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Deflación: una seria amenaza para Europa

El Banco Central Europeo analiza lanzar un programa de flexibilización similar al de la Fed; el BCE pretende combatir la persistente amenaza de la deflación.
lun 31 marzo 2014 06:03 AM
El personal que contrató el BCE, trabajará a partir de 2013, en el departamento de análisis económico. (Foto: AP)
bce banco (Foto: AP)

Si pensabas que los bancos centrales de todo el mundo estaban finalmente listos para dar a sus imprentas un descanso, te equivocas.

En entrevistas con el The Wall Street Journal, los bancos centrales de Alemania y Finlandia dijeron que estarían abiertos a la posibilidad de una política monetaria más agresiva, que incluye un programa de alivio cuantitativo en toda regla, como el que la Reserva Federal de Estados Unidos está en proceso de desaparecer gradualmente.

La Fed lanzó su primera ronda de flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés) en 2008. Desde entonces, Europa ha estado lidiando con una crisis de deuda en curso. ¿Entonces, por qué los europeos apenas están discutiendo ahora estas medidas? Estas son algunas razones:

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1. A diferencia de la Fed, el Banco Central Europeo (BCE) tiene un mandato único: mantener los precios estables. Debido a que el Congreso también asigna a la Fed la tarea de maximizar el empleo, tenía una mucho mayor motivación para recurrir a formas no convencionales para estimular la economía;

2. El BCE realmente está luchando por “mantener los precios estables”. La cosa es que la Unión Europea (UE) está en peligro de caer en el lado de la deflación ; y

3. El programa estadounidense de compra de bonos, que ha logrado mantener bajas las tasas de interés a largo plazo y que probablemente ha sido al menos un pequeño beneficio para el crecimiento económico, no ha conducido a la inflación como los críticos habían temido.

Nota relacionada: Alemania abre la puerta a estímulo QE

Las razones 1 y 3 dan a la UE una cobertura para buscar la flexibilización cuantitativa como una cura para la razón 2. Incluso un poco de deflación es vista por algunos economistas como potencialmente peor que la alta inflación. Ciertamente, ésta es la visión oficial en gran parte del mundo, debido a que la mayoría de los bancos centrales tienen objetivos políticos explícitos de mantener una inflación anual positiva del 1% o 2%.

Te preguntarás ¿qué hay de malo con la deflación? Al igual que con la inflación, hay variedades buenas y malas. En el caso de la inflación, si los precios están aumentando rápidamente a causa de la dinámica normal de la oferta y la demanda, bueno, eso es simplemente capitalismo. Pero si los precios están subiendo debido a la mala gestión de la oferta de dinero, eso es una crisis potencialmente desestabilizadora y que se autorefuerza. Lo mismo ocurre con la deflación: los precios caen todo el tiempo debido a los aumentos en la productividad, y eso es una señal de progreso económico. Pero a veces, la deflación ataca simplemente porque, en una economía débil, la gente desarrolla una aversión al riesgo. Dejan de gastar dinero, lo cual provoca que los precios bajen . Esta dinámica de caída de los precios afecta a los deudores, que han pedido dinero prestado a un determinado nivel de precios, y ahora están viendo cómo sus ingresos caen, pero sus niveles de deuda siguen siendo los mismos. Y esta dinámica puede causar una serie de incumplimientos de pagos, lo cual sólo empeora la situación.

El Banco Central Europeo, sin duda no quiere ver que se produzca esta situación, así que los funcionarios, incluso los de línea dura contra la inflación, como Jens Weidmann, presidente del Bundesbank alemán, están diciendo que una QE europea es una posibilidad.

¿Que acaso la UE no cuenta ya con un programa de compra de bonos propio? Sí, para ayudar a sofocar la crisis de la deuda europea, el Banco Central comenzó a comprar bonos de las economías europeas más débiles, pero a diferencia de Estados Unidos, “esterilizó” esas compras al vender otros activos al mismo tiempo para mantener el nivel global de dinero en el nivel del sistema. Un programa de flexibilización cuantitativa a gran escala se abstendría de este paso.

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Pero los 'halcones' como Weidmann se apresuran a señalar que un programa de alivio cuantitativo podría ser considerado ilegal según la legislación de la UE, que prohíbe la llamada monetización de la deuda, donde el gasto público es financiado con el dinero que imprime el Banco Central. Éste es el tipo de medida que ha acompañado a varios episodios de hiperinflación desde Alemania en la década de los 30 hasta Argentina en los 80. El problema con esta fobia es que la monetización es un síntoma de la hiperinflación y no la causa. Como Matthew O'Brien en The Atlantic ha argumentado convincentemente, la hiperinflación realmente es provocada por algún tipo de calamidad exógena, como los desastres naturales o las guerras, que destruye la capacidad productiva de una economía. Y es cuando los gobiernos tratan de intervenir para reparar el daño y reconstruir la economía mediante la impresión y el endeudamiento, que la hiperinflación realmente cobra fuerza.

De hecho, la monetización de la deuda realmente es sólo otra palabra para el trabajo de los bancos centrales. Los bancos centrales compran y venden deuda pública todo el tiempo con el fin de contar con el nivel adecuado de dinero en el sistema, dependiendo de las condiciones económicas en el momento. Y si estás preocupado acerca del tipo incorrecto de deflación, no hay suficiente dinero en el sistema. Y parece que el Banco Central Europeo finalmente podría darse cuenta de que ése es el caso.

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