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México, escudo contra la tormenta griega

Inversionistas adquieren bonos nacionales a largo plazo respaldados por el crecimiento económico; expertos destacan la salud fiscal del país, lo que contrarresta con el alza del tipo de cambio.
lun 28 mayo 2012 11:11 AM
Los populares Bonos M llegaban a los 778,000 millones de pesos al 14 de mayo. (Foto: Thinkstock)
dolares (Foto: Thinkstock)

A medida que el peso mexicano navega en la "zona caliente" de 14 unidades por dólar al compás de vientos que podrían augurar los últimos momentos de Grecia en la eurozona, inversionistas foráneos aprovechan para refugiarse de la tormenta con miles de millones de dólares en la atractiva deuda del país latinoamericano. El fenómeno, en apariencia contradictorio, muestra que la moneda de México se ha convertido en el escudo de sólidas tenencias de deuda de largo plazo, avaladas por cuentas fiscales pulcras y un crecimiento económico más fuerte de lo previsto, dos valores que los inversionistas no ignoran.

Aunque la volatilidad de las últimas sesiones podría asustar a jugadores novatos y las consecuencias del evento griego son difíciles de calcular , expertos defienden la elevada posición de extranjeros en los populares Bonos M, que al 14 de mayo bordeaban los 778,000 millones de pesos (unos 55,470 millones de dólares), según datos del Banco Central.

"Esas posiciones son más resistentes de lo que pensamos; es decir, México dentro del mundo de países emergentes e incluso dentro de países desarrollados tiene una posición fiscal muy fuerte", afirma Benito Berber, estratega de la firma Nomura Securities en Nueva York.

La evolución reciente de la tenencia de bonos de largo plazo (los bonos M tienen vencimientos de entre 10 y 30 años) parece ser la mejor prueba de que la debilidad de la moneda, lejos de ser un motivo de nerviosismo, es vista como una oportunidad de oro para seguir comprando deuda.

Datos del Banco de México indican que el periodo entre junio y diciembre del año pasado, cuando el mundo temblaba por la rebaja de calificación a Estados Unidos y las dramáticas negociaciones para reestructurar la deuda de Grecia, coincidió con un alza de más de 100,000 millones de pesos en posiciones de deuda local.

Entre el 31 de mayo y el 23 de noviembre, el peso pasó de cotizar en 11.57 unidades por dólar hasta 14.23 por dólar , una baja que fue bien aprovechada para engrosar los portafolios de bonos mexicanos.

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"Los que están en M Bonos no están viendo cuándo los sacan, más bien yo diría que están viendo cuándo le suman más. Obviamente, ellos quisieran agregarle más cuando esté más barato; es decir, cuando el peso se deprecie", agrega Berber.

Un mercado apetitoso

La estrategia complementaria consiste en mantener las posiciones ya adquiridas en deuda, cubriendo la pérdida cambiaria mediante apuestas contra el peso en otros mercados, como el spot o los forwards de tipo de cambio.

"Una salida de Grecia del euro tendría implicaciones más de tipo de cambio, con un daño definitivamente colateral en el mercado de tasas, pero ciertamente el principal amortiguador continuaría siendo el peso", estima Gabriel Lozano, economista senior del grupo Santander.

La tenencia de deuda mexicana de largo plazo en manos de extranjeros está en máximos históricos de más del 40% del total en circulación, un salto sorprendente si se le compara con el 26.7% a inicios de septiembre de 2008.

En medio, dos crisis financieras consecutivas parecen haber cambiado drásticamente la mirada de los inversionistas sobre el papel de economías emergentes como México.

La deuda mexicana recibió en 2010 una bendición por sus buenos fundamentos macroeconómicos y adecuadas prácticas de mercado, al ser incluida en el World Government Bond Index (WGBI) del gigante Citigroup.

Los papeles locales ingresaron desde entonces a las llamadas "Grandes Ligas" de las finanzas globales, cotizando al lado de bonos de Estados Unidos, Alemania o Japón.

Casi dos años más tarde, Estados Unidos perdió su preciada nota "AAA", Alemania lucha para que la eurozona no se desbarate y el resto del planeta ruega que la demanda china no siga perdiendo velocidad.

El mundo parece ser diferente y México brilla bajo una nueva luz.

Desde la perspectiva de la actividad económica, Estados Unidos ha retomado el camino del crecimiento a paso muy lento, pero con suficiente firmeza como para permitir que la economía mexicana se dinamice y aspire a crecer hasta 4.0% este año.

Atractivo estructural

Estados Unidos podría ser uno de los pocos focos de crecimiento global en los próximos dos años y esto ocurre en momentos en que China, uno de los principales rivales de México por la demanda estadounidense, empieza a perder piso en términos de competitividad cambiaria y laboral.

"México va a tener shocks positivos globales comparado con otros países emergentes (...), está ganando mucha competitividad en comparación con China y esto es una tendencia estructural (que) se va a mantener", comenta Ezequiel Aguirre, estratega de Bank of America-Merrill Lynch.

Junto a una perspectiva de actividad favorable, las cuentas fiscales de México lucen más sólidas que nunca frente a la enorme deuda que ahoga a muchas grandes economías.

El saldo de la deuda neta del sector público federal mexicano representó 33.1% del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del primer trimestre del 2012, según datos de la Secretaría de Hacienda.

En tanto, el Fondo Monetario Internacional prevé que la vapuleada Grecia reporte un porcentaje de deuda neta/PIB del 153% en 2012.

Y México mantiene una severa disciplina fiscal, con un déficit primario de 897 millones de pesos al primer trimestre del 2012, muy por debajo del monto previsto de 71,373 millones de pesos.

Coronando este escenario, analistas ven los papeles mexicanos con buenos precios relativos y oportunidad para apostar y ganar.

"La parte larga de la curva de bonos de México tiene yields (rendimientos) muy atractivos, la curva de M Bonos es una curva que está muy empinada", destaca Aguirre.

Aunque una debilidad prolongada de la moneda podría activar alertas inflacionarias, economistas coinciden en que los episodios de volatilidad cambiaria vistos anteriormente no han generado efectos graves en los precios.   

El río revuelto de las finanzas y la actividad del mundo industrializado seguirá dando por un buen rato ganancias a los pescadores en los mercados emergentes.

En tal sentido, expertos creen que el verdadero desafío para el boyante mercado de deuda mexicana será el momento en que los principales bancos centrales del mundo decidan dar marcha atrás a la ya muy prolongada laxitud monetaria.

"Para pensar en una salida realmente desordenada o fuerte tendríamos que estar pensando más bien en la estrategia de salida por parte de los principales bancos centrales en el mundo", concluye Lozano, de Santander.     

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