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EU: La lucha por la reforma corporativa

Las propuestas de Barack Obama y Mitt Romney coinciden en reducir la tasa impositiva a las empresas; las ganancias en el extranjero de las firmas estadounidenses es el principal tema a discutir.
jue 13 septiembre 2012 06:01 AM
Romney favorece los combustibles fósiles mientras que Obama apoya las energías renovables. (Foto: Reuters)
obama romney

La última vez que las autoridades revisaron el sistema del impuesto a sociedades fue hace 26 años. La economía, el comercio internacional y la tecnología han cambiado drásticamente desde entonces.

El resultado es un anticuado código de impuesto a sociedades que los expertos fiscales y líderes de negocios dicen que dificulta en vez de espolear la competitividad de Estados Unidos.

El presidente Barack Obama y Mitt Romney se han comprometido a hacer algo al respecto y han hecho una serie de propuestas de reforma para este impuesto corporativo , pero difieren en la manera de abordar los aspectos más problemáticos del código.

Queja #1: Estados Unidos tiene una de las mayores tasas estatutarias del impuesto a sociedades en el mundo (35%) un factor que puede reducir la inversión de las empresas allí.

Sin embargo, la otra cara de la moneda es que las grandes corporaciones estadounidenses a menudo terminan con tasas fiscales efectivas, es decir, los impuestos pagados divididos entre las ganancias, que están muy por debajo del 35%, gracias a un conjunto de exenciones de impuestos a sociedades.

Si los legisladores reducen la tasa impositiva legal, compensar la pérdida potencial de ingresos será difícil de lograr. Por ejemplo, incluso si los legisladores eliminaran todas las exenciones de impuesto a sociedades -una tarea difícil- sólo serviría para costear una reducción de la tasa al 28% o 29%.

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Queja #2: Estados Unidos sigue gravando los beneficios obtenidos en el extranjero por las compañías multinacionales con sede en este país, mientras que muchas otras naciones operan bajo un llamado sistema territorial, lo que significa que sólo gravan los ingresos corporativos ganados dentro de sus fronteras.

Pero también es cierto que una multinacional estadounidense puede aplazar el pago del impuesto federal adeudado sobre sus ganancias procedentes del extranjero por tiempo indefinido. Esto se debe a que el impuesto se adeuda sólo cuando la empresa opta por llevar esos beneficios a Estados Unidos.

Un sistema territorial podría ayudar a las multinacionales estadounidenses que compiten en el extranjero en países con bajos impuestos, de acuerdo con el Tax Policy Center.

Por el contrario, "el argumento más importante contra un sistema territorial es que... reforzaría un incentivo fiscal de por sí fuerte para ubicar la actividad económica y las ganancias en países con bajos impuestos", señaló el centro. Y eso podría reducir la cantidad de ingresos por concepto de impuesto a sociedades que fluye hacia las arcas de Estados Unidos.

Obama: Bajaría la tasa máxima de impuesto a sociedades al 28% y costearía la reducción de la tasa mediante la eliminación de "docenas" de exenciones tributarias corporativas.

La tasa impositiva efectiva para los fabricantes sería limitada al 25% y una deducción manufacturera podría elevarse, pero el rango de los candidatos elegibles se reduciría.

Un objetivo clave de la plataforma gubernamental para la reforma del impuesto a sociedades es disuadir a las empresas de estacionar las ganancias en el extranjero.

Para ello, Obama quiere imponer una nueva tasa mínima a las ganancias extranjeras obtenidas por las multinacionales estadounidenses que operan en países con bajos impuestos. Y requeriría que la tasa impositiva mínima fuera pagada al obtener los beneficios, en lugar de dejar que las compañías estadounidenses aplacen el pago del impuesto adeudado hasta que el dinero sea llevado de vuelta a Estados Unidos.

Si la empresa paga el impuesto sobre la renta al país anfitrión sobre esas ganancias, obtendría un crédito fiscal extranjero bajo la propuesta de Obama.

Las empresas que trasladarán sus operaciones de vuelta a Estados Unidos obtendrían un crédito fiscal del 20%. Aquellos que muden sus operaciones al extranjero ya no serían capaces de deducir los gastos de mudanza.

Romney: Bajaría la tasa máxima al 25%, y su plan económico indica que la reducción podría no detenerse allí.

"(El gobernador Romney) también explorará la posibilidad de acoplar nuevas reducciones a las tasas con medidas que amplíen la base de ingresos y simplifiquen las normas", indica el plan.

También derogaría el Impuesto Mínimo Alternativo corporativo y haría permanente el crédito a la investigación y el desarrollo.

En cuanto a la fiscalización internacional, a Romney le gustaría cambiar a un sistema territorial, para que las ganancias obtenidas en el extranjero por multinacionales con sede en Estados Unidos dejara de estar sujeto a impuestos estadounidenses.

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