La confianza en vivienda cae en EU
La confianza de los constructores de casas en el mercado estadounidense de la vivienda se mantuvo este mes en su nivel más bajo en 18 meses, y cada vez más ejecutivos temen que siga decayendo el interés de los compradores.
La Asociación Nacional de Constructores de Casas dijo este lunes que su índice mensual de expectativas de los constructores permaneció en septiembre en 13 puntos, el más bajo desde marzo del 2009, por segundo mes consecutivo.
Una lectura inferior a 50 indica una visión negativa del mercado. La última vez que el índice superó los 50 puntos fue en abril del 2006.
El índice está dividido en tres categorías separadas. Las visitas de potenciales compradores, indicio de futuras ventas, cayeron levemente. El índice que mide las expectativas en los próximos seis meses no cambió, ni tampoco el de las condiciones de venta imperantes.
La venta de casas nuevas y usadas cayó a mediados de año a su nivel más bajo en más de una década. Y los constructores han tenido que encarar el peor mercado de embargos hipotecarios desde la década de 1930, sin que vislumbren el final de la situación.
Los bancos ejecutaron más embargos hipotecarios en agosto que en cualquier otro mes desde el comienzo de la crisis hipotecaria, según la firma RealtyTrac Inc. Ello mantuvo los precios bajos en la mayor parte del país y es una mala noticia para los constructores, que deben competir con casas que se venden a un precio menor del monto que cuesta construir una nueva.
El elevado desempleo , el lento crecimiento laboral y el endurecimiento del crédito han impedido que el público compre casas. Los créditos fiscales gubernamentales fueron un empujón para la industria en el segundo trimestre, pero desde su expiración las compras cayeron en picado.
"En general, los constructores no han visto razón alguna para mejorar su optimismo ante las condiciones del mercado en el último mes", dijo Bob Jones, un constructor de Michigan y presidente del grupo. "En todo caso, ha aumentado la incertidumbre consumidora, y los constructores creen que sus manos están atadas hasta que los potenciales compradores se sientan más seguros ante el mercado laboral y la economía".
