Innovar para combatir la desigualdad
El informe del World Economic Forum "Global Risk 2011, Sixth Edition" menciona dos riesgos pilares de donde emanan todos los demás peligros presentes en el mundo globalizado, estos son: la Disparidad Económica y las fallas en la "gobernanza" (governance failures). Respecto al riesgo de la Disparidad Económica , se presenta fuertemente ligado a otros problemas como son la corrupción, la fragilidad en los gobiernos, problemas socio-políticos, falta de salubridad, migración, comercio ilícito, inseguridad y altos costos para legitimar actividades legales entre otros.
Se trata de problemas nada desconocidos para México, donde sabemos que la Disparidad Económica está presente y se puede comprobar a través del índice Gini, que mide la desigualdad de los ingresos familiares en donde 0 corresponde a una perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 100 corresponde a la perfecta desigualdad; en México este índice es de 51.7.
Para ponerlo en perspectiva, Estados Unidos tiene un índice Gini de 40.8; Dinamarca, Japón y Suiza, los países con menos desigualdad, tienen un índice menor a 25 y en Namibia, el país más desigual, es 74.33, de acuerdo con cifras de The World Bank consultadas en febrero de este año.
Se ha demostrado que la innovación siempre va detrás del incremento en la productividad y del progreso social, y por ello es uno de los pilares de la competitividad que reduce la Disparidad Económica al generar actividades de valor agregado que repercuten en empleos mejor remunerados, provocando con esto progreso social y disminuyendo la Disparidad Económica.
El punto aquí es cómo incrementar la innovación en México. Existen iniciativas en este sentido del Gobierno a través del CONACYT, la Secretaría de Economía, PROMEXICO y también programas patrocinados por instituciones educativas como la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, ITESM, entre otras, pero no ha sido suficiente.
En materia de innovación, México se encuentra en el lugar 63 de 142 países, por debajo de algunos vecinos latinoamericanos como Colombia, que se encuentra en el lugar 57, Chile en el 46 y Brasil en el 44, de acuerdo a "The Global Competitiveness Report 2011-2012" del World Economic Forum del año pasado,
Para efectuar esta evaluación, se miden algunas variables. Las peores calificadas para México son las relativas a calidad de la educación en matemáticas y ciencias, uso de tecnologías de información y comunicación, accesibilidad a capitales privados y gasto en Investigación y desarrollo por parte de las empresas.
Permítanme llamar su atención. Necesitamos ser más participativos todos los empresarios, directivos y líderes en México en la investigación y desarrollo; debemos acercarnos más a l as instituciones que hacen y promueven la investigación y el desarrollo como las que mencioné anteriormente.
Me gustaría que reflexionemos sobre si realmente estamos haciendo algo o simplemente esperamos que otros hagan algo... a veces pudiera no ser tan complicado.
Si miramos dentro de nuestras empresas y analizamos, por ejemplo, los productos intermedios que estamos utilizando y que no son manufacturados en México o vemos problemas de falta de eficiencia no resueltos, es momento de invitar a ingenieros que están incubando desarrollos universitarios a dialogar sobre soluciones y desarrollos en los que deberíamos estar trabajando en nuestras empresas y/o plantas.
Si a los científicos y jóvenes emprendedores los hacemos partícipes de nuestras inquietudes, ayudaríamos a que por lo menos ellos estén enterados de las necesidades reales que actualmente existen y tengan mejor conocimiento de la realidad.
Recomiendo consultar al CONACYT y a la UNAM .
Por último, quiero decirles que muchas veces está en nuestras manos apoyar la innovación, y como mexicanos, empresarios y líderes que somos, tenemos la responsabilidad moral de hacerlo. Lo anterior dará más valor económico a nuestro país y a nuestra gente, disminuyendo así la Disparidad Económica.
La autora es miembro del Comité Técnico Nacional de Competitividad del IMEF , es contador público y Directora de Finanzas en BIC, No Sabe Fallar, S.A. de C.V.
