La BMV, clave contra monopolios: Quadri
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La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) es vista por el candidato del Partido Nueva Alianza a la presidencia de México, Gabriel Quadri de la Torre , como el medio para acabar con monopolios como Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En el caso de la petrolera mexicana, dijo que fácilmente podría captar entre 40, 000 y 50,000 millones de dólares en el mercado bursátil. "Tenemos un monopolio en petróleo y no sé por qué lo defendemos a capa y espada", expuso el candidato durante su participación en la 75 Convención Bancaria 'Estabilidad política y financiera en México : variables de éxito ante la incertidumbre global'.
Al presentar sus propuestas de campaña, y ante un auditorio en el que la ausencia de banqueros fue evidente, Quadri de la Torre resaltó que "algunos se rasgan las vestiduras, pero México no tiene por qué aceptar monopolios; hay que transformarlo, modificar la Constitución y acabar con eso".
Sería una industria donde habría competencia, con inversión privada, en donde toda la cadena de valor de hidrocarburos -iniciando por la explotación y exploración de crudo y gas- pueda hacerse con inversión privada y en un contexto de competencia, indicó.
Con la colocación de Pemex en la BMV se daría un fuerte impulso a la economía y al mercado de valores, además de que se enviaría una señal fuerte de que México tiene proyectos que valen la pena, aseguró Quadri.
"Pemex sería una empresa integrada, competiría con las grandes compañías internacionales, podría participar en la exploración y explotación en otros países y traería inversión extranjera privada en otros sectores".
En su opinión, la Comisión Nacional de Hidrocarburos tendría la titularidad de los derechos de la Nación sobre un recurso fundamental (petróleo), regularía a las empresas participantes en el mercado y haría concesiones por bloque para explorar en aguas profundas.
En materia de electricidad, el candidato de Nueva Alianza indicó que habría que hacer algo similar a Pemex en el caso de la CFE, que tendría una red troncal manejada por el Estado, "pero no tiene que ser la empresa que genera la electricidad quien la distribuya".
Esa, agregó, es la forma de generar competencia, y daría una señal fuerte de que el país ha decidido ser una economía desarrollada . Es fundamental dar esa imagen para que los inversionistas arriesguen su capital en el país.
Quadri planteó ante los banqueros que México puede y debe asumirse como país desarrollado y que en dos o tres décadas podría alcanzar un ingreso per cápita tres o cuatro veces mayor al actual, que de acuerdo con sus estimaciones ronda los 14,000 dólares.
"Se puede lograr a través de una tasa de crecimiento sostenida de 6 u 8 % a lo largo de un periodo amplio, similar a la de países como Corea, Singapur, Malasia o Chile, que es el primer país de América Latina que se ha planteado y está a punto de ser, por diversas razones, una economía desarrollada".
Las reformas son urgentes
Para lograr esas tasas de crecimiento, reconoció que se requieren reformas profundas y subrayó que la suya será la 'Campaña de las reformas estructurales' que puedan sacar a México del estancamiento en el que se encuentra.
"Hoy no sabemos qué hacer, nos topamos con un techo ideológico y político que limita y castra las expectativas y desarrollo de México ", afirmó.
En buena parte del siglo pasado el país "subió la escalera, pero se quedó en el rellano", señaló. "No es fácil salir de ahí y subir cada uno de los peldaños, subir implica hacer esas grandes reformas estructurales".
Quadri consideró que se deben aprobar reformas, porque equivalen a una nueva revolución para ser un país desarrollado.
Entre esas reformas planteó la fiscal, con la generalización del IVA, pues con ello se podría captar más de 200,000 millones de pesos. Asimismo, transformar el ISR y IETU; eliminar el subsidio a la gasolina -al que se canalizan más de 150,000 millones de pesos, recursos que podrían utilizarse en educación-; reformar la Ley Federal del Trabajo y darle flexibilidad a los contratos, entre otras.
"Es la única forma de hacer que fluya inversión, que baje el riesgo país, que disminuyan las tasas de interés activas para que las Pymes accedan al crédito, que en este caso no se da por voluntad política, y para lograr esta inclusión financiera se requieren tasas más bajas", dijo.
