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Desaceleración reta a la ‘Abenomics’

El PIB de Japón creció a menor ritmo en el tercer trimestre por la debilidad en las exportaciones; pese a las reformas del Gobierno, el país aún enfrenta bajos salarios y un consumo débil.
jue 14 noviembre 2013 12:50 PM
El Primer Ministro, Shinzo Abe, alentó la compra de activos y con ello estimuló la economía.  (Foto: Reuters)
abe

La economía de Japón se desaceleró drásticamente en el tercer trimestre. El gobierno nipón informó este jueves que la economía creció a una tasa anual del 1.9% en el periodo de tres meses que finalizó el 30 de septiembre, frente al 3.8% del trimestre anterior.

La desaceleración del PIB se produce luego de un  "crecimiento insosteniblemente fuerte en el primer semestre del año, por lo que no es motivo de preocupación", comentó Marcel Thieliant de Capital Economics.

Las causas principales fueron la debilidad en las exportaciones y en el consumo privado, agregó Thieliant. La ralentización de la expansión, empero, no fue tan grave como esperaban los analistas. El índice bursátil Nikkei siguió aumentando en las operaciones matutinas, subiendo 1.4%.

Thieliant prevé que la economía japonesa recupere pronto el impulso a medida que el gasto del consumidor aumente antes de que un alza impositiva entre en vigor en abril próximo.

El primer ministro Shinzo Abe ha estado afanado en sacar del estancamiento a la tercera mayor economía del mundo. Su ambicioso plan de reformas, conocido como Abeconomía, busca poner fin a años de deflación, procurando un crecimiento más robusto.

Nota relacionada: La "Abenomics" en Japón cumple un año

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Abe ha incrementado el gasto público y nombró a un banquero central que no teme recurrir a una política monetaria agresiva. El mandatario incluso ha elevado el impuesto sobre las ventas en un gesto a la disciplina presupuestaria.

Tal vez el factor más importante en el cambio de rumbo del país ha sido su banco central, encabezado por Haruhiko Kuroda. Antes reacio a implicarse en una política monetaria no convencional, el Banco de Japón ha adoptado la visión de Abe, instrumentando un masivo programa de compra de bonos.

Los mercados han respondido de una manera contundente, el yen se depreció 20% frente al dólar en el último año. El índice Nikkei ha subido 60% durante el mismo período.

La depreciación de la moneda reduce el precio de las exportaciones de un país, haciéndolas más atractivas para los compradores internacionales al ofrecer un costo inferior al de los competidores, y algunas de las marcas emblemáticas de Japón ya están cosechando las recompensas. Hace unos días, Toyota elevó su pronóstico de ganancias para todo el año en un 12% , gracias a las fuertes ventas en Estados Unidos y a un yen más débil. Otras empresas, como Honda y Hitachi, también están beneficiándose de un yen menos sobrevalorado.

No obstante, es muy pronto para atribuirle a la Abeconomía un éxito absoluto. Los salarios no han aumentado en la misma proporción, y la implementación de las reformas estructurales prometidas ha resultado difícil.

El Gobierno de Abe ha propuesto medidas que le darían mayor flexibilidad al mercado laboral, fomentarían la inmigración, reactivarían las instalaciones nucleares e incrementarían la participación de las mujeres en el mercado laboral. Pero hasta ahora, la mayoría de esas ideas no han llegado a cristalizarse.

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