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Escocia, el dilema de separarse de GB

Si se independiza, la región puede perder estabilidad económica y caer en la crisis de la eurozona; como alternativa, Escocia podría lanzar una nueva moneda e instaurar su propio Banco Central.
vie 14 febrero 2014 11:38 AM
La opción independentista ha avanzado cada vez más en las encuestas. (Foto: Getty Images)
edimburgo

Aunque su unión ha durado 307 años, Inglaterra y Escocia podrían solicitar el divorcio a finales de este año.

Las disputas sobre el dinero suelen ser las más acaloradas en cualquier separación, y la posibilidad de que Escocia vote por la independencia en el referéndum de septiembre ya está despertando una furiosa pelea entre Londres y Edimburgo.

Si Escocia vota por separarse, habrá numerosas preguntas sobre la economía del Reino Unido. ¿Cómo se dividirá la deuda nacional? ¿Quién se queda con qué en términos de la riqueza energética del Mar del Norte? ¿Qué sucederá con el enorme sector bancario de Escocia?

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Además, la propuesta económica central del Gobierno escocés -mantener o compartir la libra como parte de una nueva zona esterlina- parece condenada al fracaso.

En un discurso pronunciado en Edimburgo el jueves, el canciller de Reino Unido, George Osborne, dijo que el plan de los nacionalistas no tenía ninguna posibilidad.

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“La gente necesita saber que eso no va a pasar. Si Escocia se separa del Reino Unido, se separa también de la libra”.

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Mantener una zona esterlina estable requeriría que Escocia renuncie precisamente al tipo de autonomía política, económica y financiera que sus líderes independentistas quieren reclamar a Londres, advirtió Osborne.

Sin esa estabilidad, Escocia estaría expuesta a los riesgos evidenciados por la crisis de la eurozona y el resto del Reino Unido se vería, potencialmente, en el atolladero de rescatar a Escocia y su sector bancario, que supera en 12 veces su PIB.

“Logramos sacar a Gran Bretaña de los rescates de la eurozona. Ahora estaríamos metiéndonos en un acuerdo justo igual”, dijo Osborne.

Gris panorama

¿Cuáles son entonces las alternativas, asumiendo que Escocia vote por la independencia y se niegue a aceptar los términos que imponga Londres para compartir la libra? Hay pocas, pero ninguna es particularmente atractiva.

Durante años, el plan de los nacionalistas era incorporar a Escocia en la Unión Europea como un estado independiente, y luego adoptar el euro. Aún quieren adherirse a la UE, pero la crisis de la eurozona los disuadió de unirse a la moneda única.

Escocia podría optar por seguir utilizando la libra, en la forma en que países como Panamá, Ecuador y El Salvador han adoptado el dólar estadounidense. Eso podría apuntalar la confianza en la economía escocesa y asegurar la continuidad de la estrecha integración con el Reino Unido.

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Pero la nación recién creada no tendría ningún control sobre la política monetaria o el tipo de cambio, y no tendría ningún derecho al apoyo financiero proporcionado por el Banco de Inglaterra.

La última alternativa sería establecer una nueva moneda, gestionada por un nuevo Banco Central. Eso le daría a Escocia total independencia, pero probablemente significaría mayores tasas de interés, y un rígido control del gasto para asegurarse la confianza de los inversionistas.

Las encuestas de opinión siguen mostrando una clara ventaja de quienes se oponen a la independencia, aunque la brecha se ha reducido en las últimas encuestas.

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