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Trichet, conductor del destino portugués

El presidente del Banco Central Europeo presionó al país a aceptar la ayuda de la Unión Europea; pidió a las entidades financieras recortar su exposición a la deuda del Gobierno de Portugal.
vie 08 abril 2011 08:12 PM
Jean Claude Trichet, líder del BCE, también alentó discretamente a Irlanda para que aceptara la ayuda económica de la Unión Europea. (Foto: Reuters)
banco central europeo Jean Claude Trichet

Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE) pareciera haber arrancado una página del libro del Theodore Roosvelt para adoptar el estilo del ex presidente estadounidense de "hablar suave y sostener un gran garrote", al presionar discretamente a Portugal para que aceptara ayuda de la Unión Europea.

En una muestra del poder detrás de bastidores, el BCE dijo a los bancos portugueses que recortaran su exposición a la deuda del Gobierno, señaló a Reuters el jefe de la asociación bancaria (APB) del país.

La presión de la entidad bancaria desde su sede en Francfort llevó el pasado lunes a los bancos a amenazar con dejar de comprar bonos del Gobierno si Portugal no solicitaba un rescate financiero , un ultimátum que probablemente influyó para que el primer ministro José Sócrates solicitara ayuda financiera europea.

El episodio resalta el rol crucial que Trichet, como presidente del BCE, ha asumido para responder a la crisis de la zona euro, llenando quietamente pero con efectividad el vacío de poder que dejó la lenta respuesta política de los gobiernos y ayudado por la capacidad del BCE de actuar con rapidez y mover los mercados.

El viernes, Trichet negó que el banco hubiera presionado al país portugués para que tomara la ayuda financiera, aunque un día antes admitió que el banco central alentó a Lisboa a pedir la ayuda.

"El ha emergido en un periodo de varios meses como una figura absolutamente fundamental para los esfuerzos de resolver lo que parece ser casi una crisis irresoluble", dijo Davis Marsh, director de la firma de asesoramiento de administración SCCO International.

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"Trichet ha marchado al centro de manejo de la crisis -sin quererlo porque no había nadie más interesado o con conocimiento o con poder suficiente", agregó Marsh, autor del libro 'El Euro: Las políticas de la nueva moneda global".

La naturaleza en que ha evolucionado el proyecto europeo ha fortalecido el poder del BCE. Con unión monetaria pero no fiscal, no hay un departamento paneuropeo del Tesoro para actuar. Los Gobiernos, a veces divididos en torno a cómo manejar crisis, se toman su tiempo para algunas decisiones.

El mes pasado durante una cumbre, los líderes europeos se dieron plazo hasta junio para acordar un incremento de su facilidad temporal de rescate, al no lograr un convenio para un amplio paquete que habían prometido para resolver la crisis de deuda.

El BCE tiene un gran poder, con casi 1.9 billones de euros en activos del eurosistema -que mantienen los bancos centrales nacionales de la zona euro- bajo su paraguas.

"Hasta que un país esté bajo el respaldo del fondo de estabilidad financiera europeo (EFSF) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) , el único protagonista es el BCE", dijo el economista del Deutsche Bank, Gilles Moec, en referencia a la ayuda ofrecida por el EFSF y el FMI.

"El proceso de toma de decisiones del BCE es muy rápido y pueden actuar en cuestión de horas y tienen mucho dinero", agregó.

Trichet,  el empleado que se levanta contra el amo

El episodio de Portugal esta semana no es la primera vez que el BCE ha ayudado a cambiar el curso de un país de la zona euro atrapado en deudas. El año pasado, sus maniobras detrás de bastidores y capacidad de uso en el programa de compra de bonos colocaron presión sobre Irlanda para que acudiera al fondo de rescate europeo.

Con los líderes de los cuatro grandes países de la zona euro -Alemania, Francia, Italia, y España- experimentando posiciones débiles en sus naciones, el liderazgo de Trichet tras está dando a la zona euro cierta dirección en un momento de crisis.

Pero el papel que está desempeñando también involucra riesgos. Su periodo termina a fines de octubre y deja unos zapatos enormes para que le calcen al próximo jefe del banco central. Es también un funcionario no elegido que desempeña un papel en determinar el destino de países soberanos.

"Es malo desde el punto de vista de la gobernabilidad de Europa porque Trichet debería ser el empleado de los gobiernos, no su amo", dijo Marsh.

"Indudablemente está haciendo un buen trabajo pero los interrogantes se hacen mucho más agudos cuando se discute quién lo reemplazará, algo que los Gobiernos deben decidir en los próximos meses", agregó.

Un sondeo de Reuters mostró en febrero que los economistas ven al italiano Mario Draghi como un firme favorito para reemplazar a Trichet y poco ha cambiado para modificar esa visión.

Se espera que los líderes europeos tomen su decisión en los próximos meses.

"Es un trabajo difícil", indicó Gilles Moec Moec y agregó "es algo más que fijar tasas de interés y política monetaria. El BCE está llenando muchos vacíos en Europa. Necesitamos gente que entienda los aspectos políticos de todo esto y gente que tenga experiencia en tratar con gobiernos, con instituciones europeas".

Draghi, un ex profesor de economía con un alto nivel de experiencia en el Gobierno, la regulación financiera, en el Banco Mundial y en el sector privado, parece reunir las condiciones.

 

 

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