Presupuesto italiano, en la recta final
El presupuesto de austeridad italiano, vital para los intentos de Roma de poner sus cuentas en orden y hacer su parte para tratar de salvar al euro de un colapso, entra en su recta final esta semana con sindicatos aún en pie de guerra. El paquete de 33,000 millones de euros (43,000 millones de dólares) de recortes de costos y nuevos impuestos, fue aprobado el viernes por la Cámara de Diputados, luego de que el Gobierno del primer ministro Mario Monti, quien lleva un mes en el cargo, ganó un voto de confianza al principio del día.
El proyecto está ya en el Senado, cuyo líder, Renato Schifani, dijo este domingo que podría pasar antes de Navidad.
La mayoría de los observadores esperan que esté aprobado para el 23 de diciembre.
Las medidas, que han sido aplaudidas por los socios de Italia de la Unión Europea, recortarán el gasto público, elevarán impuestos y reformarán las pensiones, en una apuesta por recuperar la confianza del mercado en las finanzas del país y equilibrar su presupuesto para 2013.
El plan de austeridad ha estado en vigencia desde que el Gobierno de Monti lo aprobó (el 4 de diciembre), pero necesita total sanción parlamentaria dentro de 60 días.
La ministra del trabajo, Elsa Forneo, que como todos los miembros del Gobierno de Monti es una experta en su área y no un político, anunció a los sindicatos este domingo que tendrían que ser flexibles.
Le dijo a un periódico que un artículo clave del estatuto del trabajo de Italia "no estaba escrito en piedra".
Conocido como "artículo 18", se ha vuelto una vaca sagrada para los sindicatos y piedra angular de sus batallas, porque hace extremadamente difícil despedir trabajadores en compañías con más de 15 empleados.
Además, indica que los trabajadores juzgados por una corte del trabajo y que han sido despedidos equivocadamente deben ser reinstalados con pagos retroactivos totales.
"No estoy diciendo que hay una receta preestablecida (para la reforma laboral) pero también que nada es permanente y por eso invito a los sindicatos a hacerse parte en debates intelectuales abiertos y honestos", dijo Fornero a un periódico en respuesta a una pregunta sobre el artículo.
Susanna Camusso, presidente de la confederación sindical más grande de Italia, dijo a la agencia Reuters en una entrevista la semana pasada que el país se arriesga una "explosión social" por las medidas de austeridad.
Además de las polémicas con los sindicatos, Monti ya tiene dificultades solamente satisfaciendo a los partidos políticos que lo apoyan.
Los dos grupos más grandes, el partido de centro derecha Pueblo de Libertad y el de centro izquierda, Partido Democrático, apoyan al Gobierno, aún cuando los dos quieren que se suavice el impacto del plan.
Monti fue avalado el viernes por el voto de confianza del Parlamento y dijo que no estaba "absolutamente desesperado", pero su popularidad ha estado cayendo mientras más se conocer el paquete.
Según un sondeo del periódico Corriere della Sera publicado este domingo, la popularidad del premier ha caído a un 46% desde el 61% de hace una semana.
Sin más planes
El ministro de Industria, Corrado Passera, afirmó que el Gobierno no tiene planes de introducir otro paquete de austeridad.
Agregó que aún queda mucho por hacer para estimular el crecimiento económico de Italia y restaurar la confianza del mercado.
"No hay otra maniobra por venir", afirmó manifestó.
Giulio Tremonti, ministro de Economía bajo el Gobierno de Silvio Berlusconi, había dicho que un segundo paquete de austeridad era muy probable.
Passera expresó que el paquete de austeridad de 30,000 millones de euros ha evitado una crisis como la de Grecia y ha restaurado la credibilidad, pero añadió que aún había mucho que hacer.
"Debemos movilizar el capital privado, usar fondos europeos y usar mejor los fondos que ya existen, hay fondos que están bloqueados", dijo en un programa de televisión, pero no dio más detalles.
