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AL contendrá presión monetaria japonesa

La región recibiría los capitales que huyen del relajamiento monetario del Banco de Japón; el banco central japonés anunció que desembolsará 1.4 billones de dólares en menos de dos años.
sáb 13 abril 2013 10:02 AM
México hizo operaciones de bonos en yenes a 10 años en el 2009 y 2010, que fueron garantizadas en un 95% por el Banco de Japón para la Cooperación Internacional. (Foto: Thinkstock)
yen (Foto: Thinkstock)

América Latina podría manejar la presión adicional de capitales japoneses que llegarán huyendo del relajamiento monetario del banco central nipón, sobre todo si su efecto es amortiguado por un menor ritmo de recompras de la Reserva Federal, dijo un alto funcionario del FMI.  Las tasas de interés bajas en el mundo desarrollado, que buscan reactivar las economías, provocaron en los últimos cinco años un éxodo de inversiones de capital hacia mercados emergentes con mejores retornos como Latinoamérica.

Pero la región lucha contra el efecto colateral que trajo el dinero del exterior: el exceso de dólares apreció sus monedas a tal grado que comenzó a lastimar la competitividad de sus exportaciones. Brasil instauró controles de capital, Colombia suavizó la repatriación de capitales y México bajó sus tasas.

"Lo que vemos en los mercados locales es manejable, claramente el relajamiento de la política monetaria en Japón va a jugar un rol", dijo el director del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, en una reciente entrevista con Reuters.

Latinoamérica recibió en los últimos cinco años alrededor de 400,000 millones de dólares en inversiones de portafolio de todo el mundo, según cálculos de Thomson Reuters, gracias a sus perspectivas de crecimiento relativamente mayores, disciplina fiscal, bajo endeudamiento y un atractivo diferencial en tasas.

Ahora, en un intento por espabilar a su economía, el banco central japonés anunció que desembolsará 1.4 billones de dólares en menos de dos años para comprar bonos de su propio país.

La jugada, similar al actual programa de la Reserva Federal (Fed) para adquirir 85,000 millones de dólares al mes en papeles del Tesoro estadounidense que bajó la tasa de interés casi a cero, dejará los rendimientos de los bonos nipones por el suelo.

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Y eso alentará a inversores a apostar en esta parte del mundo. Hoy la tasa nipona es del 1.15%, la mexicana es del 4% y la brasileña del 7.25%.

México y Brasil, las dos mayores economías de la región y con los mercados de bonos más líquidos, son los que recibirían mayor tajada de la nueva ola de inversiones, según cálculos de Bank of America Merrill Lynch.

Aunque dijo que es temprano para medir las consecuencias de otra avalancha de dinero en la región, Werner cree que el efecto del relajamiento monetario japonés sería menor al de la Reserva Federal, en parte porque los portafolios en yenes tienen menor participación en Latinoamérica que las carteras en dólares.

Y aseguró que las discusiones en el seno de la Reserva Federal para reducir eventualmente el ritmo de compra de activos ante mejores señales económicas llegan en buen momento para ayudar a compensar los flujos que traería el anuncio de Japón.

"Tal vez las dos políticas (de Estados Unidos y Japón) justo están en etapas diferentes en su grado de maduración y se van balanceando", observó Werner.

"Los países de la región van a estar viendo diferentes instrumentos de política para hacerle frente a los flujos de capitales, dentro de los cuales lo óptimo debería ser aprovechar esta época de facilidades financieras para consolidar la situación fiscal y reducir de la deuda pública", añadió.

¿Y el ‘boom'?

No sólo los flujos de capital extranjero han ayudado a fortalecer a las monedas de los países latinoamericanos. El constante aumento en los precios de las materias primas que exporta la región también tiene parte de la culpa.

Esa bonanza en los precios, la más larga en al menos tres décadas, ha puesto en una zona de confort a muchas naciones, sobre todo en el cono sur, que tiene un perfil exportador mucho menos industrial o manufacturero que México o Centroamérica.

El incremento constante en los precios ha contribuido a inflar las reservas internacionales a niveles récord, y ha ayudado a la región a ganar aplausos por haber reducido drásticamente la extendida pobreza.

Pero ese dinero adicional también se convirtió en un maná para tapar agujeros en las cuentas de los gobiernos y postergar la necesidad de reformas que apuntan a impulsar la eficiencia.

"El escenario que vemos ahora es un escenario de estabilidad de precios de los 'commodities' (materias primas) y esto ya representa un cambio importante de lo que veíamos hace cinco años", sostuvo Werner.

"Los países de la región se tienen que ajustar, ya no esperar que los problemas de cada año se resuelvan con un incremento adicional de los términos de intercambio", agregó.

El menor ritmo de crecimiento mundial, sobre todo en Europa, ha hecho moderar la demanda y con ello, reducir un poco los precios de algunas materias primas. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de Naciones Unidas estimaba que en el 2012 los términos de intercambio iban a bajar un 2.2% para la región.

Aunque Latinoamérica avanzó en el frente social, Werner dijo que los países tienen que aprovechar lo que queda del ‘boom' de las materias primas para diversificar su estructura productiva y concretar reformas para mejorar la competitividad y no ser tan dependientes de los recursos primarios.

"Probablemente se debió haber ahorrado más para el futuro, se debió haber invertido más en infraestructura y siempre hay espacio para invertir de manera más eficiente en la agenda social", comentó Werner.

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