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México en encrucijada con reformas: OCDE

Con algunos cambios el país podría elevar su crecimiento del 3.0% actual, a 4%, dice Ángel Gurría; el líder de la OCDE instó a cambiar la estructura de los incentivos para elevar la competencia.
lun 27 agosto 2012 08:31 PM
José Ángel Gurría señaló que el desempleo entre los jóvenes es muy alto en la mayoría de los países del G20. (Foto: AP)
Gurría OCDE (Foto: AP)

México se encuentra en una encrucijada con sus reformas, éstas decidirán si aprovecha la oportunidad histórica de "cambiar de liga", opinó el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría Treviño.  En reunión con empresarios mexicanos, dijo que según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un programa moderado de reformas podría elevar el crecimiento potencial de México a cerca de 4.0%, en contraste con un 3.0% actual. 

Desafortunadamente, agregó, las agendas más ambiciosas de reforma se han frustrado una y otra vez por los intereses creados en la mayoría de las áreas, incluyendo el mercado laboral, la educación o las industrias de red, por mencionar algunas. 

Por lo tanto, estimó que el primer desafío es cambiar la estructura de los incentivos económicos a fin de promover la competencia, la apertura y la productividad. 

En reunión privada en el Club de Industriales, señaló que se requiere de acuerdos políticos de gran alcance que pongan fin a la influencia de los poderes fácticos y que permitan que las reformas no sólo se negocien y se legislen, sino que además "nos aseguremos de que rindan los frutos previstos". 

Manifestó que en el pasado se han perdido muchas oportunidades, y las carencias que muchos mexicanos enfrentan hoy es resultado de dichas oportunidades perdidas, pero "nunca es demasiado tarde". 

"México se encuentra en una encrucijada y las reformas que sean implementadas o no decidirán si México aprovecha la oportunidad histórica de cambiar de liga", afirmó. 

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"De reposicionarse como un destino privilegiado para hacer negocios, de fortalecer su papel y su influencia en los círculos económicos y financieros internacionales, de mejorar el nivel de vida de su población y cerrar la brecha con otros países de la OCDE", expresó. 

El ex secretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores mexicano enumeró algunas de la reformas para la prosperidad de México en el mediano y largo plazo.

A México le urge construir un sistema fiscal robusto, ágil y redistributivo, para lo cual se necesita una reforma que reduzca la dependencia de los ingresos petroleros mediante la ampliación de la base del IVA y el ISR. 

Asimismo, que elimine de subsidios regresivos; simplifique el régimen tributario, fortalezca la administración tributaria y aumente la recaudación estatal y municipal. 

El secretario general de la OCDE apuntó que se necesita un mayor y mejor dirigido gasto social; una nueva ley laboral, más moderna, incluyente y equilibrada, y un sistema educativo de vanguardia, equitativo, con maestros y escuelas de excelencia. 

Además, requiere crear un sistema nacional de innovación conectado con las cadenas productivas globales; una reforma energética con una visión intergeneracional, y una reforma al sistema judicial mexicano, pues necesita instituciones que promuevan la competencia y la certidumbre jurídica. 

Gurría Treviño consideró además que, a primera vista, el panorama en México es relativamente alentador, y aunque la OCDE estima que el crecimiento del país superará el 3.5% este año, "no hay cabida para la autocomplacencia". 

Resaltó que la situación fiscal de México es sólida, con un déficit modesto y a la baja, una deuda pública manejable y estable, un sistema financiero bien capitalizado, bien regulado y supervisado, con flujos importantes de Inversión Extranjera Directa, con una tasa de desempleo de las más bajas de la OCDE y con una inflación bajo control. 

"Sin embargo, aunque la estabilidad macroeconómica es un requisito necesario, no es suficiente para lograr un desarrollo sostenido e incluyente. México enfrenta grandes desafíos que debe atender cuanto antes. No es momento para la autocomplacencia". 

Aún persisten importantes cuellos de botella que han impedido aprovechar al máximo los grandes activos y elevar la productividad, señaló. 

Refirió que el crecimiento promedio del PIB real de 1996 a 2011 ha sido de 2.8%, y en términos per cápita de sólo 1.4%, y en este periodo la contribución de la productividad al crecimiento ha sido negativa, con un promedio de 1.4%. 

Para elevar la productividad, apuntó Gurría, México necesita realizar reformas en el frente estructural y social para que sus efectos se refuercen mutuamente y liberen el potencial de crecimiento de México. 

Comentó que el mundo lleva cinco años inmerso en una de sus peores crisis y la mayoría de los países de la OCDE enfrenta una deuda pública creciente, un desarrollo lento o incluso negativo, niveles récord de desempleo, sistemas bancarios frágiles y una creciente desigualdad. 

Afortunadamente, dijo, no es el caso de México, pero el reto del país es diferente y no menos importante; ante un débil entorno internacional, el dinamismo económico de México deberá provenir fundamentalmente de fuentes internas. 

"Por lo tanto, es hora de que México libere su potencial de crecimiento y acelere el proceso de convergencia con los niveles de vida de los países de la OCDE", subrayó.

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