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La crisis ‘cierra’ la economía brasileña

El Gobierno anunció medidas fiscales para proteger a su industria y frenar el alza en los costos; analistas advierten de riesgos inflacionarios y desventajas para los socios comerciales.
mar 03 abril 2012 07:16 PM
Con la tasa en 11%, los costos de endeudamiento en Brasil se mantienen como los más altos, algo que quiere cambiar Dilma Rousseff. (Foto: Reuters)
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Brasil subió el martes el tono proteccionista con un paquete de medidas de estímulo industrial que cierran más su economía, pero que según analistas no resuelven el problema de fondo: los elevados costos que frenan la competitividad del gigante latinoamericano.

La presidenta Dilma Rousseff prometió echar mano a todos los recursos a su alcance para defender a empresas y empleos frente a las importaciones baratas y el dumping cambiario que amenazan la tímida recuperación de Brasil.

Las medidas incluyen exoneraciones fiscales por 5,500 millones de dólares, créditos subsidiados y una agresiva política de defensa comercial que tuvo como preámbulo la renegociación en marzo de un desventajoso acuerdo de libre comercio de autos con México.

"Cualquiera que exporte a Brasil va a sentir el impacto", dijo Kathryn Rooney, analista de Bulltick Capital en Miami. "El crecimiento económico es la prioridad número uno a expensas de la inflación y el Gobierno hará lo que sea necesario para poder lograrlo".

"Subsidiar los productos brasileños incluso si son 25% más costosos que los importados es claramente proteccionismo", añadió.

Brasil ha dado crecientes señales de proteccionismo en respuesta a la crisis global, desde la imposición de cuotas a la importación de autos mexicanos más competitivos hasta considerar salvaguardas a la entrada de vinos de Chile.

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Las medidas de estímulo industrial incluyen acciones para frenar la apreciación del real, que disparó las importaciones y puso contra las cuerdas a los productores locales.

Brasil culpa de sus problemas al "tsunami" de capital barato inyectado por los bancos centrales de Europa y Estados Unidos.

Pero los analistas recibieron el martes las medidas con cierto escepticismo, pues, dicen, no van al hueso del problema: los altos costos laborales y asociados a la burocracia, la corrupción y la falta de infraestructura.

"Vamos a ver una contracción de las importaciones y un eventual aumento de las exportaciones, pero en el largo plazo tendremos un efecto distorsionado y no resuelve los problemas de competitividad", dijo Maurício Rosal, economista jefe de Raymond James.

Rousseff dijo el martes que el mercado doméstico era clave para que la nación del BRICS crezca un 4.5% en el 2012, después de un frenazo al 2.7% en el 2011.

La presidenta aclaró que Brasil sigue abierto a la inversión extranjera, pero dijo que hará lo que sea necesario para defender a su industria.

"Brasil no consigue competir en términos del libre comercio. La apreciación del real cambió los parámetros de competencia y la tendencia actual es al comercio controlado", dijo Alberto Pfeifer, un analista de la Universidad de Sao Paulo.

Un ejemplo es el mercado de automóviles, donde Brasil ofreció el martes beneficios fiscales a las ensambladoras que inviertan en investigación y desarrollo.

Además, dijo que exigiría mayor contenido regional y fijaría cuotas de importación, dos condiciones impuestas recientemente a México.

"El país está cada vez mas cerrado. ¿ Porqué voy a instalar una nueva fábrica en Brasil ?", dijo Luiz Carlos Mello, director del Centro Estudos Automotivos de Sao Paulo y ex presidente de Ford do Brasil. "Los fabricantes mundiales van a preferir lanzar sus nuevos productos en México".

 

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