El crimen abre puertas a retirados de EU
La tendencia que los estadounidenses tuvieron durante años de comprar vivienda y emigrar a México se interrumpió por tres factores: la recesión, la influenza y la ola de crímenes.
El volumen de ventas de la empresa inmobiliaria Coldwell Banker cayó casi 70% el año pasado, según Philip Hendrix, director de operaciones en México de la firma. En un resort residencial llamado Costa Baja, a pocos kilómetros al norte de La Paz, las ventas han disminuido un 40% en los últimos 12 meses.
"Las ventas están muy mal. La recesión realmente afecta, y las noticias ahuyentan a la gente. Las narco guerras han perjudicado el mercado inmobiliario en México" explica Tom Kelly, analista de bienes raíces mexicanos y autor de Cashing In on a Second Home in Mexico".
Pero eso significa buenas noticias para los estadounidenses que siempre soñaron con retirarse a México y nunca pudieron costearlo: gracias a la crisis, comprar una casa es una ganga. Los precios pueden llegar a menos de la mitad de lo que costaría una casa similar en Estados Unidos.
Aunque la información sobre los precios que pagan los estadounidenses por casas mexicanas es poco precisa, Kelly estima que el valor ha bajado entre 20% y 30%. En las comunidades cercanas a la frontera, donde la tasa de criminalidad es alta, la caída ha sido aún mayor, de 40% o incluso más.
Los amantes de México, como Bruce Greenberg, consultor de marketing para inmobiliarias mexicanas, se lamentan de que todo el país se vea afectado por las guerras fronterizas. "Pasea por Cabo o La Paz. Ni los propietarios ni los turistas se ven afectados, incluso en las ciudades fronterizas, se trata de una confrontación puntual que raramente afecta a los estadounidenses".
Y en efecto, los barrios de las ciudades al sur de Baja California son perfectamente seguros, aún por las noches. En el muelle del centro de La Paz las familias pasean con carriolas, los novios se acurrucan en las bancas y los niños comen helado a las 11 de la noche. Nadie se ve nervioso en absoluto.
Poco a poco los mercados inmobiliarios al sur de Baja California comienzan a recuperarse, en las afueras de San José del Cabo, las ventas de terrenos en la enorme urbanización Puerto Los Cabos han aumentado este año, de acuerdo a su director comercial Alex Cuttler. Y a lo largo de todas las comunidades residenciales costeras del sur el panorama se puebla de letreros que anuncian propiedades en venta, casi todos en inglés.
La imagen cambia si se avanza al norte, donde el crimen ha estallado con mayor violencia, y la patrulla fronteriza ha aumentado la seguridad, por lo que viajar entre Estados Unidos y México se ha hecho más difícil. Ello significa que los centros turísticos como Rosarito, Rocky Point y San Felipe son los más castigados en esta crisis inmobiliaria.
Las casas ubicadas en dicha zona están a menos de una hora en coche del sur de California y Arizona , así que muchos estadounidenses las compran como refugios de fin de semana o para vacacionar.
El problema es que cruzar la frontera para regresar a Estados Unidos puede tomar dos o tres horas extra, debido a las duras medidas que toma la policía fronteriza con el contrabando y la inmigración ilegal. Esto seguramente disuade a algunos compradores de vivienda, aún ante condominios frente al mar y de tres dormitorios que se venden en menos de 300,000 dólares.
Todos estos problemas han reducido las ventas de casas al norte de México. Un artículo recientemente publicado por Los Angeles Times sobre la crisis inmobiliaria en Baja California mostraba el corredor costero entre Tijuana y Ensenada casi como un pueblo fantasma.
Irónicamente, la historia despertó el interés de los compradores, explica Kelly. "Pues los agentes inmobiliarios se vieron ante una avalancha de solicitudes de información. La gente pensó que los precios estaban por el suelo."