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Deuda china, crisis en ciernes

El auge del crédito en el país asiático sume a empresas y gobiernos locales en el endeudamiento; UBS calculó que la deuda del gobierno central equivalía al 15% de la economía a fines de 2012.
lun 13 mayo 2013 02:13 PM
En China cada vez más crédito es otorgado por sociedades fiduciarias, corredores de valores y operadores no regulados. (Foto: Getty Images)
Yuan China

La segunda mayor economía del mundo tiene un problema: la deuda. El auge del crédito en China ha sumido en el endeudamiento a empresas, ha promovido el  sistema bancario paralelo o "en la sombra" (shadow banking system) y ha cargado a los gobiernos locales con deudas de miles de millones.

El banco suizo UBS calculó que la deuda del gobierno central equivalía al 15% de la economía a fines de 2012. Esa proporción se dispara hasta el 55% cuando se incluye la deuda acumulada por los gobiernos y las agencias locales.

Si además se toma en cuenta la deuda de empresas y familias, la carga total de deuda de China asciende a 200% del producto interno bruto (PIB).

Muchos países acumulan más deuda según esa medición, entre ellos Corea del Sur, Japón y Estados Unidos. Pero en comparación con otras economías en desarrollo, China está a la cabeza en ese rango.

"¿Hay que preocuparse por el problema de deuda de China?" se preguntaron los analistas de UBS en una reciente nota de investigación. "La respuesta a esa pregunta es un sí definitivo".

Los analistas temen que el crédito es cada vez menos eficaz, cada vez más dominado por prestamistas no regulados, y está llegando a un nivel que podría debilitar el crecimiento si el gobierno central se ve obligado a respaldar a gobiernos y agencias locales que caen en impago.

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La orgía de endeudamiento de China ha tenido sus beneficios. Cuando la crisis financiera mundial estalló en 2008, el gobierno ordenó que se abrieran líneas de crédito. Los bancos y otros prestamistas respondieron, financiando masivos proyectos inmobiliarios y de infraestructura. En 2009, sólo un país -Qatar- daba crédito a una tasa más rápida.

Ese aumento de la inversión le permitió a China salir de la crisis relativamente ilesa. El crecimiento del PIB, que había mantenido un ritmo del 10%, se moderó hasta una tasa de 8%. Sin embargo, China se salvó del "aterrizaje forzoso" experimentado en otros países, que sufrieron una fuerte desaceleración.

Con todo, el problema es éste: la emisión de crédito nuevamente está aumentando, pero el crecimiento no se ha materializado, lo que lleva a algunos a preguntarse si el motor de China (cuyo combustible es la deuda) se está estancando.

"Tal parece que el crecimiento del crédito se ha vuelto menos eficaz a la hora de generar crecimiento (económico)", señalaron los economistas de UBS.

Sumándose a las preocupaciones, en China cada vez más crédito es otorgado por sociedades fiduciarias, corredores de valores y operadores no regulados que conforman el sector bancario paralelo o en la sombra.

Al mismo tiempo, las finanzas de los gobiernos locales chinos son notoriamente opacas, y las alianzas financieras con las empresas locales son especialmente turbias. Los niveles de deuda del gobierno local son ahora tan altos que Beijing podría, en algún momento, verse obligada a asumir parte de la carga.

El mes pasado, Fitch Ratings recortó una de las calificaciones crediticias clave de China. La agencia emitió la inusual rebaja debido en parte al aumento del crédito fácil y a la influencia del sistema bancario en la sombra.

Sin embargo, otros analistas creen que los problemas de deuda del país asiático han sido sobreestimados, sobre todo por el papel que el Estado desempeña en la economía.

China tiene billones de dólares en activos que podrían ser utilizados para pagar la deuda. Los gobiernos locales, por ejemplo, son propietarios de tierras que podrían venderse para apuntalar las empresas estatales.

Además, la economía todavía está expandiéndose en un 7% u 8% al año, un ritmo lo suficientemente rápido para absorber la creciente carga de la deuda.

Si la economía se desacelera y los préstamos comienzan a deteriorarse, el gobierno puede intentar limitar el daño proporcionando apoyo financiero a la red de bancos de propiedad estatal, los servicios públicos y las empresas industriales que dominan la economía.

Según los analistas de Standard and Poor's, los costos se "distribuirían a lo largo de la economía china".

Pero también advierten que este uso de los recursos públicos distorsionaría aún más la economía y posiblemente socavaría el crecimiento en el largo plazo. "En el largo plazo, estas distorsiones podrían resultarle más caras a la economía china que si los bancos registraran directamente pérdidas crediticias", señaló S&P.

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