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UE aprueba red de seguridad financiera

Ministros de finanzas europeos sellaron los acuerdos para recaudar hasta 440,000 mde para préstamos; el comisario de Economía de la UE, Olli Rehn, dijo que se habló sobre la eliminación de estímulos.
lun 07 junio 2010 03:13 PM
El director gerente del FMI, Dominique Strauss Kahn, y Jean Claude Juncker, líder de los ministros de Finanzas de la zona euro, celebraron la aprobación de la red de seguridad. (Foto: Reuters)
Dominique y Juncker

Los ministros de Finanzas de Europa salieron a calmar a los mercados este lunes, al aprobar una enorme red de seguridad financiera para la zona euro, mientras Alemania reveló recortes presupuestarios que espera sirvan como ejemplo a sus socios.

La coalición de la canciller alemana, Angela Merkel, acordó un plan de ahorro de 11,200 millones de euros (13,250 millones de dólares) para el próximo año, parte de un paquete de 8,000 millones de euros que busca recuperar la confianza de los inversores en las finanzas del bloque monetario de 16 países.

Pero Merkel pospuso las conversaciones con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, con el fin de reformar la gobernabilidad de la zona euro. Funcionarios hablaron de problemas de agenda, pero hay signos de diferencias entre ambos países socios.

Los ministros de los países que usan el euro se reunieron en Luxemburgo para sellar los acuerdos que permitan la creación de un Vehículo de Propósitos Especiales (SPV, por su sigla en inglés) que recaude hasta 440,000 millones de euros con el fin de dar préstamos a las naciones de la zona euro que corran riesgos de enfrentar problemas de pago similares a Grecia.

"El esquema ha sido establecido hoy bajo la forma de una compañía de responsabilidad limitada con sede en Luxemburgo", precisó el líder de los ministros de Finanzas de la zona euro, Jean-Claude Juncker, señalando que la red de seguridad podría estar operativa este mismo mes.

A su vez, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó que la red de seguridad europea -valorada en hasta 750,000 millones de dólares cuando se incluya el aporte de 250,000 millones del FMI- es "un gran paso adelante".

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"Los mercados tienen que entender esto, que el compromiso de los países de la zona euro con la ayuda del FMI es sólido ", afirmó Dominique Strauss-Kahn, que se unió a las conversaciones ministeriales.

El comisario de Economía de la UE, Olli Rehn, dijo que los ministros discutieron también sobre "la estrategia de salida fiscal (de las medidas de estímulo económico) porque es evidente que muchos países necesitan acelerar la consolidación fiscal".

Advertencia de Cameron

Fuera de la zona euro, el primer ministro británico, David Cameron, dijo que la escala de los problemas presupuestarios de su país es incluso peor de lo que había adelantado.

"Grecia permanece como una advertencia de lo que le ocurre a los países que pierden credibilidad o de aquellos gobiernos que, de alguna manera, pretenden evitar las decisiones difíciles", aseveró en un discurso.

El nuevo Gobierno húngaro, que alarmó a los mercados la semana pasada al sugerir que el país podría enfrentar una crisis similar a Grecia, intentaba tranquilizar a los inversionistas al prometer ceñirse a las metas deficitarias que sus antecesores acordaron con el FMI.

Aunque Hungría no está en la zona euro, el riesgo de una crisis financiera en los países de la UE es uno de los factores que pesan sobre la confianza en el euro y en los bancos del bloque monetario que tengan una exposición sustancial a Europa central y del este.

Pero Juncker, presidente del Eurogrupo de ministros de Finanzas de la zona euro, dijo a periodistas: " No veo ningún problema con Hungría . Sólo veo el problema de que los políticos en Hungría hablan demasiado".

Se espera también que los ministros de la UE discutan formas de endurecer la fiscalización de los presupuestos locales e introducir sanciones más tempranas y más duras contra aquellos países que no cumplan con los límites de déficit de la UE o tergiversen sus estadísticas, como lo hizo Grecia.

Los inversionistas escaparon de las acciones y bonos de los países de la periferia de la zona euro la semana pasada por dudas sobre cómo funcionará el mecanismo de rescate del euro y preocupaciones por la solvencia de algunos bancos expuestos a la crisis de deuda soberana.

Debilidad del euro

La preocupación por la estabilidad política de España, la más grande de las complicadas economías del sur de la zona euro, avivaba el nerviosismo de los mercados .

El rendimiento del bono español a cinco años se acercaba al máximo del 3.91% que alcanzó poco antes del acuerdo de la zona euro del 13 de mayo para un paquete de ayuda de 1 billón de dólares para el bloque monetario y previo a que el Banco Central Europeo empezara a comprar bonos estatales.

La moneda única se transaba cerca de su menor nivel en cuatro años por debajo de los 1.20 dólares, luego de hundirse el viernes. Juncker y Rehn afirmaron que están más preocupados del ritmo del descenso de euro que de su devaluación.

El FMI aseguró en un informe que el reciente tipo de cambio del euro está "cerca de los fumdamentos" y que ayudaría a las exportaciones.

"Pero las rigideces, especialmente en el mercado laboral y financiero de algunos países, están limitando la necesaria reestructuración en la secuela de la crisis global", comentó.

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, afirmó el sábado que las autoridades europeas estaban cerca de concluir sus nuevas pruebas de tensión al sistema bancario.

Sin embargo, no quedó claro si estas pruebas involucrarían a bancos en forma individual ni recomendaciones de que alguno necesite capital fresco, como ha abogado el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner.

El gabinete de la canciller Angela Merkel acordó ahorrar 30,000 millones de euros en cuatro años en seguridad social, principalmente en subsidios de desempleo, y recortará miles de empleos del gobierno federal.

Berlín también desea recaudar 2,300 millones de euros adicionales por año al imponer tributos a las ganancias de los operadores de plantas de energía nuclear e introducir un impuesto "ambiental" al tráfico aéreo doméstico.

Los nuevos ahorros probablemente sean bien acogidos por algunos de sus socios del G20, como Estados Unidos, que presionó a Berlín para que estimulara su demanda interna.

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