Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

El futuro alcanza a Brasil

El país se perfila como potencia emergente con su gran desarrollo económico impulsado por Lula; mantuvo políticas fiscales responsables, libre flotación de la moneda y reformas de su antecesor.
sáb 02 octubre 2010 01:56 PM
Brasil, un nuevo líder en América Latina. (Foto: Archivo)
brasil 2 (Foto: Archivo)

Hay una trillada broma en Brasil que dice que es el país del futuro y siempre lo será. Mirando la estabilidad de la economía, los extensivos programas sociales que redujeron la pobreza, el innovador desarrollo del campo y su superávit comercial en los últimos años, el futuro finalmente está alcanzando a los brasileños.

Con su carismático presidente Luiz Inácio Lula da Silva como publicista, la mayor economía de América Latina crecería un 7% este año y se perfila como potencia emergente.

La receta del saliente Lula fue "sui generis" y efectiva. Mantuvo las políticas fiscales responsables, la libre flotación de la moneda y las reformas de su antecesor Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), que sentaron las bases del Brasil de hoy.

La diferencia la hizo ampliando los programas sociales ya existentes en un país con desigualdades, aumentando el crédito para fortalecer el consumo de los brasileños y dando la vuelta al mundo para extender su influencia internacional.

Aunque Brasil tiene aún que resolver lastres estructurales antes de codearse con el mundo desarrollado, su fórmula tropical ha sido una de las más exitosas en la región. Pero para sus vecinos menos prósperos sería complicado copiar la receta, que requiere millones y millones de dólares en gasto.

"Yo no sé si el modelo se aplica en otros países porque hay necesidad de mucha plata para hacer los programas sociales que hizo Lula", dijo el consultor Rubens Barbosa, ex embajador de Brasil en Estados Unidos y el Reino Unido.

Publicidad

Unos 45 millones de brasileños reciben dinero del Estado, de acuerdo con Barbosa, y eso representa más de un 20% de la población. Gracias a esos programas, más de 20 millones escaparon de la pobreza desde el 2003, pero la cuenta corriente de Brasil empieza a sentirlo con un leve déficit.

Y la mayoría de América Latina no tiene tanto efectivo para implementar esos esquemas de fortalecimiento del mercado interno como Brasil, que tiene la mayor recaudación fiscal de la región, igual al 40% del Producto Interno Bruto (PIB).

Esto promete ampliar cada vez más la brecha que comienza a separar a Brasil de su barrio.

"Lo que se está viendo es una tendencia acelerada de Brasil a diferenciarse del resto, a aumentar su grado de desarrollo", dijo Alieto Guadagni, ex embajador argentino en Brasil y ex representante de su país ante el Banco Mundial.

Esta bonanza sostenida, sumada a las ambiciones de liderazgo regional y la convicción de ayudar a los menos afortunados, tarde o temprano comprometerá a Brasil a asistir a naciones pobres de la región, como Honduras o Nicaragua.

Empezando por casa

América Latina, un productor clave de materias primas, ha luchado por décadas contra crisis económicas e inestabilidad política, pero en los últimos años países como Brasil, Chile, Perú, Colombia y Panamá disfrutan de una relativa prosperidad.

El galopante crecimiento económico se explica en gran parte por el auge en los precios de los productos primarios, lo que permitió a muchos países blindar sus finanzas, acumular dólares y gastar dinero para reducir desigualdades.

A pesar de todo, aún subsisten bolsones de pobreza y saltan a la vista en Centroamérica. En Honduras un 59% de la población es considerada pobre, en Guatemala el 56%, en Nicaragua el 48%.

Pero hasta ahora, Brasil ha mirado más hacia vecinos como Argentina y algunos países andinos o incluso hacia África, con asistencia a proyectos que van desde bancos, frigoríficos y mineras hasta constructoras de represas hidroeléctricas.

Sólo en Haití, el país más pobre del hemisferio, Brasil tiene una presencia clara con una fuerza de paz y con millonarios proyectos de infraestructura.

"Brasil siempre quiso jugar un papel global y buscó vacíos donde otros no estaban, principalmente en África y en su propia subregión. Pero nunca han estado activos en Centroamérica", dijo Andrés Rozental, ex vicecanciller de México.

"Creo que van a tener que asumir responsabilidades. En cierta forma lo han hecho en su región inmediata, pero les falta si quieren ser una potencia", agregó.

Las inversiones directas de Brasil en el exterior pasaron de 2,500 millones de dólares antes de que asumiera Lula en el 2002, a 20,500 millones de dólares en el 2008, antes de la debacle financiera mundial que llevó a los brasileños a traer unos 10,000 millones de dólares de vuelta a casa en el 2009.

El banco de desarrollo brasileño BNDES desembolsó unos 76,000 millones de dólares en préstamos el año pasado para empresas brasileñas y parte de ese dinero se ha utilizado en expansión internacional.

Para ponerlo en contexto, el Banco Mundial prestó 59,000 millones de dólares en todo el planeta en ese año fiscal.

No todo es color de rosa

Sin embargo, el mismo Brasil tiene que afrontar las asignaturas pendientes en su propia casa antes de ayudar a impulsar el desarrollo en otros lugares.

Aún el país tiene un déficit de infraestructura que atora las carreteras de camiones y genera cuellos de botella en los puertos. Brasil sólo invierte un 2% del PIB en infraestructura frente al 16% de China.

Y tampoco guarda mucho, según cifras del Banco Mundial.

El ahorro bruto del país es del 17% contra el 54% de China, el 38% de India y el 32% de Rusia, sus colegas de BRIC, un grupo creado en el 2001 por Jim O'Neill de Goldman Sachs que reúne a economías que serían dominantes hacia el 2050, y que ayudó a triplicar la inversión extranjera directa en Brasil del 2002 al 2008.

El gigante sudamericano adolece de una de las burocracias más complejas de Latinoamérica, tiene problemas de corrupción, un sistema impositivo muy complejo, números rojos en su cuenta corriente por el elevado gasto público y debe vigilar la apreciación de la moneda porque perjudica a sus exportaciones.

Como el mayor productor mundial de azúcar, café, naranjas y mineral de hierro, también tiene que tratar de reducir la dependencia de las materias primas, que durante los últimos años lo llenaron de dólares, pero con la volatilidad de sus precios podrían dar vuelta la torta en cualquier momento.

Brasil irá a las urnas el domingo para elegir al sucesor del presidente Lula. Si los vaticinios de las encuestas se cumplen, la candidata oficialista Dilma Rousseff triunfaría en las elecciones y no se espera que haya cambios radicales en el rumbo del país sudamericano.

Pero, gane quien gane, las prioridades serán hacia adentro y los países más pobres de Latinoamérica todavía tendrían que esperar para recibir una mano más fuerte de Brasil.

Dinero Inteligente

Únete a Dinero Inteligente. El newsletter con consejos para cuidar tus finanzas.

Publicidad
Publicidad