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Obama o Romney, ¿quién es mejor líder?

Ambos candidatos deben tener ciertas habilidades para poder gobernar un país como Estados Unidos; otros mandatarios han destacado por su visión concreta y por aceptar opiniones distintas a la suya.
jue 16 agosto 2012 06:02 AM
El equipo que rodea a cada candidato es tan importante como el candidato mismo.  (Foto: Cortesía Fortune)
Obama Romney (Foto: Cortesía Fortune)

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Con la elección presidencial en Estados Unidos acercándose rápidamente, durante los próximos meses escucharemos mucho por parte de expertos y partidarios, por no mencionar al mismo presidente Barack Obama y al gobernador Mitt Romney, acerca de cómo las habilidades de liderazgo de un candidato son superiores a las de su oponente.

Aquí hay cinco habilidades de liderazgo esenciales para el CEO más poderoso de todos: el presidente de Estados Unidos. Al observar las convenciones y los debates este otoño, y al seguir la cobertura periodística de las elecciones, reflexiona seriamente sobre cómo los candidatos califican en cada una de estas áreas:

1. Conciencia de sí mismo: El liderazgo eficaz comienza con un verdadero conocimiento y aceptación de nuestras propias fortalezas y debilidades. Y, por lo general, nosotros somos nuestros peores jueces en ambas áreas. Así que los candidatos no deberían tratar de descifrarlo por sí mismos. En vez de ello, ¿se rodean de gente que les dice lo que necesitan saber acerca de su desempeño, en lugar de lo que ellos quieren oír y hacen cambios positivos con base en esa información?

George Washington no fue siempre el modelo de constancia y razón que los libros de historia retratan. De hecho, como Ron Chernow escribe en su premiada biografía del primer presidente estadounidense, Washington tenía un genio sumamente irritable que podía llevarlo a decir y hacer tonterías. Sin embargo, algunos colegas de confianza no le permitían salirse con la suya y, ante su insistencia, él se esforzó durante años para dominar este problema. Para cuando se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos, había corregido su postura, lo cual fue crucial para el país en sus primeros años.

2. Visión: Una visión convincente del futuro inspira, aclara y enfoca el trabajo de individuos, organizaciones y naciones enteras. Echa un vistazo a las visiones del éxito de ambos candidatos. ¿Cuáles son? ¿Acaso tienen alguna, o son sus metas en su mayoría pequeñas y tácticas? En la carrera por ganar una elección, los candidatos pueden pedir a la gente que respalde un esfuerzo sin realmente darles una buena razón.

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Franklin D. Roosevelt, por el contrario, tenía una visión global de dónde quería llevar a Estados Unidos. En los días más oscuros de la Gran Depresión, él creyó que Estados Unidos podía sentar las bases para décadas de prosperidad al balancear los extremos del capitalismo industrial no regulado y el socialismo. Él creó el ‘New Deal' para arar un duradero terreno intermedio entre el crecimiento y la seguridad. Incluso antes de la Segunda Guerra Mundial, Roosevelt también quería que Estados Unidos pasara del aislamiento a la participación internacional; y su liderazgo a través de que la guerra redefinió en última instancia la posición de Estados Unidos en el escenario mundial.

3. Construcción de un equipo: Los líderes de clase mundial saben que no pueden ser buenos en todo ni saberlo todo en esta época de acción e información ininterrumpida. Por ello, construyen equipos que compensan sus carencias en conocimiento, perspectiva y experiencia. Pregúntate a ti mismo qué tipo de equipos han construido Obama y Romney. ¿ Sus colegas más cercanos aportan nuevas ideas , experiencia variada y opiniones contradictorias a la mesa o todos piensan igual?

Como Doris Kearns Goodwin explica en Team of Rivals, Abraham Lincoln llegó a Washington, D.C. en 1861, sin muchos amigos influyentes o siquiera mucho conocimiento de cómo funcionaba la política en la ciudad. Pudo haber avanzado a tientas por su cuenta como algunos de los presidentes estadounidenses han hecho. Pero en vez de ello, reunió a un conjunto diverso de titanes políticos que incluían a algunos de sus mayores enemigos. Su equipo siempre luchó por permanecer en la misma página, pero no hay duda de que incluía al talento disponible más experimentado y astuto. Al invitar al desacuerdo y ver una situación desde todos los ángulos posibles, Lincoln mejoró enormemente su capacidad para tomar decisiones bien informadas durante la desgarradora época de la guerra civil.

4. Aprender de los errores: El juicio es el núcleo de liderazgo y su desarrollo requiere de traspiés. Todos los presidentes han tomado algunas malas decisiones, al igual que inevitablemente lo hará el próximo también. La pregunta es: ¿Qué tan bien Obama y Romney aprenden de sus errores, y con qué rapidez? Y, aún más importante, ¿están dispuestos a admitirlos en primer lugar?

George Washington, lo creas o no, no era un hombre de gran brillantez estratégica o táctica. Como David McCullough escribió en 1776, era propenso a la indecisión y a pasmosos errores de juicio en los primeros años de la Guerra Revolucionaria. Sin embargo, Washington era increíblemente persistente. Además, también creó el hábito de examinar rápidamente lo que había salido mal en el campo de batalla, aprendía de ello y no permitía que volviera a suceder. Era una costumbre que luego aplicaría con gran efecto en la diplomacia internacional y en sus relaciones con el Congreso, y eso significa que siempre estaba mejorando como líder.

5. Navegar el sistema: Como señala David Gergen en su libro Eyewitness to Power, a veces nosotros actuamos como si complacer al público es todo lo que los presidentes tienen que hacer. En realidad, el público es sólo una pieza de un rompecabezas muy complejo que debe ser resuelto para hacer que las cosas sucedan. También está el Congreso, los medios de comunicación, los grupos de interés y los otros países. En este momento de gran volatilidad e incertidumbre , ninguna de las partes tiene las respuestas correctas a los problemas de Estados Unidos. Así que, a pesar de lo que los expertos histéricos nos lleven a creer, es necesario escuchar a todas las partes y aportar compromisos; lograr eso significa saber cómo navegar a través del sistema político. ¿Hay evidencia de que Obama y Romney puedan hacer eso?

Desde sus años fungiendo en altos puestos de liderazgo en el Ejército estadounidense y liderando a las fuerzas aliadas hacia la victoria en la Segunda Guerra Mundial, Dwight Eisenhower se convirtió en un maestro en el funcionamiento de los grandes sistemas organizacionales. Aportó esas habilidades a su presidencia. Se reunía con asesores excepcionalmente brillantes con una amplia gama de puntos de vista. Debatían fuertemente mientras él se sentaba y escuchaba. En el desarrollo de la política de seguridad nacional, como el estudioso Fred Greenstein ha relatado, Eisenhower hacía que las agencias propusieran recomendaciones de política rivales que luego serían sometidas a un amplio debate sin restricciones. De este modo, se construyó una reputación por recurrir a distintas partes, por estar cómodo con el desacuerdo y en última instancia, por lograr que un grupo de gente dispar trabajara junta.

Con todos los espejismos y humo que cada campaña presidencial conlleva, puede ser difícil distinguir la verdad. Pero si te enfocas en las cinco habilidades principales que se mencionan aquí, deberías tener una buena idea de quién piensas que es el mejor líder cuando llegue el día de elecciones.

*El autor es presidente y presidente ejecutivo de Center for Creative Leadership. Anteriormente se desempeñó como rector de la Universidad Estatal de Nueva York y superintendente de la Academia Naval de Estados Unidos, en Annapolis, Maryland. Fue piloto durante una carrera de 35 años en la Armada, se retiró como vicealmirante.

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