Sarukhán alerta del ruido electoral
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El embajador mexicano en Washington, Arturo Sarukhán alertó ayer domingo contra las "flatulencias" y "ruido" que surgirán en los próximos 12 meses en los procesos electorales de México y Estados Unidos a ambos lados de la frontera, y pidió aplicar "una capa de teflón" para que este ruido no afecte a la relación de largo plazo.
El embajador pidió también "institucionalizar" la cooperación en materia de seguridad para "no inventar la rueda" a partir de los cambios de Gobierno que se darán en ambos países a finales de 2012.
Sarukhán participaba en un panel titulado "¿Cuál es la agenda de la relación México- EEUU?" en la Cumbre de Negocios México 2011 que se celebra en Querétaro hasta el martes 25. Los participantes en este panel coincidieron en que se ha dado un "cambio profundo en la relación", con una agenda que incluye temas impensables hace tan solo una década.
Los panelistas celebraron especialmente el "fin del tabú" de la participación privada en Pemex a partir de las declaraciones al diario Financial Times del aspirante presidencial Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en las que proponía que el crecimiento de Pemex se inspirara en el de la petrolera brasileña Petrobras, que tiene el 49% de su capital en manos privadas.
El embajador Sarukhán destacó que México y Estados Unidos firmarán "en los próximos meses" un acuerdo bilateral acerca de la explotación de petróleo en yacimientos fronterizos, como es el caso de Perdido.
En el tema migratorio, el embajador dijo que la posibilidad inminente de que se reduzcan a cero los cruces fronterizos ilegales de mexicanos puede cambiar la conversación y fortalecer la posibilidad de un acuerdo para los hispanos en EU, que tienen un papel creciente en los procesos electorales en EU.
Sarukhán intervino después de que el ex gobernador de Nuevo México Bill Richardson hiciera un llamado a un pacto bipartidista en Estados Unidos para abordar el tema migratorio, y una semana después de que el New York Times publicara una entrevista con el presidente Felipe Calderón en la que declaraba sobre el supuesto interés de algunos miembros del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por pactar con el crimen organizado, lo que desató una ola de críticas y de exigencias de pruebas.
