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La reforma financiera de EU, a un paso

Legisladores acordaron reescribir las reglas del mercado, mientras sólo falta una aprobación final; el presidente Barack Obama podría convertir el 4 de julio los cambios en ley.
vie 25 junio 2010 08:08 AM
La economía estadounidense creció más de lo esperado en los últimos tres meses de 2009. (Foto: AP)
Wall Street (Foto: AP)

Los legisladores de Estados Unidos forjaron una histórica reforma de las normativas financieras al amanecer de este viernes, lo que es una gran victoria local para el presidente Barack Obama justo antes de una cumbre global dedicada al tema.

En una sesión maratónica de más de 21 horas, los legisladores acordaron reescribir las reglas del mercado lo que va a presionar a las ganancias de Wall Street y van a cargarla de mayor supervisión y restricciones más ajustadas.

La reforma aún tiene que obtener la aprobación final de ambas cámaras del Congreso antes de que Obama pueda firmarla como ley, lo que le da a Wall Street una última chance para desplegar su ejército de negociadores en el Congreso.

Se esperaba una rápida aprobación y la reforma podría ir a Obama para su firma el 4 de julio.

El proyecto realmente se ha vuelto más pesado durante su año de idas y venidas en el Congreso. Los Demócratas barrenaron una ola de disgusto público con la industria que se concedió a sí misma grandes compensaciones mientras buena parte del país sufría la profunda recesión causada por sus acciones.

"Nos preocupan las grandes riquezas. Me preocupa que las grandes riquezas tengan una influencia corruptora, pero es satisfactorio saber que cuando la opinión pública se involucra, va a triunfar", dijo el representante demócrata Barney Frank, que encabezó el panel.

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En las últimas horas de la sesión, los legisladores llegaron a acuerdos sobre las secciones más polémicas del proyecto, que restringen la intermediación de derivados de los bancos y limitan sus operaciones en un esfuerzo para proteger de las actividades más riesgosas los depósitos respaldados por los contribuyentes.

Pero la industria ganó concesiones significativas que podrían aflojar la cuerda.

La reescritura más integral de las leyes financieras desde la década del 1930 busca evitar que se repita la crisis financiera del 2007 al 2009, que provocó la recesión y llevó a rescates de los contribuyentes para los desesperados gigantes financieros.

Las entidades financieras tendrán que pagar 19,000 millones de dólares para cubrir sus costos.

"No hay forma de ver esta ley como positiva para el sector financiero", escribió Jaret Seiberg, analista de Concept Capital, quien sin embargo señaló que podría haber sido mucho peor.

Límites a operaciones riesgosas

El compromiso permite a los bancos seguir adelante con las operaciones con tipos de cambio y de interés, que suponen el grueso del mercado de derivados directo de 615 billones de dólares.

Los bancos también podrían participar en canjes de oro y plata y derivados diseñados para cubrir sus propios riesgos.

Para ello tendrían que separar las actividades de intermediación que se dedican a intercambios agrícolas, energéticos y de metales, de los canjes bursátiles y de los canjes de certificados de deuda no regulados.

Los legisladores resolvieron otro punto polémico del proyecto alrededor de la medianoche, cuando acordaron que los bancos deberían afrontar restricciones a sus actividades de intermediación riesgosas.

El proyecto transformaría dramáticamente el panorama financiero de Estados Unidos.

Crea una nueva autoridad de protección al consumidor y brinda a los reguladores nuevos poderes para controlar a las compañías financieras en problemas antes de que puedan lastimar a la economía.

Aunque deja intacto el remendado mosaico de reguladores federales que no lograron detener la última crisis, establece un concejo inter-agencias para supervisar los riesgos sistémicos a la estabilidad.

El proyecto también obliga a buena parte del mercado de derivados directos, que empeoró la crisis financiera y llevó al rescate de la aseguradora AIG por 182,000 millones de dólares, a canales más responsables como las agencias de liquidación y los mercados.

Los bancos más grandes tendrán que juntar más capitales que eventualmente los ayudan a lidiar con otras crisis.

Las agencias calificadoras de crédito, como Moody's, podrían ver a sus modelos de negocios puestos en vertical por los reguladores que quieren resolver conflictos de interés.

Los emisores de tarjetas de crédito, como Bank of America, probablemente tengan que reducir las comisiones de transacción que cobran a los comerciantes que usan sus tarjetas.

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