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EU: deber en exceso tiene consecuencias

El índice S&P estadounidense ubica como negativo el panorama a futuro de los Bonos del Tesoro; si el país no cumple sus obligaciones, los costos en concepto de intereses se elevarán.
lun 25 abril 2011 01:24 PM
Los extranjeros poseen cerca de la mitad de los títulos del Tesoro que se cotizan públicamente en EU. (Foto: Fortune)
eu deuda (Foto: Fortune)

Mucha desazón ha producido la decisión de Standard & Poor's de reducir la perspectiva de la deuda estadounidense a largo plazo, ubicando en 'negativo' el panorama de los bonos del Tesoro por primera vez desde que la agencia comenzó a calificar los títulos del 'Tío Sam', hace 70 años. Para muchas personas, supone un juicio que condena al Gobierno por gastar más de lo que ingresa. Pero no hay razón para alarmarse por el hecho de que el bono del Tesoro pueda perder su calificación triple A. Lo que verdaderamente debería preocuparnos es lo que en el futuro valdrá el dólar en términos de bienes, servicios y materias primas que puedan comprarse con él.

El asunto tiene guasa: Los republicanos, que nunca tuvieron que bloquear una petición para aumentar la deuda del país en tiempos de George W. Bush, hoy están alarmados con la noticia de S&P, alegando que hay altas probabilidades de que la agencia calificadora degrade la calificación crediticia de EU en el plazo de dos años. Los demócratas, que con justicia se quejaron de los costos de las exenciones fiscales implementadas por Bush, los costos de dos guerras y de las prestaciones farmacéuticas de Medicare, insisten en que las cosas estarán bien bajo la actual administración -demócrata-.

Por otro lado, ni S&P ni Moody's, su principal rival, han sido blancas palomas. Contribuyeron a la burbuja inmobiliaria otorgando calificaciones desatinadas (pero muy rentables para ellos) a los títulos respaldados con hipotecas subprime, y tampoco supieron  lo que sucedía en Enron y WorldCom hasta que fue demasiado tarde.

Dado ese historial, yo sospechaba que la decisión de S&P escondía motivos políticos. Pero luego de hablar con Nikola Swann, director de finanzas públicas y calificaciones soberanas de S&P, me doy cuenta de que es una decisión puramente financiera, alejada totalmente de las políticas de Washington. Swann me dijo que la agencia usa intencionalmente un comité internacional para calificar la deuda de 127 gobiernos nacionales, desde Abu Dabi a Zambia.

Desde mi punto de vista, tiene sentido que S&P trate al Gobierno estadounidense como a cualquier otro crédito soberano en lugar de darle un tratamiento especial de "deudor excepcional", que no debe estar sujeto a las reglas del mercado financiero.

Pero incluso si llegara a reducirse la calificación de la deuda soberana de EU, no cabe la posibilidad de que el Gobierno incurra en impago, a no ser que Washington haga algo increíblemente estúpido, como negarse a incrementar el límite de su deuda pública.

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La razón es que el Gobierno estadounidense no es una compañía que deba preocuparse por atraer suficientes prestatarios para refinanciar sus deudas, como lo tuvieron que hacer hasta las grandes compañías durante la crisis financiera de 2008-2009.

A diferencia de General Electric o de un gran banco, el Gobierno estadounidense pide el préstamo en una divisa -el dólar- que él mismo puede imprimir. Luego está la Reserva Federal (Fed), que ha estado financiando indirectamente una parte importante del déficit presupuestario federal mediante su programa de "flexibilización cuantitativa", bajo el cual ha comprado a razón mensual 75,000 millones de dólares en títulos del Tesoro. Si todo lo demás falla, la Fed podría financiar al Gobierno directamente.

Esto coloca a EU en una situación muy diferente a la de, digamos, Irlanda y Portugal. Estos países piden prestado en euros, una divisa que sus bancos centrales no pueden imprimir: sólo el Banco Central Europeo puede hacerlo.

A la larga, claro, la deuda estadounidense podría ser tan excesiva que existe la posibilidad de que los acreedores extranjeros insistan en sólo otorgar préstamos en una divisa diferente al dólar. Pero Swann advierte que esa posibilidad es remota.

Bien, si el problema no es que EU incurra en impago de su deuda pública, ¿cuál es el verdadero problema? Que incluso si eres un Gobierno que pide prestado en su propia divisa, deber en exceso tiene consecuencias . Si EU no cumple sus obligaciones, los costos en concepto de intereses subirán y subirán, ejerciendo presión sobre el presupuesto. Pedir prestado esa enorme cantidad de dinero a todo mundo (los extranjeros poseen cerca de la mitad de los títulos del Tesoro que se cotizan públicamente) perjudica el valor del dólar. Nadie lo sabe con seguridad, pero es posible que ese factor haya contribuido al alza en los precios del oro, el petróleo y otros "activos duros" en términos de dólares.

En conclusión, no hay que preocuparse por las reducciones de la calificación de la deuda. Hay que preocuparse por la deuda.

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