FMI pide ajustes cambiarios a emergentes
Las economías emergentes clave deberían "comenzar lo antes posible" a permitir que sus monedas se aprecien para ayudar a rebalancear la economía global, dijo este jueves el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI dijo en un informe presentado al Grupo de los 20 que los desequilibrios comerciales no se arreglarían solos y requerían políticas que limitaran las distorsiones que generan los grandes superávits en algunos países y los grandes déficits en otros.
"En la ausencia de políticas que apunten a la eliminación de las distorsiones subyacentes, los desequilibrios globales seguirán ampliándose, amenazando las perspectivas de crecimiento tanto en las economías avanzadas como emergentes", dijo el Fondo.
El informe fue presentado a los ministros de Finanzas del G20 en su encuentro del fin de semana en Gyeongju, Corea del Sur, de cara a una cumbre de los líderes del grupo para el 11 y 12 de noviembre en Seúl.
El Fondo dijo que el yuan chino seguía "sustancialmente subvaluado", mientras que el dólar estaba en el lado fuerte. En tanto, los tipos de cambio estaban mayormente en línea con los fundamentos en Japón, la zona euro y Gran Bretaña, señaló.
Los ministros de Finanzas del grupo acordaron en su encuentro evitar las devaluaciones competitivas de sus divisas, pero no establecieron metas numéricas para reducir los desequilibrios comerciales.
Estados Unidos ha acusado a China de mantener al yuan artificialmente débil para promocionar sus exportaciones, pero Beijing ha rechazado estos cargos, advirtiendo que un cambio rápido podría generar malestar social en el país.
Los países de mercados emergentes se han quejado de que las políticas expansivas en las economías desarrolladas, como Estados Unidos, generaron fuertes incrementos en los flujos de capital hacia sus mercados, fortaleciendo sus divisas y elevando los precios de sus activos.
Brasil y Tailandia han respondido a este fenómeno con controles a los flujos de capital, mientras que otros bancos centrales han intensificado sus intervenciones cambiarias, generando rumores sobre una guerra comercial.
Dada la frágil y dispar naturaleza de la recuperación económica global, el FMI dijo que una política monetaria expansiva era apropiada en las economías desarrolladas. No obstante, advirtió que el impacto negativo en otras economías, particularmente de mercados emergentes, debía ser vigilado y manejado con cautela.
El Fondo señaló que las economías avanzadas necesitaban preparar planes creíbles de consolidación fiscal a mediano plazo que estuvieran basados en perspectivas de crecimiento conservadoras, para controlar sus deudas. Como parte de estos planes, los recortes de gastos deberían comenzar en el 2011, añadió.
Europa se opone a EU
Autoridades de la Unión Europea presentes en la reunión del G20 pidieron aplicar las medidas necesarias sobre los tipos de cambio y los flujos de capitales para evitar un aumento de los desequilibrios globales, según un documento conocido este jueves.
Pero en una carta a los líderes de la UE, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el titular del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, dijeron que resolver los desequilibrios globales no implica imponer metas numéricas a los balances de cuenta corriente, como propuso Estados Unidos.
"Dado que los desequilibrios globales son generados por desajustes en los tipos de cambio, en Seúl necesitamos hallar un terreno común que nos permita avanzar en los temas cambiarios y de flujos de capital, y tomar medidas para remediarlos donde sea necesario", dijeron en la misiva, conocida por Reuters.
Un encuentro de ministros de Finanzas del Grupo de las 20 economías líderes del mundo (G20) rechazó las demandas de Estados Unidos de establecer límites numéricos a los balances de cuenta corriente.
El Gobierno de Obama pretendía fijar un límite de hasta un 4% del Producto Interno Bruto a los saldos de cuenta corriente, de manera de obligar a China, que tiene un alto superávit, a revaluar su moneda más aceleradamente, pero Washington no encontró apoyo a su idea.
Sin embargo, los ministros concordaron en que habrán metas "indicativas", que deberían ser definidas en la cumbre de líderes del G20 en Seúl el próximo mes y que serán supervisadas por el Fondo Monetario Internacional, aunque no habrán sanciones para los países que incumplan.
"A este respecto, hemos presentado una propuesta al G20 sobre la manera en que se deben abordar estos temas de un modo cooperativo, basado en la metodología que hemos desarrollado para abordar nuestros desequilibrios internos, sin tener que recurrir a metas cuantitativas controvertidas, como sugirió Estados Unidos", dijo la carta.
Los líderes de la UE se reúnen el jueves y viernes en Bruselas para consensuar el mensaje conjunto que llevarán a la cumbre del G20 el próximo mes. Según el borrador de las conclusiones, llamarían a sus contrapartes del G20 a no usar los tipos de cambio para obtener ventajas competitivas.
Pero al presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, le gustaría que el mensaje de los líderes del bloque fuera más allá e incluyera una referencia más explícita sobre el tema de las divisas.
De acuerdo a un documento preparado para la reunión, Trichet propuso que el mensaje al G20 debiera decir que los líderes de la UE quieren un sistema financiero internacional fuerte y estable, y que los tipos de cambio deben reflejar los fundamentos económicos.
También le gustaría que dijeran que el exceso de liquidez y los movimientos caóticos de los tipos de cambio tienen implicancias adversas para la estabilidad económica y financiera, y resaltar que en la cumbre del G20 de Toronto, las economías emergentes con superávits -en referencia a China- aceptaron impulsar la flexibilidad del tipo de cambio.
