina del Norte.
Las dudas sobre la confirmación de Bernanke a un segundo periodo de cuatro años como presidente de la Fed -el banco central estadounidense- también dominarán el evento.
Su período actual expira el 31 de enero y el presidente Barack Obama todavía debe indicar si Bernanke será nominado nuevamente al cargo. Los analistas esperan una decisión para fines de octubre.
Se alivia la crisis
Hace un año en Jackson Hole, los funcionarios sostuvieron conversaciones informales sobre el manejo de crisis. En aquel momento la tensión financiera se intensificaba, aunque lo más estremecedor de la crisis no se dispararía sino hasta unas semanas después, cuando colapsó el banco de inversión Lehman Brothers.
Ahora, con Alemania, Francia y Japón saliendo de la recesión y con Estados Unidos mostrando una mejor salud, los funcionarios respiran más tranquilos. Pero las economías están bajo asistencia de emergencia, sin que aún esté asegurada una completa recuperación.
"No estoy convencido de que la recuperación sea sostenible todavía", dijo el miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, Axel Weber, al semanario alemán Die Zeit, al ser consultado acerca de la economía de Alemania.
Hablando poco después de que la Fed declarara que la economía estadounidense comenzaba a ponerse de pie tras una profunda recesión, Bernanke probablemente mantenga cierta distancia, siguiendo la naturaleza académica de la conferencia y sus raíces profesionales.
Bernanke; el presidente el BCE, Jean-Claude Trichet, y otros presidentes de bancos centrales podrían usar el encuentro para reclamar crédito por los programas de emergencia que ayudaron a restaurar la estabilidad financiera y podrían señalar a los indicadores de riesgo -mucho más nivelados- en los mercados de monedas como evidencia del éxito.
"Ellos pueden decir 'Tomamos muchas medidas, tuvimos mucho éxito'", dijo la economista de BNP Paribas Julia Coronado en Nueva York.
Sin embargo, al quedar aún focos de riesgo, como el tambaleante mercado comercial inmobiliario en Estados Unidos, los estrategas de política monetaria que fracasaron en reconocer los peligros de la exposición a las hipotecas subprime probablemente se muestren cautelosos al declarar la victoria.
Efectividad
Los participantes de la conferencia, que se extiende hasta el sábado, probablemente debatan también cuán efectivos pueden ser los bancos centrales en identificar burbujas de activos -como la burbuja de los precios de las casas estadounidenses que al explotar desató la crisis financiera- y qué herramientas pueden usar para evitar turbulencias.
Bernanke necesitará transmitir confianza en el camino de la Fed hacia la recuperación económica sin generar expectativas de un repunte asegurado, que podría llevar a los mercados financieros a anticipar un retiro rápido del apoyo monetario del banco central a la economía.
Pero incluso mientras reafirma las expectativas de una recuperación, Bernanke buscará ser enfático en que la Fed puede retirar con bastante rapidez las bajas tasas de interés y la inundación de efectivo que ha inyectado a la economía en el momento propicio para evitar la inflación.
