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Sarkozy acepta su derrota ante Hollande

El rival del mandatario se perfila como el ganador de las elecciones presidenciales de Francia; el socialista podría cambiar la forma como Europa enfrenta su crisis de deuda.
dom 06 mayo 2012 01:54 PM
El mandatario Nicolas Sarkozy dijo que aceptaba la responsabilidad de su fracaso en las elecciones presidenciales. (Foto: Reuters)
sarko

Nicolas Sarkozy reconoció su derrota en las elecciones presidenciales de Francia al desear "buena suerte" a su rival Francois Hollande como nuevo líder del país.

Sarkozy agradeció a sus partidarios y dijo que hizo su mejor esfuerzo por ganar un segundo mandato, a pesar del extendido enojo por el manejo de la economía.

"Acepto la responsabilidad por la derrota", declaró.

Sarkozy, castigado por su incapacidad para reducir el desempleo récord de Francia de 10% y por su áspero estilo personal, es el undécimo líder sucesivo en ser vencido en comicios desde el inicio de la crisis de la zona euro en 2009.

El socialista Hollande fue el ganador de las elecciones presidenciales de Francia, de acuerdo con resultados oficiales y sondeos.

Hollande ganó la segunda vuelta con un 51.7% de los votos, según las cifras más recientes del Ministerio del Interior, con 99% de los sufragios contados. En tanto, el saliente presidente Nicolas Sarkozy consiguió 48.3% de los votos.

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Una victoria de Hollande podría cambiar la manera como Europa enfrenta su crisis de deuda, con más estímulo y menos austeridad.

Será el primer presidente socialista de Francia desde Francois Mitterrand, quien gobernó de 1981 a 1995.

Momento crucial

Seguidores de Hollande celebraron jubilosos fuera de la sede del Partido Socialista y en la Plaza de la Bastilla de París, donde en 1985 bailaron los partidarios de Francois Mitterrand cuando se convirtió en presidente francés.

Pero las celebraciones podrían verse opacadas por la incertidumbre política en Grecia, donde los principales partidos fueron rechazados en las elecciones parlamentarias y los sondeos a boca de urna sugerían que los votantes podrían haber dejado a los políticos a favor del rescate sin una mayoría parlamentaria, generando dudas sobre su futuro en la zona euro.

Su margen también posiciona a los socialistas en un sitio relevante para obtener una mayoría de izquierda en las elecciones parlamentarias de Francia que se celebrarán el mes próximo, un avance vital para implementar sus planes de aplicar una rápida reforma tributaria.

Si gana en las elecciones legislativas de dos rondas del 10 y el 17 de junio, el Partido Socialista podría contar con la mayor influencia política de sus 43 años de historia, al tener el control de la presidencia, ambas cámaras del Parlamento, casi todas las regiones y dos tercios de las municipalidades francesas.

Hollande, un político de maneras amables y carrera popular, llevaba semanas con una ventaja estable en los sondeos, tras esbozar en enero un amplio programa basado en alzas de impuestos, especialmente sobre los más acaudalados, financiar el gasto y mantener bajo control el déficit público.

Las elecciones se producen en un momento crucial para la convaleciente eurozona, ya que Francia, la segunda economía Europea, es un socio vital de Berlín para salvaguardar el futuro de la moneda única.

El triunfo de Hollande se suma a una pequeña minoría de gobiernos de izquierda en Europa y buscará desafiar el énfasis alemán en las políticas de austeridad pidiendo que el pacto de responsabilidad presupuestaria de la zona del euro aborde factores para impulsar el crecimiento.

La clara victoria de Hollande debería darle al político que se describe a sí mismo como una "persona normal" la autoridad para presionar a la canciller alemana Angela Merkel a que acepte un cambio con políticas que alienten el crecimiento en Europa, a fin de equilibrarlas con las medidas de austeridad que han desatado el enojo de los ciudadanos en el sur del continente.

Hollande tiene previsto visitar a la canciller de centroderecha en los días siguientes a las elecciones para tratar ideas.

Dejando a un lado las relaciones con Alemania, Francia se enfrenta a un frágil crecimiento y un desempleo del 10%, un creciente déficit comercial y unos grandes gastos estatales que presionan las finanzas públicas y fueron un factor en la rebaja de su calificación crediticia de triple A por parte de Standard & Poor's.

Aunque los mercados financieros se están abriendo a las ideas pro crecimiento de Hollande, las cuales ganan apoyo en el resto de Europa, el candidato socialista necesitaría calmar deprisa los temores hacia sus planes económicos, mientras resurge el miedo a la crisis de deuda de la zona euro.

Pese a que los economistas quieren que reduzca sus optimistas previsiones de crecimiento y lo compense con recortes de gastos, analistas políticos temen que eso resulte difícil y que los votantes de izquierda esperen que, por el contrario, suba el salario mínimo y revoque una reciente subida de impuestos.

El rendimiento de los bonos franceses a 10 años cayó al 2.87% el viernes, un nivel que no se veía desde principios de octubre, al amainar los nervios iniciales ante una victoria de Hollande.

No obstante, la deuda francesa seguiría siendo vulnerable a la presión de ventas si se confirma su triunfo, ya que los mercados y las agencias de calificación de crédito aún tienen que convencerse de su competencia fiscal.

Hollande, poco conocido fuera de Francia, también verá a prueba su habilidad diplomática en una cumbre de la OTAN en Chicago a finales de mayo y otra del G20 en México a finales de junio.

Con información de AP y Reuters

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