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Dinamarca, el ejemplo para el BCE

El Banco Central contempla introducir tasa negativas sobre los depósitos, como hizo el país nórdico; la medida pretende impulsar los préstamos de los bancos, pero en Dinamarca eso no sucedió.
lun 13 mayo 2013 06:02 AM
El país nórdico se convirtió en el primer país europeo en introducir tasas negativas para los depósitos. (Foto: Getty Images)
dinamarca

En ‘A través del espejo', Alicia encuentra un mundo que le es a la vez familiar y extraño después de que atraviesa un espejo. El tiempo corre hacia atrás al igual que en el famoso poema sin sentido ‘Jabberwocky'.

Los bancos de la zona euro se enfrentan ahora a su propio momento del espejo a medida que el Banco Central Europeo (BCE) contempla introducir tasas negativas sobre los depósitos . La idea de tener que pagar por el dinero que mantienen en el banco central subvierte el orden establecido, pero los efectos precisos de una medida tan radical son objeto de un intenso debate.

En la búsqueda de los bancos de la eurozona por averiguar cómo luciría un mundo al revés, podrían observar el ejemplo de su cercano vecino Dinamarca, escenario de uno de los mayores experimentos en política monetaria de toda la crisis financiera.

El país nórdico se convirtió en el primer país europeo en introducir tasas negativas para los depósitos de una manera significativa cuando bajó el interés pagado por los certificados de depósito a -0.2% en julio pasado. Suecia introdujo tasas pasivas negativas entre 2009 y 2010, pero el tamaño de los depósitos afectados era extremadamente pequeño.

Y a pesar de estar fuera de la moneda única, los bancos de Dinamarca son quizás el equivalente más cercano de la región nórdica a sus primos de la eurozona. La deuda de los hogares es elevada, la economía ha estado estancada en la recesión o en el bajo crecimiento durante gran parte de los últimos cinco años, y varios de los bancos del país han fracasado, mientras que el resto lucha por lograr la rentabilidad.

El objetivo de Dinamarca al introducir tasas negativas era a la vez muy claro y muy diferente al de BCE. El Danmarks Nationalbank estaba puramente interesado en controlar el tipo de cambio en que la corona estaba vinculada al euro. Por otro lado, el interés del BCE en las tasas negativas deriva más de la idea de que podrían alentar a los bancos a acaparar menos dinero y, en cambio, prestar más.

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Sin embargo, la medida en Dinamarca tuvo un costo real para los bancos. Los prestamistas han depositado grandes cantidades en el banco central debido a la liquidez masiva en el mercado financiero mundial. A pesar de la introducción de tasas negativas, la cantidad de bancos que tienen en depósito en el Nationalbank ha fluctuado en torno a los 150,000 millones de coronas danesas (26,000 millones de dólares) durante más de un año. El banco central y los prestamistas inicialmente estimaron que costaría alrededor de 300,000 millones de dólares, la tasa de depósito ha cambiado desde entonces a -0.1% y los analistas de Nordea piensan ahora que los bancos han incurrido en gastos por intereses de aproximadamente 150 millones de coronas danesas.

El Nationalbank hizo mucho para mitigar el costo para los prestamistas. Aumentó la cantidad que podían mantener en la cuenta corriente -que paga un interés de cero por ciento- desde 23,000 millones de corona danesas a 70,000 millones de coronas danesas y más recientemente, a 101,000 millones de coronas danesas. Eso claramente amortigua los efectos de las tasas de interés negativas para ellos.

Pero ¿qué pasa con la cuestión por la que el BCE se preocupa más?. Es decir, si las tasas negativas pueden o no obligar a los bancos a cambiar de hábitos y prestar más.

El banco central está convencido de que ha visto poco o ningún impacto en los préstamos tras la medida. Los propios bancos también están interesados en minimizar el impacto de las tasas negativas. Las encuestas sobre préstamos muestran que los estándares de crédito para las empresas se han endurecido constantemente tanto este año como el pasado. Con los hogares daneses siendo los más endeudados del mundo, los préstamos hipotecarios crecieron a principios de este año a su ritmo más lento desde el cambio de siglo.

Los banqueros daneses dicen que, en todo caso, la mayor parte de sus decisiones -ya sea sobre los préstamos o los depósitos- ya no están tan vinculadas a las tasas del banco central como solían estarlo. A medida que su costo de financiamiento se ha incrementado, han tratado de elevar el precio de los préstamos con independencia de las tasas oficiales. Más importante aún es que ven menos oportunidades de prestar a medida que su propio apetito por el riesgo cae y la demanda sigue siendo débil. La preocupación es que, al imponer un costo en el sistema bancario, las tasas negativas podrían llegar a provocar que los bancos presten menos, no más.

Igualmente, sin embargo, ha habido poco impacto en las cuentas de depósito de los clientes minoristas. Las tasas de interés para los hogares apenas han caído mientras que las de las empresas han bajado, pero siguen siendo positivas. Danske Bank, el mayor banco del país, provocó una oleada de interés cuando anunció planes para cobrar a la gente 480 coronas danesas al año por tener una cuenta bancaria. Pero esto fue diseñado más como una manera de eliminar las cuentas no rentables que como una respuesta ante las tasas negativas.

Así que después de casi un año de tasas negativas en Dinamarca hay poca evidencia de que hayan tenido un gran impacto en el comportamiento bancario. En el mundo a través del espejo de las tasas negativas, el BCE podría procurar reflexionar sobre las palabras de la Reina a Alicia en el libro de Lewis Carroll: "Hoy no la tendrías aunque la quisieras. La regla es mermelada mañana y mermelada ayer, pero nunca mermelada hoy".

*El autor es el corresponsal nórdico del Financial Times.

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