La OCDE pide una ‘renovación’ a México

México debe repensar su modelo de crecimiento que le permita ser más competitivo y, con ello, reducir el sector informal en la economía, recomendó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La economía mexicana va en la dirección correcta en cuanto al marco macroeconómico, pero hay que hacer más, especialmente en materia de crecimiento y competencia, asegura Pier Carlo Padoan, secretario general Adjunto y Economista en Jefe de la OCDE.

En el marco de la presentación del Estudio Económico de la OCDE sobre México, resaltó la necesidad de reducir el sector informal en la economía, como una forma de mejorar la productividad y ayudar a mejorar la situación económica del país. Esto se logra al establecer medidas que alienten la competitividad y establecer reformas en el mercado laboral, y con ello "el impacto final del crecimiento puede ser extremadamente positivo, importante y fructífero en el largo plazo".

A corto plazo, considera que la tasa de crecimiento de la economía mexicana es sólida, más de 4% este año y el próximo. "El problema es que no es sustentable a largo plazo y el mensaje es que se requieren reformas para tener mayor competencia y un mejor sistema fiscal para asegurar que esta tasa de crecimiento sea sustentable a largo plazo".

Padoan insistió sobre la necesidad de conseguir una reforma fiscal y, si bien reconoció que hay obstáculos políticos para avanzar en esta materia, hay que seguir intentando. Un ingrediente clave es comunicar claramente a la población el por qué las reformas son necesarias. "No sería pesimista sobre la posibilidad que México tiene para implementar buenas reformas", señala.

La posición fiscal del Estado tiene que modernizarse. Los subsidios a los energéticos están drenando los recursos del Gobierno y gradualmente se tienen que abolir. Y consideró que se deben identificar otras maneras para ayudar a los pobres, que no es un reto exclusivo para México, sino que es común para muchos países.

"Las finanzas públicas tienen que fortalecerse en México, y la reforma fiscal se debe aprobar para expandir la base y generar más recursos para que al final el espacio fiscal disponible por parte del Gobierno se expanda, que haya más contribuyentes y que más recursos se puedan designar a mayores inversiones como salud infraestructura y educación", destacó.

En el reporte se resalta que la desigualdad sigue siendo alta y es necesario fortalecer el potencial de crecimiento a largo plazo en México.

"México debe aumentar su resistencia ante futuras crisis y garantizar que los niveles de vida se aproximen más a la media de la OCDE. La clave para estos desafíos serán reformas estructurales más profundas a fin de estabilizar la volatilidad del producto, aumentar la competencia, especialmente en los sectores de servicios, y reconducir las debilidades del sistema educativo".

El fortalecimiento de los comparativamente bajos ingresos tributarios garantizaría que el país pudiera financiar de manera sostenible inversiones vitales en infraestructura, educación y política social. También haría posible que las finanzas públicas dependieran menos de los ingresos volátiles del petróleo.

Incluso comprendiendo los ingresos del petróleo, México tiene los ingresos fiscales más bajos en proporción al PIB de todos los países de la OCDE y gran parte de América Latina.

Una ampliación de la base fiscal mediante la eliminación de algunas de las exenciones más distorsionantes y de regímenes especiales aumentaría los ingresos y haría el sistema más fácil de administrar.

Las exenciones y las tasas cero en el IVA benefician en gran medida a hogares con mayores ingresos. Utilizar en su lugar  transferencias en efectivo de forma focalizada, resultaría mucho más eficaz para reducir la pobreza, dice la OCDE.

El estudio también llama a una continua mejora en la ejecución de la normativa tributaria y a tomar medidas para reducir la amplia economía informal de México. Recomienda reducir los costos y mejorar los beneficios para las empresas y los trabajadores que operan en la economía formal.

Entre los incentivos para ingresar en el sector formal se encuentran una más elevada calidad en los servicios públicos, tales como un seguro de salud más integral. Una mayor parte de las cargas sociales de los trabajadores debe orientarse hacia las pensiones, en lugar de a subsidios a la vivienda o a guarderías que con frecuencia no están disponibles para los trabajadores más pobres o rurales, y que aún así,  tienen que pagar por éstos, lo que reduce los incentivos para participar en la economía formal.