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Barclays desnuda soberbia de megabancos

El escándalo por la manipulación de tasas apunta a que el sector bancario es incapaz de regularse; los gigantes bancarios podrían enfrentar denuncias por afectar al mercado para tener más ganancias.
mié 04 julio 2012 01:27 PM
La indignación pública obliga a exponer toda la verdad del escándalo de manipulación de tasas, de acuerdo con expertos. (Foto: Reuters)
bob diamond

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El sismo que sacudió a Wall Street y a los mercados financieros mundiales en 2008 sigue resonando hoy. Pregúntenle a Bob Diamond, director ejecutivo de Barclays... o debería decir, ex director ejecutivo de Barclays. Diamond, quien alguna vez fuera un banquero estadounidense de altos vuelos, fue destronado como director ejecutivo del banco británico ante la creciente presión pública y la indignación por el escándalo de la fijación de las tasas Libor. No piensen ni por un segundo que los directivos de otros bancos globales no están preocupados por su propia suerte esta mañana, como deberían estarlo.

He escrito largo y tendido sobre la destrucción de la confianza del público debido a la incestuosa relación entre los titanes financieros, sus socios políticos y los autorreguladores financieros que vigilan la conformidad con las normas. Los principales medios financieros han evitado hablar claramente sobre esta realidad. En lo que yo definiría como un punto de inflexión, me sorprende positivamente leer que Bloomberg reconoce lo que muchos sabían desde hace tiempo: ‘Hay Algo Podrido en la Banca':

No aprobamos el ensañamiento con los bancos. Ni hemos instado jamás a los reguladores a arremeter contra los grandes bancos. Pero es difícil defender una industria que defrauda al mercado con falsas cifras de tasas de interés, robando así a otros bancos y clientes.

Lamentablemente, el caso del Libor revela que algo huele a podrido en la cultura bancaria actual. Esperamos que las investigaciones exhiban a los malos actores, den lugar a penas de cárcel para aquellos que deliberadamente manipularon el mercado, y acaben con los altos directivos y los consejeros que participaron en, o pasaron por alto, tal conducta.

Bloomberg le pega duro a Wall Street. Y con razón. Al pedir la cárcel, se unen a mis sentimientos expresados ayer.

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¿Por qué tanta indignación? En los documentos de Barclays presentados en el acuerdo extrajudicial, las autoridades reguladoras dieron a conocer correos electrónicos que revelan el alcance del negocio sucio entre los traders de los bancos (buscando proteger los beneficios y las bonificaciones) y los altos funcionarios de las divisiones de tesorería de los bancos (esperando convencer a los mercados de que sus bancos no estaban en dificultades financieras). Se supone que esos dos no deben coludirse, pero es obvio que las murallas chinas que los separan tienen escaleras.

Conforme esta historia evoluciona y crece la indignación pública, yo apostaría que los ejecutivos de los bancos en la mira de este escándalo tal vez ya han llamado a altos funcionarios dentro de la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro en busca de escondite. La indignación pública y las demandas de transparencia total en Estados Unidos obligan a exponer la verdad de todo este escándalo.

Barclays ciertamente no era una isla en el tsunami que sacudió a todos los bancos y a la economía mundial en 2008. ¿Cuántas otras instituciones estarán sudando hoy profusamente preguntándose qué puede salir a la luz en una investigación a sus comunicaciones internas? A pesar de lo que puedan decir los ejecutivos bancarios, la evidencia de los correos electrónicos procedentes de Barclays es explosiva e indicativa de la cultura que practica no sólo esa organización, sino la industria en su conjunto.

Nadie sabe lo que el futuro les depara a las personas que escribieron lo que a continuación cito. ¿Se les acusará de manipular el mercado? Sin duda deberían ser procesados ​​por estupidez. Bajo el título de "estas cosas no se pueden inventar", Bloomberg escribe:

Este es un e-mail sobre la tasa (Libor) a tres meses de un operador senior de Barclays en Nueva York dirigido al banquero de Londres que recomendaba las tasas: "Hola chicos, tenemos una posición importante en el Libor a tres meses para los próximos tres días. ¿Podemos por favor mantenerla o fijarla en 5.39 para los próximos días? Sería de gran ayuda. No queremos que se fije en un nivel mayor a ese. Mil gracias".

Los banqueros responsables de fijar las tasas respondían a esas peticiones como si se tratara de algo rutinario: "Por ti, cualquier cosa", y "considéralo hecho...para ti, chaval", según revelan los e-mails. Y el favor merecía agradecimiento: "Amigo, te debo una grande", le escribió un operador a un proponente de la tasa Libor. "Pasa un día después del trabajo y abriré una botella de Bollinger".

Los operadores de Barclays también se coordinaban con sus homólogos de otros bancos. En un mensaje instantáneo, un operador de Barclays le escribió al trader de otro banco: "Si sabes guardar un secreto te lo comparto, vamos a empujar hacia abajo.... conozco el poder de mi tesorería...  por favor, no lo divulgues, de lo contrario no funcionará".

Si la mejor defensa es un buen ataque, seguramente los otros bancos que se verán salpicados por este escándalo ya están trabajando duro. ¿Cómo? Ayer por la tarde, el Wall Street Journal reportó que los bancos buscan que se desestime la demanda por manipulación del Libor. Pero caballeros, no tan rápido. Primero indaguemos en los correos electrónicos intercambiados.

Por mucho tiempo he afirmado que no podemos confiar en que la industria bancaria se regule a sí misma. ¿Podrá este escándalo atizar los cambios necesarios en esa materia?

*Larry es un veterano de Wall Street, ha laborado en bancos como First Boston, Bear Stearns y Union Bank. Bloguea en www.senseoncents.com

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